One-shot de Inuyasha - Choose me

Inuyasha piensa que no me he dado cuenta de todas las noches, siempre va a ver a su querida Kikyo, pero eso no es cierto, yo siempre he sabido que a la chica que siempre amó, no era yo, era Kikyo.

Él me prometió que no la iba a volver a ver, sin embargo solo fue una mentira más. Una mentira como, cuando me dice que yo soy la única en su vida, cuando me dice que solo me ama a mí.

La única verdad es que Inuyasha me ama, pero sé que nunca me amará como ama a Kikyo.

A veces, pienso que realmente soy una estúpida por amarle tanto y que, Inuyasha, no me amé como yo lo amo a él, y que él amé más a Kikyo. Acepto que Kikyo fue el primer amor de Inuyasha, pero ella estaba muerta, hasta que una anciana la revivió. Kikyo no debería seguir viva.

-Kagome… - La voz de Inuyasha, interrumpió mis pensamientos.

-Ah… Eres tú… - Dije muy triste, ya que estaba con Kikyo.

-¿Qué haces despierta a estas horas?

- Siempre amaste a Kikyo más que a mí, nunca la dejaste de ver, ¿Cierto? –Le dije yo, a punto de llorar.

-Kagome, yo… -Le interrumpió Kikyo.

-¡Inuyasha, me dijiste que habías roto con Kagome! –Gritó ella muy molesta.

Al parecer, yo no era la única a la que Inuyasha engañaba, a Kikyo también la había estado mintiendo.

-Kikyo, Kagome, siento haberos estado engañando, pero yo… Sé que es muy egoísta de mi parte, pero os quiero a las dos.

-No puedo estar con alguien que sale con dos chicas. –Le dije yo seriamente.

Me iba a ir, no lo soportaba, Inuyasha nos amaba a las dos. Cuando me iba a ir, Inuyasha me agarró la muñeca.

-No te vayas, te amo.

-¡Si me amarás de verdad, no saldrías con ella! –Grité yo, mientras que las lágrimas corrían por mi mejilla.

-¡Inuyasha, tienes que elegir a una! -Le dijo Kikyo a Inuyasha.

-Pero yo no puedo…

-Claro que puedes, elígeme a mí, tú me amas más que a la estúpida de Kagome. –Dijo ella mientras me miraba.

-¡Yo siempre estuve a tu lado! Elígeme a mí. –Miré por unos instantes a Kikyo, no podía perder contra ella.

-¡Yo os amo a las dos, no puedo elegir!

Tienes que elegir a una de las dos, Inuyasha. ¿Kikyo o yo? ¿A quién elegirás? Si no me eliges, no podré seguir viviendo sabiendo que, a pesar de que sabía que seguías viendo a Kikyo en secreto, yo seguí contigo.

-Elígeme. –Dijimos Kikyo y yo al mismo tiempo.

-No puedo elegir…

Él no elegirá, piensa que las dos estaremos a su lado amándole, a pesar de que no puede elegir a una. Yo no puedo soportar eso, o me elige a mí, o a Kikyo. Si no puede elegir, yo no puedo estar con él sabiendo que también está con Kikyo.

Te diré adiós, aunque no quiera. Si no puedes elegir a ninguna, no te mereces estar con ninguna de las dos.

Kikyo y yo nos miramos, parecía que ella también estaba pensando lo mismo que yo.

-Si no te decides por ninguna, nos perderás a las dos. – Dijimos Kikyo y yo muy seriamente, ninguna de las dos era capaz de soportar que Inuyasha no pueda elegir a una.

-Está bien, yo… ¡Elijo a Kikyo!

Esa fue la decisión de Inuyasha, me lo suponía, nunca la ha podido olvidar, a pesar de que yo era su novia.

Han pasado dos años desde entonces, han cambiado muchas cosas, incluyendo mis sentimientos por Inuyasha. Me costó mucho olvidarle, pero conseguí olvidarlo.

No he vuelto a ver a Inuyasha desde que eligió a Kikyo, pero seguro que no se imaginaría con quién estoy ahora.

Nunca olvidaré el día en que me pidió ser su novia, ese fue el día más feliz de mi vida.

Yo llevaba en su castillo unos cinco meses, ya me había acostumbrado a vivir con Jaken, Rin y mi querido Sesshomaru.

Sesshomaru estaba fuera, había salido de viaje, me dijo que regresaría en un mes. Sesshomaru siempre solía viajar con Jaken, con Rin y conmigo, pero esta vez, ninguno de nosotros fue con él, ya que era demasiado peligroso para nosotros.

Habían pasado dos semanas, desde que Sesshomaru se fue de viaje. Yo estaba en el jardín del castillo de Sesshomaru, sin imaginar que ese día sería el mejor de mi vida.

-Cuanto te extraño. –Susurré yo, mientras caminaba por el gran jardín.

Pasaron unos minutos, hasta que cierto chico que no esperaba ver por el castillo hasta dentro de otras dos semanas, se acercó a mí.

-Hola Kagome, ya volví. –Dijo él, con una sonrisa.

Me sorprendí mucho al verlo aquí, ya que él me había dicho que volvía dentro de un mes y solo habían pasado dos semanas.

Me sorprendí aún más, cuando vi que él sonreía. Casi nunca había visto sonreír a Sesshomaru, pero cuando lo hacía, había un motivo.

-¡Sesshomaru! ¿No dijiste que volverías en un mes?

-Sí, pero terminé el viaje antes, además yo… -Se le notaba algo nervioso, algo que me sorprendió, Sesshomaru jamás se ha puesto nervioso con alguien.

- ¿Qué ocurre? ¿Te pasó algo malo? –Le pregunté preocupada por él.

-No pasó nada malo, es que, yo… - Dijo más nervioso aún, está vez también noté un sonrojo en su rostro.

Sesshomaru estaba muy raro, primero sonreía, cosa que en muy pocas ocasiones hace, segundo, se ponía nervioso, eso es demasiado extraño de ver en Sesshomaru, y tercero se sonroja, eso jamás se había visto en el rostro de él.

-Si no pasó nada malo, ¿Por qué estás tan extraño?

-Me gustas. –Dijo mirándome a los ojos, esperando mi respuesta.

No me lo podía creer, el gran demonio Sesshomaru, el que odiaba a los humanos, se me había declarado.

-Tú también me gustas. –Le dije muy sonrojada.

Luego, Sesshomaru se acercó a mí y me besó.

-No sé cómo mi hermano eligió a esa sacerdotisa muerta en vez de a ti.

Así fue como Sesshomaru me confesó su amor.

Actualmente sigo viviendo en su castillo, con él, con Rin, con Jaken y con mis dos hijos: Kanade y Tanaka.

No volví a ver a Inuyasha ni a Kikyo nunca más, pero he oído que viven felizmente juntos.

-No sé cómo no te eligió a ti, aunque gracias a eso, yo puede elegirte a ti. –Sesshomaru siempre me lo repite, agradecido por tenerme a mí, aunque a veces no lo parezca.