American School of Love.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Igual que Buzz, 8 Agosto 2012.

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  1.  
    Igual que Buzz

    Igual que Buzz Guest

    Título:
    American School of Love.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    695
    Capítulo 1 : "el comienzo de algo nuevo".​
    Abrió los ojos. Aún desperezándose estiró el brazo hasta que se topó con algo duro en la mesilla de noche; - jumpf - masculló, - ya está sonando el despertador -. Temerosamente, como esperando que no ocurriese nada malo, miró la hora. Ocho de la mañana. Suspiró, después de un largo verano hoy era su primer día de colegio, ya casi no recordaba lo que era madrugar, y volver de nuevo a la rutina se le hacía demasiado difícil. Mientras estaba sumergida en sus pensamientos, pasó su madre por el pasillo y amorosamente la saludó :​
    - Buenos días cariño, date prisa y vístete, todavía tienes que desayunar, no querrás llegar tarde en tu primer día, ¿verdad?​
    Así que nuestra chica, ya casi despierta del todo, se levantó de un brinco, quedando junto a la puerta. Observó su habitación, ¡qué bonita era! Estaba completamente pintada de lila clarito, y tenía muchas rosas blancas frescas, aromatizándola de una manera muy agradable; ciertamente ese cuarto inspiraba paz. Le convenía, porque ella era puro nervio, así que la relajaba sobremanera entrar en su pequeño mundo. Ensimismada abrió su enorme armario, que parecía salido de una serie de televisión, digno de una princesita. Sacó su uniforme, que consistía en un polo de manga corta blanco con el escudo del colegio en la parte izquierda, justo encima del corazón; y una falda cortita en azul eléctrico, cruzada por unas finas líneas marrones y blancas. También tenían un jersey de punto azul marino para el invierno, pero como todavía eran mediados de septiembre, se decantó por el cárdigan que solían usar en verano. Acabó de vestirse poniéndose unas medias blancas por la rodilla y unas bailarinas, también blancas. Se veía realmente bien, estaba preciosa. Y es que en realidad, así era ella, Kikyo Dazai. Fue hacia el espejo y se miró. Tenía la piel pálida, muy pálida, como si no hubiera conocido el Sol; su nariz era pequeña y respingona, a juego con sus labios rosados. Sus ojos eran marrones, y aunque era cierto que no tenían un brillo excesivamente llamativo, eran considerados por mucha gente bonitos; pero lo que más le gustaba de ella era su largo pelo negro, liso y brillante, con un flequillo recto meticulosamente cortado. Se lo recogió en una coleta alta y le hizo un lazo. Cuando terminó se levantó y caminó hacia atrás para poder reflejarse en el espejo de cuerpo entero. Dio una ojeada leve primero, después se detuvo un poco más y finalmente dio un par de vueltas. - Perfecta -, pensó. Su cuerpo era alto, mediría alrededor de 1´70 m. y estaba delgada, pero no en exceso, por lo que se podían apreciar unas bonitas curvas, que traían locos a muchos de sus compañeros y conocidos, y ella lo sabía. Tenía muchos pretendientes, pero ella seguía soltera. Había salido con un par de chicos, pero no había llegado a ser nada serio, no terminaron de convencerla; aunque ahora seguían siendo amigos. Tras salir de sus cavilaciones, miró el reloj, y al ver que ya eran casi las ocho y media bajó corriendo a desayunar. Tomó una taza de leche con cola-cao y un par de galletas que le había preparado su madre, y después de coger su mochila, salió corriendo de casa. Atravesó el enorme jardín que la rodeaba y al fin llegó a la limusina; se sentó en el asiento trasero y le dijo a Jaken, su choffer :​
    - Jaken, llévame a casa de Ayame, tenemos que pasar a buscarla, ¡pero rápido que llegamos tarde a clase!​
    Su choffer asintió y empezó a conducir. Kikyo, por su parte, se puso a pensar mientras no llegaban a casa de su amiga. Volvían a la rutina, y este curso prometía ser muy bueno.​
    -------------------------------------------------------------------------------------------------​
    Bueno gente, este es mi primer fic, así que no me comáis, jaja, dejadme vuestras respuestas y opiniones pooorfa, y decidme si os gusta, en qué he fallado y demás! Muchos besoooos, xoxo.​
     
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  2.  
    Igual que Buzz

    Igual que Buzz Guest

    Título:
    American School of Love.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    878
    Cuando pasó una media hora escasa, Kykyo y su choffer estacionaron la limusina delante de una enorme mansión color gris perla. Medía diez metros, y tenía unas enormes ventanas que dejaban disfrutar de las bonitas vistas que ofrecía el paisaje. En cuanto al resto, el jardín era igual que un parque natural, lleno de flores, estanques y animales; sobre todo animales. Ayame era una fanática de los lobos, así que había varios que deambulaban a su antojo por el lugar; pero también podían verse perros, gatos, alguna que otra tortuga y muchos, muchos pájaros de todos los colores. Los dos personajes estaban embelesados mirando hacia la casa, como hacían siempre que se detenían allí, porque era digna de admiración; cuando de pronto, un grito los despertó de sus pensamientos:
    - ¡Kykyo, Jaken! Lamento muchísimo la espera, ya sé que llegamos tarde, pero es que no encontraba mi falda del uniforme.
    - No pasa nada Ayame - comentó Kykyo - únicamente Jaken tendrá que apurar un poco para llegar a casa de Sango a tiempo.
    - ¿Todavía tenemos que ir a casa de Sango, señorita? - dijo Jaken con una mirada que demostraba una mezcla de incredulidad e indignación.
    - Sí Jaken, lamento marearte, pero es que acaba de mandarme un mensaje, y como total nos queda de camino ... - respondió Kykyo, y sonrió. Nadie podía resistirse a su sonrisa.
    Total, que Jaken finalmente accedió, (no sin mil protestas), a llevarlas a casa de Sango. Cuando llegaron a su mansión, Sango estaba ya en la puerta esperándolos, como siempre : preparada y perfecta. Subió al coche y saludó a los tres ocupantes, y así se dirigieron hacia el American School, su colegio. Ayame y Sango parloteaban sobre qué chico estaría más guapo este curso, cual habría perdido facultades en el verano, sobre si habría compañeros nuevos, y demás temas un poco absurdos, según pensó Kykyo. Ella prefirió mirar por la ventana y pensar. Lo primero que le vino a la mente fueron ellas, sus mejores amigas desde .... bueno, desde siempre. Ayame, aish .. como adoraba a Ayame. Era tan alta como ella, pero tenía unos enormes ojos verde esmeralda, que combinaban a la perfección con su brillante pelo naranja. Tenía un cuerpo muy bonito, aunque su musculatura estaba demasiado desarrollada, debido a la obsesión de Ayame por el atletismo. Por lo demás, era muy dulce y muy buena amiga. No hablaba mal de nadie, e intentaba siempre restaurar la paz, aunque a veces no le salían muy bien sus planes. Kykyo sonrió; realmente esa niña merecía mucho la pena.
    Y después estaba Sango. ¿Qué decir de ella? Sango era preciosa; alta, delgada, con un pelo marrón larguísimo, que casi siempre recogía en una alta coleta y con los ojos marrones. Tenía muy buen gusto a la hora de vestir, y a pesar de que en su colegio había que usar obligatoriamente el uniforme, cuando se la veía fuera de las clases era todo un icono para mucha gente. Sin embargo, contrariamente a Ayame, Sango era muy revoltosa, no podía parar ni un segundo quieta; además, era muy bruta, pero era un cielo de persona; Kykyo estaba orgullosa de haberla encontrado. E inevitablemente, tras estas cavilaciones, pensó en que tanto Ayame como Sango tenían novio. El de Ayame se llamaba Koga, era un amigo de su familia desde tiempos inmemorables. Tenía el pelo negro y los ojos azules, un contraste precioso en la opinión de muchas, y además estaba muy bien fornido. Le encantaba el atletismo, igual que a Ayame, y era un muchacho excelente. Su novia y él se querían, se notaba en como se miraban, y mucha gente los envidiaba porque les gustaría tener una relación así de bonita, pero era diícil. El de Sango respondía al nombre de Miroku; su padre y su abuelo eran monjes de un tiempo, y a él le encantaba la profesión. Tenía también los ojos azules y el pelo negro, pero su rostro era mucho más aniñado que el de Koga, lo que lo hacía extrañamente guapo. Su cuerpo estaba bien, también era muy deportista, pero Miroku prefería el fútbol. Era un amigo excelente, muy gracioso y amable con todo el mundo. Sólo tenía un defecto, las chicas eran su perdición. Ésto le había ocasionado muchas discusiones con Sango, alguna ruptura temporal y varios buenos coscorrones; aún así, Sango era la niña de sus ojos, no necesitaba nadie más; y estaba cambiando por ella.
    Kykyo estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se enteró que ya habían llegado al colegio, hasta que una voz gritó :
    - ¡Kykyo! Pero tía, apura, ¿no ves que no llegamos?
    - ¿Eh? ¿Pero qué hora es? - contestó nuestra protagonista mirando su reloj - ¡Aaaaaaaaaaaah, las nueve y cuarto! ¡Corred muchachas, corred!
    Y así marcharon las tres hacia la entrada del colegio, mientras el choffer las observaba con cara de diversión. Al fin y al cabo, nunca cambiarían.
    Tras unos minutos, se hayaban seguras en la puerta. Se colocaron el uniforme, se peinaron y se retocaron el maquillaje. Iban a entrar. En cuanto lo hicieran, todas las miradas se posarían en ellas, y entonces, empezaría el curso.

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    Holaaa, bueno, estoy aquí con el segundo capítulo, ¿qué os parece? Comentaaadme opiniones! Nos vemos en el siguiente capítulo, xoxo.
     
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