Una aplicación maliciosa

Y la verdad es que esas inteligencias artificiales causan muchos problemas en lugar de ayudar en:

Hacka Doll The Animation

De hecho nada más llegar invaden la privacidad de la usuaria y encima se burlan de sus gustos, menuda vergüenza que pasó la chica con el cosplay y más aún con esas fotografías. Encima de que Ayame es una segunda vez víctima de N1, N2 y el N3, por lo que no estoy del todo convencida del final. Por cierto, que no es la única que tiene contratiempos, después de todo esas IA fueron a parar con un Director de TV para ser idols para luego terminar fracasando. En cuanto al programador ese pues… su ‘amor’ por el anime interfirió negativamente en su trabajo. Aunque es curioso cuando una aparece frente al fan de los juegos eroge y surgen malentendidos.

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Pero para crear un anime por más que hayan cumplido su deber, huyeron una vez vieron lo difícil que fue elaborar tan solo un episodio. También, de las pocas veces que también hicieron algo fue la vez que ayudaron a una extraterrestre a volver a su planeta. Otro triunfo fue cuando se metieron a un videojuego extraño donde había gente rara que realizaba acciones indecentes, pero supongo que lograron sacar al tipo ese de su habitación. Por otra parte, fue imprevisto lo que le sucedió al admirador de la seiyuu.

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Sin embargo, las cosas se van poniendo mucho peor como en el capítulo donde hay fanservice y un intento de asesinato, por lo que para resolverlo se culpa a alguien al azar. Y para colmo debido a una confusión un niño se enamoró de su compañero de juegos creyendo que era una chica debido a fallas del sistema de Hacka Doll. Aún así, lo más interesante que ocurrió es que lograron ser chicas mágicas para pasar a ser antihéroes.

No obstante, lo que en realidad me confunde, es el rumor de que la N4 es un buen ejemplo, si es la peor.

Posdata: Esto es como burla en base a los clichés típicos de los otakus japoneses.
Nota: Vaya referencia a Dragon Ball que tuvo al final con batalla y todo, lo malo es que se trataba de un sueño. Ya me parecía extraño ver a unos moteros punks en el Comiket.