"Ve hacia el Sol de Levante, yo soy el Sol de Poniente…" Bajo el manto oscuro: celeste providencia, tras la sombra alada, su triste decadencia; a los sueños vaga, ya otorga la sentencia de su fausto Imperio a la vil indiferencia. ~ ¡Ya mueres, oh sabio, ya acaba tu historia, la plebe ovaciona al veraz Marco Aurelio! ¡Ya dejas a Roma en la cumbre y la gloria; el Águila llora, no así tu heredero! La muerte se asoma, la peste te azota, tu hijo aferrado a los pies de tu lecho, tu mano temblando, tu alma está rota, la mente fugada; tu cuerpo, deshecho. Le cedes grandezas y honor a tu hijo, tu imberbe heredero, tu endeble reflejo; a Elíseo ya marchas, no imploras cobijo, y en Roma se gesta un indigno festejo. No adviertes las manchas de sangre en sus manos, la daga traidora del fiel pretoriano; no encuentras los brillos letales cercanos: los ojos huidizos del ruin soberano. Al óbito Cómodo prisa le imprime: tu médico ingrato cianuro te paga. ¡Oh, pío Antonino, figura sublime, tu vida a traición y conjura se apaga! El grito de “¡Ave Imperator!” te olvida, un nuevo Señor se laurea tu corona. ¡La Eterna Ciudad, mortalmente herida, al mundo y su Historia su fin conmociona! Tirano es tu hijo, tu sangre, y pecado mortal el error cometido de criarlo. Le diste al Imperio lo justo en tu mando, dejaste al morir arrebatos y caos. ¡Loado por siempre, magnánimo Marco, filósofo estoico, gentil ser humano! Ejemplo a seguir de poder y nobleza, ¡que el mundo recuerde tu inmensa grandeza! "La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella". -Marco Aurelio.
Y sin duda merece este gran emperador que a su próspera gobernación se le reconozca como la época de Pax Romana. Es una lástima que Cómodo no siguiera sus pasos. Hermoso poema. Saludos.