Duele el ayer que todavía esta hoy

Duele el ayer que todavía esta hoy:​

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Ayer, palabra tan dulce como caña recién cortada,​

traicionera que a la vez daña como filoso cuchillo;​

aún recuerdo los días en que fui de gloria colmada,​

no volverán jamás porque con ellos fui despiadada.​

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Todavía recuerdo claramente tu sonrisa bendita,​

veo tus ojos llenos de luz y la silueta de tu figura,​

pero el dolor arrastraste hasta mí con tu amargura, ​

sufrimiento que me transformó en esta rosa marchita.​

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Fui miel entre tus brazos y fuego en tu cama,​

tú eras un hielo a mis ojos y una espina clavada.​

Entonces me convertiste en esta mujer acabada,​

el ángel que había en ti lo dejé de ver de la nada.​

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Pero Dios nos enseñó una lección inolvidable,​

porque el tiempo te transformó en el ser más divino,​

y yo frustrada del pasado no pude volver a ser noble,​

nunca perdoné tus errores y te deje en el olvido.​

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Tanto luchaste por recuperarme en cuerpo y alma,​

sangra mi ser con lo que hice para humillarte,​

me duele recordar que te violenté y perdí la calma,​

aprendiste ha amarme con locura y yo solo a odiarte.​

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Dejé de desear tus brazos y de besar tus labios,​

tú en cambio aprisionaste mis caricias y mis besos.​

Perdóname por no olvidar tus errores del ayer,​

el dolor no me ha dejado otra cosa buena que ver.​

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Y hoy que leo otra vez el libro de nuestra historia,​

reconozco que todavía vives en mi memoria,​

con el corazón vengo a rogarte comenzar de nuevo,​

quiero pedirte humildemente perdón y consuelo.​

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Sí, es cierto, duele el ayer que todavía esta hoy... ​

... Pero duele más el hoy viviendo sin tu amor.​

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