One-shot D de Divertido (Días del Abecedario 2.0)

No digo nada. Sólo la historia. Hoy estoy como seca de cerebro.

D de Divertido


―¡Vamos Capitán! ¡Será divertido! ¡No hay nada que temer, sólo es un poco de altura! ―repitió por enésima vez la teniente de la décima división.

El pequeño capitán no podía recordar cuántas veces le había dicho que no le interesaba ir al parque de diversiones a subirse en una montaña rusa. El simple hecho de imaginarse estar en un artefacto de tal magnitud, asegurados por un barato cinturón al asiento sabiendo que en cualquier momento podía volar por los aires por la tremenda velocidad a la que iba, no lo hacía querer ir ni un poco a ese lugar. De repente sintió que lo halaban por el cuello de la camisa y cuando intentó soltarse para evitar ser arrastrado, el agarre de la mujer de ojos azules se hizo más fuerte.

―¡Matsumoto! ―decidió bajar un poco el tono de voz para no verse como el propio loco por la calle― ¡Suéltame! ¡Es una orden! ―inmediatamente sintió que la presión presente en su cuello desapareció abruptamente.

―¡Llegamos! ―le escuchó decir con una voz cantarina― ¡Y mire! ¡Ahí están Ichigo, Kuchiki-san y la hermana de Ichigo cuyo nombre nunca me acuerdo! ―le causó hasta un poco de gracia la manera tan casual que comunicó el olvido del nombre de una de las menores Kurosaki.

Ahora que lo pensaba, no sabía que estaban tan cerca del parque de diversiones que tanto mencionaba su subordinada. ¿Y Kuchiki y los hermanos Kurosaki? No pensó que se los encontraría en una estancia tan corta en el Mundo de los Vivos. Definitivamente no debió haber aceptado esa misión propuesta por el Capitán General.

Toushirou pudo jurar que no habían pasado ni treinta segundos desde que la muchacha lo soltó y ya había desaparecido junto con Kuchiki y el mayor de los Kurosaki. Su mirada se posó en la única chica que quedaba, aquella cabello azabache que lo primero que le dijo cuando lo conoció hace dos años fue que si él sabía jugar fútbol. No sabía si era su imaginación que lo estaba engañando o la de cabello azabache recogido en una cola se acercaba a él cada vez más mientras le hacía un gesto con la mano. Sintió cómo sus propios pies le traicionaron e inconscientemente imitaron lo que hacía Karin. Una vez uno frente a otra, las palabras de la enérgica chica no se hicieron esperar.

―¡Tōshirō! ¡Qué sorpresa verte por aquí! Pensé que no volverías cuando dijiste que ya no tenías más asuntos con los humanos ―dijo esto con un poco menos energía de la usual.

―Sí, bueno ―respondió con algo de pesar―. Me asignaron a una misión y tuve que venir. Sin embargo, no contaba con que Matsumoto se desapareciera otra vez ―dicho esto, Karin rió levemente y se le quedó mirando un rato antes de voltear su cabeza hacia la entrada del lugar de atracciones.

Tal vez era un Shinigami prodigio destinado a superar a todos los capitanes, que hubiese alcanzado su posición en un lapso de tiempo increíble y graduado de la Academia Shinigami tan rápido como pasa una brisa helada, pero definitivamente este hombre con cuerpo de adolescente no estaba preparado emocionalmente para enfrentar lo que significaba las relaciones con una chica de aparentemente su edad. Agradecía que Karin era Karin y no tenía que esperar mucho para que se dijese algo.

―Tengo una idea ―pausó brevemente la chica―. Ya que mi hermano, su novia y tu teniente decidieron irse todos “casualmente”, ¿por qué no aprovechamos y nos divertimos un rato en el parque de diversiones? ― Tōshirō murmuró algo así como que no le gustaban las alturas, cosa que Karin ignoró olímpicamente.

“Será divertido, ¿eh, Matsumoto?” Pensó mientras una vez más era arrastrado. Bah, ya ni encontraba razón por la cual oponerse.