The Bookshop and The Barbarian; la decepción
Publicado por Lucius Belmonte en el blog La Biblioteca de don Lucius. Vistas: 11
El aspecto de Lucius es, siendo optimistas, sombrío. En lugar de estar con su buen humor habitual se encuentra inclinado sobre el sillón, con las manos juntas delante de la cara con gesto meditabundo. Después de un suspiro, empieza a hablar.
—Esta es la primera vez en muchísimo tiempo que un libro me ha decepcionado. Empecé a leerlo esperando algo parecido a El Café de las Leyendas y me he llevado el batacazo de mi vida. El principal problema del libro es que intenta ser gracioso y lo intenta tanto que termina rompiéndose y… Esto ha sido una tortura. Es pensar en todo lo que este libro hizo mal y llevarme una conmoción, pero tengo que sacármelo de encima así que avisados quedan si me ven errático.
“A ver, empecemos por el principio. La historia sigue a una mujer llamada Maribella Waters, la cual llega a un pueblo llamado Leafhaven, donde acaba de adquirir una librería. El edificio lleva abandonado un buen tiempo y parece que el noble que actúa como señor feudal del pueblo se lo quería quitar de encima y se lo vendió a la primera persona que le ofreció un precio aceptable por él. Total, que Maribella llega a su librería, se topa con que el abandono ha sido tan extendido en el tiempo que unos goblins se han instalado en el edificio. Como no quieren irse por las buenas, la protagonista va a buscar a la guardia. Como resulta que los goblins son una especie protegida, no le queda más remedio que acudir a una taberna de mala muerte a buscar una aventurera… Perdón, una espada de alquiler… Perdón, una murder-hobo, para que la ayude con el tema de los okupas de la librería… Y tengo que parar, porque he estado bailando alrededor del principal problema del libro: No es una historia, es un chiste. No lo digo en plan chiste de esos tan malos que son buenos, no; es que cada cierta cantidad de páginas uno se encuentra con bromas que de tanto que se repiten pierden la gracia. Uno queda avisado de que va a haber humor desde el inicio, con una cita de “¡Guardias! ¡Guardias!”, obra de nuestro benévolo dios Terry Pratchett, refiriéndose al busto de Sybil Ramkin, uno de los personajes más importantes de sus libros. El caso es que esta cita es imitada dos veces dentro de la novela. La primera vez es graciosa porque se entiende la referencia, la segunda es cansina y, para rematar, acto seguido el autor revienta la cuarta pared para decir que se acabaron las bromas sobre pechos femeninos porque la cosa se ha puesto seria. ¿Perdón?”
“Y eso es lo otro: Las constantes roturas de la cuarta pared. Hay unas tres interrupciones en las que la historia se detiene para meter una pregunta con respuestas de opción múltiple. Ojo, no se trata de algo estilo “Elige tu propia aventura”, sino de una especie de prueba para ver si recuerdas algún detalle que apareció previamente en la novela. Ya, solo para eso y nada más. Poca cosa hay peor en este libro que ver aparecer una de esas preguntas. Y eso no es todo, también está el humor de la novela. Miren, mi saga favorita de toda la vida es el Mundodisco, está en lo más alto del top de mis gustos literarios y su humor es magistral. El problema es que “The Bookshop and the Barbarian” a su lado me hace pensar en esa frase de Oscar Wilde: ”La imitación es la forma más sincera de halago que le puede hacer la mediocridad a la grandeza”. Morgan Stang intenta hacer comedia con los elementos clave de las novelas estilo cozy pero lo hace de una manera en la que los personajes se comportan de una forma absurda, no cómica. Por ejemplo, en cuanto Maribella empieza a buscar ayuda con el tema de los goblins se topa en un par de ocasiones con personas que de tanto estar aburridas están hastiadas y hacen todos el mismo gesto al mismo tiempo que se preguntan qué pueden hacer para entretenerse. El gesto que hacen es poner las manos de la misma manera que ustedes las pondrían para sostener un libro mientras lo leen, algo muy conveniente para la protagonista y para la historia. Ese es el chiste. Y no es todo. Oh, no; esta también Sir Edmundus Gloopinbottom. ¿Quién es este tipo? Pues nada más y nada menos que la persona más maravillosa de ese mundo. Aventurero de fama mundial, gran escritor y además un limo verde. Si, el tipo es un slime y si no bastaba con eso parece que tiene poderes curativos. Este Gary Stu gelatina aparece únicamente en un capitulo que puede perfectamente borrarse del libro y no cambia nada, salvo que deja de tener sentido un chiste malísimo sobre porque Edmundus no ayuda a Maribella con un problema bastante grande siendo tan poderoso. La rotura de cuarta pared que fue la respuesta es algo tan malo que casi dejo el libro ahí mismo. Ah, y además tienen la desfachatez de hacer una broma a costilla de Legends and Lattes, El Café de las Leyendas; diciendo que la idea de un café es absurda y se les augura el fracaso a las protagonistas de la novela. Mira que hay que tener valor…”
“Iba a soltar un insulto, pero no vale la pena. Este viaje empezó de forma extraña y acabó siendo algo más indescriptible que un bicho salido de la imaginación de Lovecraft. En fin, a mí no me gustó. Esta cosa no es una historia en un mundo, es un escenario donde ocurren cosas; nada más y nada menos. Perdón por irme por la tangente filosófica, pero es que esto que acabo de decir es el principal problema de esta aberración ajena a la bondad de las musas y los dioses del arte: Se supone que las historias de ficción son reales dentro del mundo definido por sus reglas, pero The Bookshop and the Barbarian se siente más como una especie de farsa. Esto no es real”.
“En fin, no podría recomendar este libro. El que sí puedo recomendar, no obstante, es “El Café de las Leyendas”, para una historia de dos mujeres alrededor de un negocio en un pueblo de un mundo de fantasía. Y para una buena dosis de humor, pásense por cualquier libro del Mundodisco. Son algo mucho mejor que esta
cosa.”
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