Un recuerdo gracioso [¡Abril te desafía!].

Publicado por Asa Hine en el blog El extraño mundo de Asahi. Vistas: 251

Mi familia y yo una vez fuimos a un cine. Compramos los boletos, las palomitas y los refrescos, a mi me toco llevar las palomitas. Todo iba normal, ya era la hora en la que empezaba la película y decidimos entrar. Todo estaba apagado, sólo se podía ver las luces debajo de algunos escalones. Buscábamos el lugar de nuestros asientos, pero de repente mi hermana se cayo al intentar subir el escalón de los asientos, ¿cómo rayos todos los escalones del camino tienen luces y ese no lo tuviera? (ese era mucho más alto que los escalones del pasillo). Después de reírnos un poco de ella, decidimos subir a los asientos. Pero mi instinto solidario oculto decidió que las cosas no se quedarían así, pues yo me cai igual o peor que mi hermana (eso sí, yo me caigo de pura boca, pero las palomitas deben salvarse). Se la pasaron haciéndome bullying sobre eso durante mucho tiempo.

También esta ese momento en que fuimos a la graduación de mi hermano, duramos ahí unas buenas horas (Pensamientos de ese momento: fruta vida, ¿por qué rayos creen que me interesarían los demás? ¡Corten eso, sólo saquen a mi hermano para que de una buena vez pueda ir a comer!). Cuando llego el turno de mi hermano estábamos grabando cada detalle, todo iba normal hasta que el señor que daba los diplomas nombro a mi hermano con un nombre legendario; Joel (mi hermano no se llama así). Ufff, en ese momento mi hermana y yo lo habíamos grabado todo para inmortalizarlo para la posteridad, se podía ver de lejos el enojo de mi hermano, era demasiado gracioso. Cuando nombraron a los mejores alumnos no lo nombraron (era raro, pues si habían nombrado a su novia pero no a él, el cual había sacado mejor puntuación). Y lo mejor fue cuando empezaron a felicitar a mi hermano:
—¡Felicidades, Joel!
De lejos se notaba la frustración y desesperación, creo que ese era uno de lo peores días de su vida. Pobrecito... pero de esta no te salvas, igual nos burlaremos de ti.

O ese momento cuando tenía 5 años y tenía ganas de vomitar, estaba enfermita. Corría hacia el baño, pero fue en vano, vomite en medio del camino. Pero no suficiente con eso, me resbale con mi propio vomito y caí de espaldas en el. Cuando me quise parar y hacer eso no tan humillante, ¡sorpresa! Me volví a resbalar pero de cara (fruta vida, fruta suerte). Tengo que admitir que ese momento por humillante que fuera, era muy gracioso.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario