Tu discurso de líder

Borrador de mi discurso de graduación.
Aún sin corregir ni terminar, jajajaja.
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De niños visualizamos toda una vida repleta de sueños, de metas que no parecen imposibles; queremos ser alguien que cambie el mundo, héroes o princesas que sean el ejemplo a seguir, ya que nos han enseñado que sin un gran impacto tu nombre puede ser olvidado. Aprendimos a trabajar en equipos dentro de instituciones educativas, a enojarnos por no ser escuchados, a enfrentar la vida con todos los obstáculos que ésta conlleva.

Vivimos de momentos efímeros pero placenteros, luchamos por movimientos ignorados y sobrevivimos a egoísmos de líderes que sólo buscaban el poder sin el bienestar de la sociedad que se pretendía proteger. Unidos representamos el poder de generaciones en constante cambio, separados somos blancos fáciles de la destrucción emocional mas pilares importantes que no deben dejarse caer.

Comprendí que alejarse no es malo, que alejar a la gente duele pero muchas veces es necesario y que te alejen sólo sirve para dar una lección. No recibirás jamás todo aquello que das por muy bueno o malo que actúes, pero no por eso veas todo como una batalla perdida, pues toda lucha tiene una consecuencia por muy pequeña que se le entienda.

Durante estos años aprendí y enseñé, moldeé mi actitud y permití que personas varias ingresaran en mi mundo; me encontré, después haber olvidado incluso quién era y quién quería ser. Recordé que donde la gente ve la simpleza yo veo belleza, donde la gente ve un hecho cotidiano yo guardo un recuerdo, donde la gente ve una fotografía yo veo mi vida. Donde la gente se olvida de las pequeñas cosas que nos hacen feliz yo veo una lucha que todos debemos enfrentar.

Entonces, al profundizar un poco me encontré con algo más.
Encontré que ese 'yo' abarca en realidad un 'nosotros'...

Fuimos, somos y seremos unión.

Por eso, compañeros, ahora ha llegado el momento de retomar aquellos infantiles sueños; volver a desear ser el héroe, el guerrero, la guerrera o la princesa de alguien, de ser ese cambio paulatino en la sociedad que desde siempre se ha deseado encontrar. Somos adultos jóvenes ya, tomaremos decisiones que pueden perjudicarnos o engrandecernos con la misma fuerza, seremos los peones de una sociedad monótona hasta que busquemos un tercer camino.

No saldremos hoy con la experiencia mas sí con las ganas suficientes para no caer.
Y sufriremos, porque sin el sufrimiento no se saborea propiamente la satisfacción.

Pero entiendan, por favor, cuando les digo que vale la pena.

Todos queremos comernos al mundo sin darnos cuenta qué tan fácil es que éste nos trague primero, por eso mismo disfruten de sus días y compañías, no busquen futuros sin antes ver lo que el presente tiene para ofrecer. Piensen en el mañana sin dejar de vivir el hoy.

Sean grandes en donde ustedes lo deseen.

Vine aquí, ante todos ustedes, con la meta de decirles lo mucho que extrañarán ser jóvenes... porque eso se espera de todos: vivir de añoranzas, de pensar que quizá un pasado es mejor vivencia. Pero no.

Estoy de pie con sentimientos encontrados sólo para decir que: la guerra llamada vida no tendrá piedad, mas eso no justifica realmente la cobardía; aún el más débil prevalece si deja de seguir y comienza a buscar para guiar. Cuando tenía quince años e ingresé aquí no sabía quién era, pero sabía quién me hicieron ser... ahora, ahora años después descubrí la verdad.

Soy Fernanda.

¿Y qué quiero llegar a ser? Recordada, aún sin saber cómo, cuándo, por qué o con qué. Pero mi meta está trazada pese al borroso sendero.

Díganle adiós a sus aulas y maestros, mis amigos, llegó la hora de dejar estas paredes protectoras y enlistarnse para la batalla...