Tengo trastornos (TW: Trastornos alimenticios)
Publicado por Kaisa Morinachi en el blog Crazy house. Vistas: 93
Entrego mensajes confusos y la gente a veces cree que romantizo cosas tóxicas...
A veces uno, inconscientemente, lo hace. Pero a mí nunca me gustaría hacerlo a conciencia, porque es horrible.
Quería hablar de una situación que me persigue desde los 14 años, cuatro años, que se sembró en mi más tierna edad, por allá a los ocho, creció, sacó ramas, corté el tronco...
Pero hoy sé que nunca me dejará, eso es sufrir de un trastorno, nunca te deja, solo aprendes a vivir lo más sanamente que puedes a pesar de eso
¿Por que escribo esto? Simple, puede que allá afuera haya otra persona que sufre lo mismo que yo, o al menos similar, pero está sola, se siente incomprendida, atacada, angustiada...
Si este relato personal le alcanza, me gustaría al menos que supiera que no está sola: Tienes personas que te comprenden y habrá personas que querrán que dejes de sufrir, que vivas mejor, que te sientas mejor.
Antes que nada, recordar y mencionar que tengo TEA (Trastorno del espectro autista), pero hoy hablaré de otras cosas. Esas cosas están relacionadas a mi trastorno alimenticio que, sé por investigar y mi experiencia, que tengo. Ese trastorno yo intuyo que es el de la anorexia.
Mi peor época fue entre 2018 y 2019, entre mis 13-15 año, pasé por una de mis etapas más estresantes en 2018, exploté y terminé muy mal. Entre las cosas que hice disminuí la comida a niveles muy bajos y, aparte, hacia abdominales todos los días exceptuando dos o uno de descanso, 70 mínimo. Estaba delgada, en el límite a bajo peso o de frentón bajo peso. Me daba ansiedad comer, no quería, evitaba comida como papitas fritas, deje de aceptarle la ración de colación que me combinaban mis compañeros y solo comía 3 comidas al día.
Y comía 3 porque yo misma, tras leer Miriam es anoréxica, gracias a que una profe la hizo lectura obligatoria, me dije: Si dejas de comer tres comidas al día caerás.
Era un punto de no retorno, sabía que lo que hacía estaba mal y por eso me coloqué el límite de no comer menos que tres comidas. Eso y nunca vomitar lo que comía, por ende, sé que desarrollé anorexica ansiosa, pero nunca bulimia.
Durante 2019 le pregunté varías veces a mi amiga si acaso estaba gorda (pesaba entre 53 a 57 kilos midiendo 1,66 aprox ) Y, agradecida por siempre que me dijera: No, no lo estás, tu cuero está bien.
Tengo la imagen grabada de nosotras dos viendonos en el espejo del baño, en la escuela, como cuarta vez que preguntaba eso a ella durante el año. Recuerdo que le dije que sentía que mis muslos eran gordos, ella me llevó al salón de clases, hizo que nos sentáramos uno al lado de la otra y, con paciencia, me dijo algo así:
Mira mis muslos y mira los tuyos: Los míos están gordos, los tuyos están bien.
Eso me ayudó a darme cuenta de lo alterada que tenía mi propia percepción, dismorfia corporal, gracias a ella me di cuenta de eso y desde entonces las cosas cambiaron.
En 2019 tuve mi primera pareja, el amor, cariño y buenas palabras que él me dedicó mejoraron un montón mi autoestima. Sigo sin tener buena autoestima y puede que jamás tenga autoestima como tal, pero gracias en parte a él, a sus genuinas palabras de amor, tuve el valor de al menos empezar a respetarme a mí misma.
Los dos novios que tuve luego de él (mi otro ex y el actual) también me trataron muy bien y sus halagos, por más que a veces sienta que no lo merezco, me ayudan a olvidar mi propia mala percepción.
Entonces, con la ayuda de mi amiga y de mi pololo, ayuda indirecta, más asistir a donde una psicóloga, aunque no tocamos mucho en tema de la anorexia, tomé la decisión de mejorar. Un día se lo dije a mi familia, cada uno más bien por separado. A mi hermana, a mi mamá, seguro luego a mi padre, incluso a mi abuela que, ahora que recuerdo, gracias a su cariño y servicial manera de ser recordaba que tenía que comer y, por ejemplo, si ella me servía uvitas, me pelaba una naranja o me picaba peras sin que se lo pidiera yo comía casi sin culpa y, creanme, comer sin culpa cuando te aterroriza subir de peso es un gran logro y le agradezco a mi abuela por eso.
Una vez confesada, le expliqué y le dije a mi mamá y por defecto a mi hermana: Yo no puedo manejar esto sola, necesito ayuda, así que si vuelvo a caer en estos pensamientos y actitudes, les avisaré para que puedan ayudarme de alguna manera.
No hubo necesidad, pero cada que me siento mal les digo que me da ansiedad, que me preocupa subir de peso, el típico "me siento gorda" y poder decir esas cosas ya libera.
Es un paso aceptar que no estás bien, que a veces necesitamos ayuda y que, incluso, lo que queremos a veces no es lo que necesitamos.
Desde mis 16 hasta mis ahora 18 nunca volví a comportarme como en esos 14-15 años, pero...
Ahora confirmo que sigue ahí.
El estrés universitario, el actual, el comer para saciarme, el comprar chicles y caramelos para lidiar con mi ansiedad...
Sentir que estoy subiendo de peso me pone ansiosa, y a pesar de que ahora siento que no tengo esa alteración de sentirme gorda, verme como gorda, estando delgada... sigue ahí.
Se nota en otras cosas, como apretar con suavidad e insistencia mi estómago, mis muslos, cualquier lugar que acumula grasas. Apretarlos y querer que no existan...
Y tengo que ser fuerte, tengo que recordarme que comer no está mal, que tener unos kilitos más no está mal...
Cuesta, no quiero, me angustia pensar en esa grasa dentro de mi cuerpo...
Pero tengo confianza y sé que tengo todos los recursos no para ser una anoréxica:
Puedo ser una persona sana, que come bien, hace ejercicio en post de su salud mental y física.
No una persona que deja de comer y se mata haciendo ejercicio, consumida por sus inseguridad, complejo de inferioridad y mente perfeccionista.
Es horrible y agradezco poder hacerle frente, en gran parte, yo sola...
Porque sé que hay chicos y chicas que no pueden, que se llevan a los extremos, que pueden morir descompensados...
Que sufren anorexia incluso si pesan 100 kilos...
A todos y cada uno de ustedes les mando mis más sentido pésame. Mi más fuerte abrazo y te digo:
Vas a salir de ahí, vas a poder salir de ese círculo de angustia, desprecio y autocrítica...
Solo permítete errar, permítete ser imperfecto, permítete ser amado.
Permítete ser disfrutar de tu vida, no angustiarte por metas insanas.
Y, sobre todo... Permítete ser vulnerable y ser ayudado por otros, eso no te hará mediocre, débil e inútil, al contrario:
Demostrará que eres fuerte, que eres humano, que mereces descansar como cualquier otro...
Sin más que decir, cito al buen pez de coraje:
Fui coraje, un perro cobarde, ahora con cada persona que me encuentro, quiero y sé por lo que pasan, mes digo:
Eres perfecto tal y como eres.
Y así te quiero.
a Lunático Fantasma, Sensy y Yáahl les gusta esto.
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