Sonata del Claro de Luna

Tema en 'Relatos' iniciado por Red, 8 Marzo 2012.

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    Red

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    Aries
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    Título:
    Sonata del Claro de Luna
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1166
    Sonata del Claro de Luna

    (para dar mas ambiente es preferible oir esto mientras se lee)


    Aún me pregunto que hago apagando el motor de mi viejo cadillac del 67 y mirando por la ventanilla del coche hacia aquella casa victoriana. Oigo la música y las risas provenientes de ella, se lo que pasa allí dentro, tengo motivos para entrar, del mismo modo que tengo motivos para quedarme sentado sin hacer nada. Como siempre, maldigo por lo bajo y salgo del coche cerrando rápidamente.

    Corro sin prisa hacia la entrada del hotel La Vie. No estoy seguro de cuánto tiempo lleva ahí ese hotel. Aún así lo recuerdo. Recuerdo la fachada blanca como la nieve y los detalles venecianos de la edad moderna, los vistosos balcones y los decorados horteras, al menos para mi gusto. Han pasado casi quince años desde que nos colamos a la fiesta de disfraces en aquel mismo hotel, donde todos llevaban máscaras inexpresivas y trajes extravagantes. Élla estuvo conmigo todo el rato, no fué difícil colarnos, nadie prestaba atención a las ventanas del patio trasero. Recuerdo su sonrisa nerviosa por hacer algo tan absurdo como ir a una fiesta de disfraces de gente que ni siquiera conoces, era casi tan absurdo como acompañar a una chica a una fiesta de disfraces de gente que ni siquiera conoces, tan solo por tener la esperanza de perder la virginidad allí. Supongo que los chicos de 15 años son así de imbéciles.

    No pierdo tiempo, me adentro en el viejo hotel. Todo es tan lujoso como 15 años atrás, todo reluce y brilla, los altos techos de los salones le dan un aspecto aterrador al lugar. La gente me mira curiosa y fijamente por no llevar más que una chaqueta oscura, una camiseta blanca y unos vaqueros desgastados que cogí del cesto de la ropa sucia. Es algo irónico que unos tipos que llevan ropas con mas telas que unas sábanas de una cama doble me miren así. Las máscaras me ponen nervioso, también me ponían nervioso quince años atrás.

    Ella tiraba de mi mano todo el tiempo, ahora estoy seguro de que estaba enamorado de ella, sus ojos azules, su pelo rubio que siempre caía frente a sus ojos y eran apartados por un inocente soplido de sus labios rosas y cálidos. Nunca debimos entrar allí, pero peor aún fué ir con la gente al gran salón.

    Tanto entonces como ahora, esas máscaras blancas, ocultaban miradas frías e inexpresivas que nos observaban sin mirarnos. Las risas no cesaban, la música no paraba, y la gente no escuchaba. Me pregunté entonces que tenía de divertido aquello, quizás aún me lo pregunto.

    Ella me llevó hasta el centro del salón, donde la gente bailaba dando vueltas y riendo animados. Ella me agarró las manos y comenzó a dar vueltas conmigo imitándolos. El corazón me latía a mil por hora, las manos me sudaban y los pies me temblaban, pero era feliz. La chica de la que siempre había estado enamorado estaba allí bailando conmigo, en una fiesta a la que ni siquiera estábamos invitados.

    Recuerdo que la canción cambió mientras bailábamos, recuerdo la pieza, Sonata del claro de Luna, de Beethoven. La gente comenzó a acercarse más y más, pero no me daba cuenta de ello. No me importaban los demás, tan solo ella, que me miraba sonriendo...

    La música sonó mas fuerte, el ruido fue cesando, las risas, los gritos, las pisadas... solo podía oír aquella maldita canción. La gente comenzó a chocar contra nosotros, agarré su mano. No quería soltarla, y ella me pidió que no lo hiciera. Pero no pude. Nos separamos. Grité su nombre, pero nadie respondía, ni siquiera yo podía oírme. La música me lo impedía. Me puse nervioso y grité mas fuerte, la busqué, pero no la encontré. Salí fuera, volví adentro, pregunté a aquellas máscaras silenciosas que me respondían con esas vacías miradas. Ella no estaba allí.

    No recuerdo cuanto tiempo la busqué, no recuerdo cuanto tiempo lo intenté, ni siquiera recuerdo que pasó después. Pero si recuerdo el día siguiente pregunté a todos, nadie la conocía, nadie la recordaba, sus padres no sabían nada de ella. Pero yo si lo hacía. Sabía que ella había estado conmigo, recuerdo las tardes en el parque, en el lago. Recuerdo los juegos y las risas. Recuerdo sus ojos y su sonrisa.. y sé que ella me esperaba. Traté de volver al hotel pero.. no lo encontré.

    Ayer me llamaron al móvil, me dijeron que me esperaban. No lo dudé y conduje toda la noche hasta volver aquí. Ella me espera en ese hotel.

    Al llegar, allí estaba, el hotel. Tan impresionante como 15 años atrás. Nada cambió para él, pero no me importó mas. Necesito encontrarla.

    Doy vueltas por el salón, la busco, pero no encuentro nada, tan solo veo las mismas mascaras inexpresivas mirándome como si se burlaran de mi. Grito de rabia y de dolor, pero nadie me escucha.

    Caigo de rodillas al suelo y me lamento de mi mismo, por que ella no está allí. Pero entonces vuelve a sonar, el Claro de Luna de Beethoven, y una mano se tiende frente a mi. Una máscara con un traje rojo me ofrece un baile. No se porqué, pero acepto. Me pongo de pie y comenzamos a bailar, pero... algo falla con esa máscara. Me mira. La música sigue sonando, el ruido vuelve a cesar, no oigo nada más que esa música, y no veo nada más que la chica de la máscara. Entonces los veo.. esos ojos azules, el mechón de pelo rubio cayendo frente a la máscara, y su sonrisa... Sus ojos azules me miran diréctamente. La abrazo, la abrazo con todas mis fuerzas, la música no para.. pero pronto empieza a bajar de volumen, se apaga.. como todo a mi alrededor.

    Abro los ojos. El antes vistoso y gran iluminado salón es ahora una sala quemada y destrozada en ruinas bañada por la luz de la luna que entra por las ventanas sin cristal. Miro frente a mi. Ella está lejos, está apunto de salir de la habitación. Se quita la máscara... es tan bella como esperaba. Me mira con esos profundos ojos azules, sonríe y una lagrima cae por su mejilla. Mis ojos la imitan y comienzo a llorar.. pero ¿por qué?.

    Ella me sonríe y se da la vuelta, se marcha. La sigo rápidamente pero... no hay nada en aquel lugar mas que polvo y ceniza en el aire, iluminado por la luz de la luna.

    Salgo del hotel, y miro detrás de mí, sigue allí, pero ahora las blancas fachadas son negras como el carbón, y los balcones ahora son un mero recuerdo. Me doy la vuelta y me monto en mi viejo cadillac. Miro una vez más al hotel, y me marcho de allí.

    Por el camino oigo aún el piano sonando, y noto a mis espaldas la fría mirada de una máscara de ojos azules.
     
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  2.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    ¡Un sexy maní te saluda!

    Me encantó, no sé, pero tuvo algo que me dejó encantada.
    Será el misterio que esconde, ésas ganas que me dejaron de leer más, ésa duda por saber qué pasó. Muero por la duda, pero este tipo de escrito son los que más amo, que el lector pueda imaginar lo qué desee, que ensamble piezas y saque conclusiones propias, no erradas por que no sabemos la intención del escritor, o al menos no en ése momento.

    Errores, sólo uno: "miro atrás mía" deber ser "miro detrás de mi"

    No tengo mucho que decir por que me enredo expresando lo que sentí con el escrito. Para resumir, un amor real dura siempre, incluso sin saber qué es ésa persona. El misterio siempre es algo atrayente para los humanos, y lo prohibido algo exótico.

    Muy buen escrito.
     
  3.  
    Red

    Red Entusiasta

    Aries
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    ¡Kai! ¡te quiero! ¡eres la primera persona en comentarme una historia desde que he vuelto hará como un mes! Enserio muchas gracias tanto por la crítica como por todo francamente. Y cierto, debería ser así, pero la vena sevillana que tengo me hace decir eso como si fuera normal.

    Procuraré ser mas cuidadoso, ¡y una vez mas gracias, me alegro muchisimo de que te haya gustado! (pensé que nunca recibiría un comentario! eres bienvenida a todas mis historias, la de one piece no cuenta, era joven y no tenía juicio)
     
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