El romanticismo y la comedia ¿Se juntan?

Bueno, estaba a punto de crear un FF cuando de repente me di cuenta que hay una categoría llamada comedia romántica, y por eso el título.
El tema es que en mi cabeza empezaron a aparecer un montón de ideas locas y ahora debo plasmarlas aquí.
El FF consta de cuatro personas, dos chicos y dos chicas. El primero es Gray, con un temperamento fuerte, atlético, alto, pelo negro, ojos grises y le gusta vestir con camisas de colores bordó, negras, blancas y aveces anda sin nada encima, mas que sus jeans con rajadura.
La siguiente es Sweety, una chica, hija de padres millonarios, le gusta siempre vestir a la moda y de colores fucsias, pelo castaño y ojos azules, desde que tiene once años esta enamorada de Gray.
Luego tenemos a Gonz, un chico alto, que se la pasa en los video juegos, con pelo que le tapa las orejas y un flequillo para el costado, se viste con jeans oscuros y suele usar camisas negras, o remeras negras y una campera de cuero negro, también pasa fumando porros.
Y por última pero no menos importante, Luuly, ésta chica es otra con temperamento fuerte, tiene las piernas que todo hombre sueña en una mujer, lleva al igual que Sweety, el pelo castaño, pero largo hasta la cintura y ondulado, es rockera y se viste comúnmente con Shorts para que se le noten las piernas, y remeras de todo tipo de colores y con diferentes bandas de rock como logo.

Bueno, creo que ya les di mucho tiempo, que se abra el telón.

-Espere por favor, en realidad no me has dicho que ropa llevo, nada más dijiste que uso ropa a la moda.- Dijo Sweety al narrador.

¡Bueno está bien! Llevas una camisa blanca ajustada, una falda y una corbata fucsia, vas bien peinada y muy limpia, tus medias llegan hasta tus rodillas, y es el uniforme del colegio pero a tu estilo.
Ahora si, se abre el telón.

-Espera, es muy ajustada ésta camisa, y me hiciste con unos pechos enormes, no puedo ponérmela.- Dijo Sweety un poco liada.

- Al menos a ti te hicieron con pechos grandes, yo tengo unos pechos comunes que no atraen a Gray. Así que no te quejes- Dijo Luuly algo molesta.

-¡Gray es mio!- Exclamó Sweety con los ojos rojos - Además, con el cuerpo que tengo nunca he atraído a Gray.- Dijo desilusionada Sweety - ¿Por qué será? ¿Acaso lo hiciste gay maldito narrador? ¿¡Acaso lo hiciste gaaaay!?- Agregó, poniéndose loca.

Bueno bueno, chicas, cálmense. Sweety tu camisa te entra pero queda ajustada.
Dios, tendré que hacer más tiempo...
¿Qué frío hace no? Seguramente hasta los pingüinos estan cerca de una estufa.

-Estamos listos.- Dijo el elenco.

-Quizá ustedes estén listos- Dijo Gonz, agregando -¿Por qué todos tienen nombres originales menos yo? El narrador se llama igual. ¿Acaso no sabes inventar nombres?.

¡Oh por Dios! Éstos personajes no me dan un respiro, y ya se nos está acabando el tiempo, ésto quedará como una introducción y nada más. Y Gonz, te seguirás llamando así porque, yo soy tu padre.

-¡Noooooo!- Gritó hasta quedar sin aliento Gonz.

Bueno, entonces tendremos que empezar en el siguiente capítulo, gente, disculpen.

-¡Ahhhhh! Un botón me pegó en el ojo.- Gritó un chico de la tribuna.

-L-lo siento, es que mi camisa estaba tan apretada que se reventó.- Dijo Sweety cohibida.

Diablos, nos pueden demandar por eso, mejor nos vamos todos, hasta el próximo episodio, además que estoy en el trabajo procurando que nadie me vea.

 

— Uuhmmm — se escucha un quejido —La vez pasada se arruino todo, encima ya recibimos críticas — Dijo Gonz algo decepcionado.

— Eso es porque HaNeKo no entendió que era solo una introducción — Respondió Sweety.

— No la culpes, debe estar molesta porque quizá, al que le sacaste un ojo con un botón era su amigo.— Dijo Gray con los brazos cruzados.

— Dijo que necesitaba más narración, lo mismo que le dice a muchos, se ve que no tiene una crítica válida. — Contestó Luuly algo molesta.

— Ohh, vamos, es solo una niña, no sabe que hay libros que son solo diálogos, y la única narración que hay, explica con detalles el lugar y la situación.— Dijo Gonz, con cara de intelectual, mientras se acomodaba los lentes con un dedo.

—¿¡De dónde salieron esos lentes!?- Dijo sorprendido Gray — En fin. ¿Cuanto tiempo más tenemos que esperar al narrador?. Ya se le hizo tarde.— Dijo impaciente Gray.

—Acabo de llegar.— Contestó el narrador, con sus hermosos músculos resaltados, sus abdominales marcados, dos chicas junto a él, una cerveza bien fría....

—¡Deja de hacerte el chulo y comienza la historia!.— Dijo Gray, enojado.

Siete de la mañana, el sonido de las campanas avisan a los estudiantes que ya es la hora de entrar, es un día soleado, pero tiene esa leve brisa que hace que uno se sienta bien. A la vista, hay un edificio, de unos diez pisos y lleno de ventanas, de blanco color, se puede notar que en la parte inferior, hay grafittis, uno de ellos es el de Gray. Se ven muchas chicas lindas, algunas alegres, otras medio dormidas y otras llorando porque se olvidaron de hacer la tarea, pero algo es seguro, no dejan de ser hermosas, verlas en todo sentido, hacen que un hombre se enamore y renazca.
Es cierto que los hombres no podían despegar los ojos de esas hermosas chicas, pero todo estaba a punto de convertirse en un mar de baba y locos con cajas de bombones y flores. De un auto, bajó ella, pelo castaño brillante, ojos azules claros que penetraban a quien mirara, la nariz perfecta, unas mejillas que solo daban ganas de acariciarlas o morderlas, y una sonrisa que cegaba a sus enamorados. Las flores y las cajas de chocolates comenzaron a llover encima de ella, la chica de diez y seis años, que hasta los de doce le proponían matrimonio.
En el patio de atrás, habían chicos jugando baloncesto, otros escuchando música, bandas mirándose para ver quien ataca primero, ya que habían integrantes de ambas bandas tirados en el suelo, con alguna extremidad rota o la cara sangrando, y en medio de todo, estaba Gray, esperando el próximo que se le acercara.
En un pasillo oscuro, se escuchaba un Heavy Metal de los que muchos no entienden, por la voz que utiliza el cantante, solos de guitarra impresionantes y que les da energía a quienes le gusta. En el fondo, se ven como diez metaleros, y una sentada al medio, con el pelo que le llegaba hasta la cintura, de un castaño oscuro y ondulado, piernas de una diosa, un short con tirantes negro, y una remera blanca y que en el medio tenia al ángel de la muerte, y en medio del ángel de la muerte decía "COB".
En la dirección, estaban alarmados, porque todos los exámenes echos habían desaparecido y los registros de la computadora habían sido borrados, tenían que hacer otro examen. Detrás de todo ésto, estaba un chico que nadie notaba, el que no pudo asistir el día del examen y no se lo dejaron hacer, por eso decidió robar y quemar todos los exámenes, y hackear el sistema de redes de todos los profesores para poder borrar los archivos de los exámenes, su nombre, Gonz.

Todos comenzaron a subir, ya era hora de entrar a clases. Ya todos dentro, el profesor cerró la puerta, un tipo de unos veintiséis años, con pelo rojo, parado, corto, lentes negros y una bata blanca con cortes y coseduras, una remera negra por debajo y unos jeans azules.
Fue la clase de matemáticas más aburridas de todas, estaban saliendo todos, mientras el profesor miraba con mala cara a Gray y a Gonz, y se marcharon todos, pero a ellos les cerró la puerta.

— Sé las cosas que hicieron ustedes dos, un hacker y un peleador...— Dijo muy tranquilo el profesor.

— Tsk... ¿Como lo sabe?— Preguntó Gray poniéndose nervioso.

— E-es imposible, yo mismo hice todos los cálculos, en la noche no había nadie cuando entré a destrozar los exámenes, y cuando me infiltré en la red, escondí mi ip y cambie mi mac.— Dijo algo alterado Gonz.

— Hahahahaha, tranquilos.— Dijo con el mismo tono de tranquilidad. — No los acusaré, es más, me ayudaran y les pagaré.— Agregó, y su cara quedó en tono serio.

Los chicos, sin saber de que se trataba, aceptaron, porque pensaron que no les quedaría otra, si se sabía que Gray peleo contra dos bandas y Gonz hackeó los sistemas, serían expulsados.
El profesor los dejó salir, sin que digan nada a nadie, y los citó para que al otro día después de clases, se encontraran en un parque.
Despues de una clase de voleibol, las chicas, estaban en los vestidos, muy limpios, llenos de chicas desnudas y bañandose, entre ellas, estaban la princesa de la oscuridad y la princesa de la belleza, discutiendo por quien amaba más a Gray, cuando una profesora se les acerca.

— Ohh, al parecer no sabían — Dijo la profesora sonriente mientras miraba los pechos de las chicas — Gray y Gonz se irán de la ciudad, ya no tendrán más a su príncipe, que lástima, juju. — Continuó la profesora que reía.

— ¿¡Qué!?... Debes estar bromeando.— Dijo con cara triste Sweety.

— Claro que no.— Dijo sin cambiar la expresión — Bueno, aunque hay una forma de que se vayan con ellos, pero, no sé si sus padres estén de acuerdo, pero si quieren deben ir al parque del norte de la ciudad mañana despues de clases.— Dijo, guiñando un ojo, la profesora.

Sweety y Luuly, no entendían la situación, pero quedaron calladas, y de los ojos de Sweety brotaban lágrimas.

Una mansión gigante, blanca con decoraciones fucsias, estatuas, una gran fuente, al fondo, un parque acuático, y a los costados, habitad artificiales para animales que estaban enfermos y necesitaban cuidado.
Dentro, escaleras elegantes con alfombras rojas, llevaban a una habitación tapada de peluches, un somier, y en la pared, fotos de Gray por todas partes, y hasta un santuario dedicado a él. Sweety, en su habitación, se conectó al programa de correo y mensajes instantáneos, y fue agregada por Gonz.

— Sweety dice: Hola!—
— Gonz dice: Hola, quieres diversión por cam? —
— Sweety dice: ¿Qué dices? Eres un desubicado. —
— Gonz dice: Ohh, lo siento, tu eres Sweety, la más linda del colegio, bueno, para los demás... Te agregué porque te encontré en una página de poesía donde dejaste tu correo.—
— Sweety dice: Un momento! tu eres el amigo de Gray.—
— Gonz dice: Uhmm, si, me dio gracia porque todos tus poemas dicen Gray.—
— Sweety dice: Hay no no no no, que vergüenza.—
— Gonz dice: Tranquila, dejas bien claro que lo amas y eso es bueno.—
— Sweety dice: Gracias por entender, jeje... ¿Como es eso que se irán de la ciudad?.—
— Gonz dice: No nos iremos de la ciudad ¿Quién dijo eso?, al menos no yo... Quizá Gray si y no me dijo nada—
— Sweety dice: Uhmm, debo desconectarme porque ya es la hora de dormir, nos vemos mañana en clases, estaré en el gimnasio si quieres verme.—
— Gonz dice: Está bien, nos vemos mañana.—

La chica se desconecta y se va a la cama. Todos hacen lo mismo... Nadie sabe lo que les deparara el futuro.

 

Año dos mil ciento catorce, Son Goku y Krillin combatían contra el zorro de las nueve colas, era una batalla inmensa, ráfagas de poder salían disparadas entre esos luchadores...

— Uh... ¿Quién eres tu? — Pregunté, cuando noté que esa persona que se había sentado en mi sillón de narrador, agarró sus cosas y salió corriendo.

Bueno, venía a avisar a mis personajes, que hoy hacen horas extras, debemos ensayar para el próximo capítulo y debemos aprovechar que hace un lindo día.

— ¿Qué? Encima que hace una hora acabamos de hacer otro episodio. ¿Quieres que nos quedemos?. — Dijo Gray enfurecido.

—Si, debemos hacerlo bien, por más que hallamos tenido un publico entretenido, nos ha faltado mucho para ser los mejores, así que pónganse a trabajar.— Dijo el narrador con dinero en la mano.

— Uhm, está bien, pero solo porque hay buena paga. — Dijo aceptando Gray.

—Si, además tuvimos más espectadores ésta vez, Sweety puso cinco sillas pensando que no vendrían más, pero por suerte superamos las veinte.— Dijo Gonz.

Bueno, empecemos, que el tiempo es dinero.
Al otro día, en una mañana soleada, las clases seguían tan aburridas como siempre, sonó el timbre de salida y todos salieron hacia el parque.

— Creo que aquí es Gay... Oh, perdón, dije Gay jajajajajaja.— Dijo Gonz equivocado y muriendo de risa.

Corte. No puedes ir así por la vida equivocándote el diálogo.
Acción.

— Creo que aquí es Gray, donde dijo que estaría.— Dijo Gonz, nervioso por lo que podría ocurrir.

— Si, ahora solo debemos esperar.— Dijo Gray esperando pero impaciente a la vez.

Cuando de perrente... Lo siento, mi error.
Cuando de repente, ven que un vórtice se abre y de adentro sale su profesor.

— Chicos, fueron puntuales, eso me gusta.— Dijo el profesor, con... ¡Deja de poner esa cara de idiota!.
— Hahahaha, lo siento, es que me parece un poco idiota el guión, y muy pobre.— Dijo el profesor disgustado.

—Si, la verdad que es una porquería.— — Creo que no podría ser peor.— Dijeron Gray y Gonz apoyando al profesor.

—¿Y no podrías dejar de llamarme profesor? ¿Acaso no me pusiste nombre? ¿Soy solo un personaje de relleno?.— Hizo varias preguntas el profesor, haciendo que el narrador se enojara...

¿Saben qué? Está bien, váyanse, mañana hablaremos bien del tema.
Que pasen bien.

 

— Buenos días, hoy tenemos un mensaje de "rata", que dice "Podrías mejorarla un poco en el diálogo mejorando expresando un poco como lo dice el personaje".— Dijo Gonz con sus ojos desinteresados, mientras se le marcaban las venas del cuello, un ojo le quedaba saltando y se le caían los mocos al leer ésta nota.

— ¿Así te gusta?— Preguntó Gonz. — También tenemos al de otro usuario "donno", que dice "Repites mucho el dijo, y eso hace que sea tedioso."— Le habló Gonz a todas las personas aquí presentes, les exclamó, les repitió, les dio a entender, les expresó.

— ¿Qué tal así? — Interrogó Gonz.

— Oye, deberías calmarte, así nos van a cancelar el programa, y nos quedaremos de patitas en la calle.— Dijo Gray algo desinteresado.

— Cállate Gay, jajajaja, perdón, Gray, que si a ti te despiden de aquí igual seguirás siendo parte de Fairy Tail.— Respondió Gonz, siendo sarcástico.

— Oigan oigan, no se peleen, sino van a terminar como el vago de "Derik", que se pasa rascando la panza todo el día, y la novia le grita que haga algo por su vida, pero él sigue metido en su computadora.— Dijo Luuly, para calmarlos.

— ¡Les queremos mandar un agradecimiento enorme a todos los que han leído nuestro fic, sobre todo a las dos primeras en leerlo, "HaNeKo" y "Kei", y siempre han estado aquí.— Dijeron los del elenco, agradeciéndoles a todos los usuarios que han leído el fic.

Hola, ya vine, soy el narrador.
La verdad no sé porque le dan las gracias a ésta gente que en realidad nos han leído porque no tienen nada mejor que hacer, y dicen que siempre han estado aquí como si nosotros lleváramos mucho, en realidad solo llevamos menos de una semana.

— Al fin vienes, siempre tenemos que hacer tiempo para que puedas llegar más tarde, idiota.— Dijo Gray enojado con el narrador.

Bueno, en fin, hoy tendremos dos capítulos, la continuación del capítulo anterior, y una especie de Ova o especial de San Valentin, quince años en el futuro.



Una mañana gris, unas pocas gotas de lluvia caen y golpean en la ventana, no se asoma ningún rayo de sol, una chica se prepara para ir al colegio, recoge su paraguas fucsia, su bufanda blanca, y sus medias largas, también blancas.
Un chico va a mitad de camino, con el pelo mojado, los ojos casi muertos, y una mirada brutal mientras camina, hacia ese instituto que se ve en el horizonte.
Cerca de ahí, una chica, con su chaqueta de cuero y sus jeans rajados, medio dormida y ahuyentando gatos, es recogida por una limusina, donde venía su amiga, y la invitó a pasar para que no se moje.
Ya en el colegio, un chico, que seguía jugando sus vídeo juegos portátiles, sin saber que la lluvia lo había estropeado, y la pantalla estaba negra.
Cuando ya estaban todos allí, Sweety y Luuly fueron directo al gimnasio, a entrenar voleibol, porque pronto sería el torneo, al cual ellas no saben, que no podrán asistir. Gray y Gonz, se juntaron a hablar sobre el tema del profesor, acordaron estar en el parque norte de la ciudad después de clases, pero estaban inseguros. Gonz recordó que había chateado la noche pasada con Sweety, entonces fue al gimnasio para encontrarla, cuando entró, vio a ambos equipos de voleibol tirados, y solo quedaban dos jugadoras en pie, con ojos de asesinas, jugando como si de eso se tratara la vida.

— L-lo siento, creí que era el gimnasio de las chicas.— Les dijo Gonz, siendo irónico.

— ¡Piérdete debilucho!— Le gritó Luuly.

— Espera, él es el amigo de Gray, del que te conté.— Le respondió Sweety a Luuly.

Luuly enseguida se acercó a Gonz, adorándolo y preguntándole donde estaba Gray y como estaba, y si gustaba de alguien.

— Cálmate Luuly, ya sabes, él gusta mio.— Dijo tranquilamente Sweety.

Cuando Gonz vio que se estaba por crear la tercera guerra mundial, interrumpió.

— No hay tiempo para ésto, debemos entrar a clases en veinte minutos, será mejor que se bañen, si quieren me baño con ustedes.— Esa fue la mejor manera de interrumpir que se le ocurrió a Gonz.

Las chicas, sin pensarlo, lo golpearon y lo echaron al pasillo, cerraron la puerta y se fueron a bañar.
Más tarde, sonaron las campanas, era hora de entrar a clases, ahí estaba el mismo profesor que el otro día, a Gray y Gonz se les puso la piel de gallina, solo con la mirada, ese profesor daba miedo. De pronto, vieron que una profesora entraba, sonriente, como si hubiese fumado marihuana todo el día, Luuly y Sweety la reconocieron, era la profesora loca de los vestidores de chicas. Se notaba que estos dos profesores, murmuraban entre ellos, cuando vieron que el profesor, apuntó con el dedo a Sweety, a Luuly, a Gray y a Gonz, diciéndoles que estaban expulsados, pero que igual asistieran a su cita, que si ellos sabían lo que les convendría, lo harían.
Ya afuera del instituto, con Gray puteando, Gonz enojado, Sweety sangrando por estar al lado de Gray y Luuly decidida a quemar el instituto, hablaron de la "cita" que tenían.

— Así que ustedes también tienen una cita en el parque chicas.— Gonz dijo.

— En realidad, no sabemos, solo íbamos a ir porque nos dijeron que Gray se iba de la ciudad.— Contestó Luuly, desinteresada.

— Yo no me iré de la ciudad, no sé quien les dijo eso, pero yo iré a romperle la cara a ese profesor.— Expresó Gray totalmente furioso.

Todos quedaron callados y partieron hacia el parque, aun que faltaban unas horas para el encuentro.
Cinco horas después, había una lluvia inmensa, los arboles parecían tristes, no se escuchaba el cantar de los pájaros y las calles eran grises, y a lo lejos, podían ver a esos dos profesores, parados, sonrientes.
Gray, enseguida corrió a golpearlos, Gonz salió tras él para detenerlo, y lo seguían Luuly y Sweety, estaban a un par de metros, cuando vieron que a Gray, lo succionó un vórtice, no podían creer lo que veían, pero como estaban corriendo, no les dio tiempo a parar, y también fueron atraídos por el mismo.

 

Ésta producción está por las nubes de espectadores pero como producción son muy tristes, no tienen mucha narración, los personajes son plagiados, y el estilo es una combinación de "Yamato Nadeshiko" y "Gintama".

— ¿Uh?... ¿Quién es usted?.— Preguntó Gonz.

Hola, soy el nuevo narrador, vengo a ponerle vida a éste fic, está muerto en vida.

— ¿Uh?... ¿Qué le sucedió a nuestro anterior narrador?.— Continuó con la narración.

Ese es el motivo porque los episodios eran tan cortos, se quedaba sin ideas a mitad del capitulo y comenzaba a tirar humo por las orejas, la ultima vez se fundió y el cerebro comenzó a salir por su nariz.

— Pues, no me extraña, no tenía mucha idea, a mi me puso de nombre Gonz, un narrador y un personaje no deberían tener el mismo nombre.— Dijo Gonz sin preocuparle ni un poquito el antiguo narrador.

Jajaja, tienes toda la razón, por eso me trajeron a mi, Gonz dos punto cero.

— ¿¡Qué!?.— preguntó Gonz en un tono fuerte.— Pero si te miro bien, eres el mismo narrador de antes pero con una máscara de "Barney el dinosaurio".— Agregó.

Hahahaha, me has descubierto, pero tenía que intentarlo.
Prometo que a partir de ahora seré un buen narrador y cumpliré con todas las cosas, porque....

<El narrador se queda dormido>
<Gonz le pega al narrador con una trucha>
<Es super efectivo>

Lo siento, como iba diciendo, el cumplir lo que los espectadores quieran es mi deber.
Ahora tendremos que ir al especial de San Valentin.

Quince años después de la gran aventura de nuestros amigos, Sweety y Gray, viven en una mansión otorgada por la familia Flour, la familia de Sweety. Están esperando a su primer hijo, y el único que piensan tener, para poder darle toda la atención del mundo, cuidarlo y salir de paseo junto a él.
Por otro lado, tenemos a Luuly y a Gonz, que también se casaron, pero su relación es algo diferente.

— ¡Ve a lavar los platos y deja tus vídeo juegos! ¡Inútil!.— Se escuchaba el grito dado por Luuly, por toda la casa y el vecindario.

— Ya me cansé de que me grites loca, desde que me despidieron de Dragon Ball Z ya ni te fijas en mi.— Dijo Gonz, ya harto del maltrato.— Quiero el divorcio, cuanto antes, mejor.— Agregó, algo triste.

Luuly puso la cara del mismísimo diablo, cerró la puerta brutalmente y se fue.
Pasaron unos días, ya se habían firmado los papeles, faltaba solo empacar e irse de la casa, lo que estaba haciendo en ese momento Gonz, mientras Luuly se encerró en su habitación, y con una tormenta de lágrimas en los ojos, se dejaba consumir por el orgullo y no decirle a Gonz que se quede. Se sintió el golpe de la puerta, él ya se había marchado, y ella ya lo extrañaba, esas noches donde salían a comer juntos, y ella se le quedaba mirando con una sonrisa mientras el jugaba con su portátil, ella sentía que a parte de un marido, tenía un hijo. Ahora solo quedaban las cartas de amor que estaban allí hace más de diez años, que pasaban de ser los más hermosos pétalos de rosas, a ser cuchillas afiladas apuntando a su corazón. Nunca se había sentido el silencio agonizante en la sala de estar, donde en la computadora en la que él pasaba todo el día tenía como fondo de pantalla, una foto de ellos juntos, la primera vez que salieron en una cita.
Ese día, Luuly corrió a la casa de Sweety, su mejor amiga desde hace ya quince años.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?.— Preguntó Sweety al ver que venía bañada en lágrimas.

— E-es que me divorcié con Gonz.— Respondió, aún llorando.

— ¿Te desapareces dos meses y me vienes con esto? Dios mio, nunca cambias.— Le dijo Sweety como retandola.— Pasemos adentro, traeré helado e invitaremos a nuestras amigas a mirar una película.

—G-gracias amiga.— Dijo Luuly limpiándose las lágrimas.

Esa noche, mientras tomaban helado y miraban la película, decidieron que no era suficiente, por lo que fueron a una discoteca a divertirse. Cuando ya estaban adentro, Luuly y las demás bailaron, distrayéndose por un rato de la triste realidad, pero Luuly se dio cuenta que alguien la miraba desde que entró, un chico de pelo rojo, ojos negros, la mirada de un chico malo, con una chaqueta de cuero muy cara, unos jeans rajados como los que le encantan a ella, y con cadenas plateadas. No le importó mucho, aunque se notaba que era la clase de chico que le podría llegar a gustar, continuó bailando y divirtiéndose.
Luego de que todos se fueron del baile, Luuly decidió caminar sola a casa, con la excusa de que debía pensar en su vida. Cuando las chicas se alejaron, Luuly vio al chico, la miraba con unos ojos penetrantes.

— Hola.— Dijo el chico, mostrando interés. — Mi nombre es Kurone. ¿Cuál es el nombre de la hermosa dama que tengo ante mis ojos?.— Se presentó.

— H-hola, m-mi nombre es Luuly... ¿No nos hemos visto antes?.— Se presentó y preguntó Luuly, pareciéndole una cara conocida.

— No, no creo habernos visto antes... A menos que sea por la calle, hahaha.— Respondió Kurone.— Te invito un café, y nos podremos conocer mejor. ¿Te gustaría?.— Agregó.

Ella solo asintió con su cabeza, y ahí fueron, en una ciudad tranquila, en la que la madrugada no significa nada, ya que todo el día es así de calmado el panorama, un café a mitad de la ciudad, donde solo venían los clientes habituales y al parecer, Kurone era uno de ellos. Pidieron café y medias lunas, comenzaron a hablar, y mientras que más se conocían, más se gustaban al parecer.
Pasaron los días y Luuly y Kurone siguieron saliendo, pero Luuly aún escondía algo, ella creía que Kurone la hacía feliz, él le compraba bombones, flores, pasaba tiempo con ella, pero no era muy romántico a la hora de hablar, y cuando la abrasaba o la besaba, ella no sentía la misma calidez que sentía con Gonz.
Un día, estaban en la casa de él, la televisión estaba prendida en el canal de noticias, un mensaje le llegó a Luuly, éste decía; "Gonz se irá de la ciudad, es tiempo que decidas que hacer". Kurone se dio cuenta de que ella lloraba y su mirada perdida guiaba hacia la nada.

— ¿Qué sucede?.— Preguntó Kurone quitando el celular de su mano. — ¿Así que es ese idiota otra vez?. Creí haberte dicho que no te juntaras más con él.— Le dijo furioso.

— ¡Cállate, tu no sabes nada de nuestra relación!.— Le respondió con el mismo caracter Luuly.

Ella intentó llamar a Gonz, pero el chico le dio una cachetada, Gonz atendió el teléfono y solo escuchó gritos, como si estuviesen peleando. La televisión aún seguía encendida, en noticias de último momento estaba un conductor muy alocado que no se detenía por nada, pero tampoco ocasionaba un accidente, como si hubiese conducido entre monstruos toda su vida.

— ¡Suéltame¡.— pidió gritando Luuly.

— Cállate, quiero que me des algo que no me has dado, quiero diversión.— Le dijo Kurone con una voz amenazadora.

La comenzó a desvestir de a poco, y Luuly se resistía ante él, pero no podía hacer nada, Kurone era fuerte.
Se sintió un estallido y parte de la casa se había derrumbado.

— Lo siento, creo que me pasé.— Dijo Gonz, muy confiado y con el auto detras.

Acto seguido Gonz corrió hacia Kurone, golpeándolo fuertemente con los puños en la cara, nunca se había visto un Gonz tan furioso, un golpe tras otro, desfigurando la cara de Kurone, manchando de sangre el suelo y la cama.

— Das lastima, y por eso le pegas a las mujeres, porque sabes que no puedes ni contra un debilucho como yo, la próxima vez que te acerques a una mujer, ya no tendrás más apetito sexual.— Dijo Gonz, aún furioso, golpeandolo tan fuerte ahi abajo, como para que le siga doliendo a sus nietos.

Luuly, se había quedado sin palabras, solo respondía por instinto, cuando Gonz le estiró la mano y ella lo agarró, salieron de ese lugar y corrieron, se fueron hasta la playa.

— Mi sueño, es que un día, nuestros hijos junto a nosotros, puedan ver lo que estamos viendo.— Dijo Gonz mientras miraba el atardecer.— Y quiero que algún día, cuando crezcan, lo puedan ver con sus parejas. Pero ese sueño, solo se cumplirá si me perdonas.— Agregó, con lágrimas en los ojos.

— Prefiero ser un viciado de los juegos, con una persona que me grite, pero que en realidad su corazón solo viva por mi, a poder jugar tranquilo, sin la calidez de un abraso.— Siguió hablando Gonz. —¿Te casarías de nuevo conmigo, hasta que la muerte nos separe?, aún me quedan siete vidas en el Mario Bross.— Preguntó Gonz, bromeando un poco para ablandar la situación.

Luuly, con el brillo en sus ojos, solo respondió con un beso y un abraso, porque la reconquisto igual que en su primera cita, y eso fue todo para ella.

Fin.

"mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites."

Mario Benedetti.