Soy el Grinch

Hola. ¡Ho, Ho, Ho! ¡Feliz Navidad... los cojones!
Sí, señoras y señores, lo siento mucho. Lo lamento, porque sé que hay mucha gente a la que le gusta mucho la Navidad, que les parece una época del año bonita, incluso la favorita de muchos y muchas, pero... yo, personalmente, no soporto la Navidad.

... lo cual es curioso, porque mi cumpleaños es el 25 de Diciembre, ¡pero eso no importa! La Navidad no me gusta. No me gusta ni un poquito. Lo mejor que le veía, aparte de que es mi cumpleaños y, joder, eso siempre mola, era el hecho de que eran vacaciones, y eso acabó en la Universidad, pues, si bien sigo teniendo vacaciones, ahora tengo que pasarme todas las putas Navidades estudiando para los putos exámenes del puto enero. Y eso no me hace demasiado feliz.

Pero en fin, yo no soy hater porque sí, ¿sabéis? Síp, soy como el bicho ese verde que odia la Navidad, el Grinch, pero yo no la odio porque no soporto ver a los demás felices, claro que no. Tengo mis motivos, y los voy a exponer aquí y ahora. Porque aunque en teoría os da igual, si estáis en mi blog digo yo que es porque os importará un poco. O no, y probablemente estéis simplemente aburridos. A mí me da igual, yo lo que quiero es volcar frustraciones (?).

1. El motivo de la celebración: vamos a empezar por lo más básico de lo básico: la Navidad tiene como fundamento y como base de su existencia un factor. Que sí, que luego surge Papá Noel, Santa Claus, y todo lo que tú quieras, pero la Navidad existe como tal por el simple y llano hecho de que es una fiesta de cumpleaños. Sí. Y no el mío. Si fuese el mío me gustaría. Es el cumple del Yisus, de Jesucristo, su nacimiento y todo eso. Vamos, que la Navidad es una fiesta religiosa en esencia, básicamente. Y yo pues soy ateo. ¿Se capta la esencia? ¡Pero esperad! Es que este motivo deriva en algunos más...

2. Las decoraciones: oh, madre mía. Qué horterada, por favor. Que igual yo no tengo sentido del arte, la decoración y todo eso, si no lo niego. Pero desde mi ignorancia, a mí me parece feo colgar Santa Claus en todos los putos rincones de todas las terrazas, como si estuviesen subiendo por una escalerita para entrar en la terraza. ¿PERO PAPÁ NOEL NO ENTRABA POR LA CHIMENEA? O los portales de Belén, my gosh. Why. Just why. Es que es como si yo pongo en la puerta de mi casa una maqueta del hospital con mi padre y mi madre saliendo de él conmigo en brazos y tal. Es una puta escena de un nacimiento. Que sí, que es el hijo de dios y todo eso, ¿pero en serio es necesario recrear la escena de doscientas maneras diferentes y usar esa maldita escena como DECORACIÓN? ¿Por qué? ¿Eh? ¿Y qué me decís del tío cagando que hay en todo Portal de Belén? ¿A quién se le ocurrió esa jodida idea? Por dios, que estoy comiendo. ¡Pero y los árboles de Navidad! Supongo que sabemos que el árbol que se usa como de Navidad es un ciprés, que es un árbol que usualmente se usa en cementerios y da hasta mal rollo porque simboliza la muerte y todo eso. Que no lo digo yo, es así, el ciprés es un árbol que representa la muerte. Pues nosotros lo cogemos y le ponemos cuatro luces, cinco estrellas, esas bolas con purpurina tan HORRIBLES y que no sé qué demonios representan, y los típicos regalitos pequeños que se cuelgan del árbol, y ¡hala! De pronto es un árbol mágico, bonito, hermoso y que representa la felicidad y el "espíritu navideño" :D Y las luces ahí, epilépticas, parpadeando sin cesar. Como si las facturas de la luz se regalasen. Ugh.

3. Los villancicos: todo el que me conozca sabrá que no me gustan los villancicos. Es que los detesto. Porque, para empezar, son cantos religiosos. Eso está claro, ¿no? "Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver a dios nacer", "Hacia Belén va una burra rín-rín". No voy a entrar en la absurdez general de las letras, sino en que básicamente el contenido es siempre religioso, cosa que personalmente pues no me gusta, pero ahí no acaba mi hate. La puta música de fondo es siempre igual, con panderetas por doquier, y suelen cantarla niños haciendo coros. O en el peor de los casos, las versiones flamenquito. Y lo siento, pero ese patrón repetitivo, que TODOS los villancicos sean jodidamente iguales en ritmo y en tono, y todo eso, me mata. Porque los oyes en todos lados. En la tele (que de la tele hablaré luego también), en la radio, hasta los niños del vecindario vienen a tu jodida puerta a cantarte arrítmicamente para que le des un triste bombón mientras te cantan en coro. Por favor, ese tipo de música la pones en cualquier sitio en cualquier otra época y a todo el mundo le parece una horterada (o a casi todo el mundo), ¿por qué llega la navidad y de pronto es lo normal y "lo que pega"? ¿Qué clase de cortocircuito sucede en el nervio auditivo, en el par craneal número 8? En fin, paso, villancicos caca, sorry. Hate is intense :(

4. El tiempo: fuera de España no te digo yo que hará un clima de puta madre, pero aquí el tiempo es basura en esta época. Y todavía si nevase de vez en cuando (que no siempre, porque si nevase siempre estaría hasta los huevos de la nieve igualmente), pues oye, lo mismo hasta mola. Pero no, en la zona donde yo vivo no nieva ni una puta vez, solo hace un frío que te cagas, no puedes casi salir de tu maldita casa, y llueve como si no hubiese llovido en todo el año. Una época maravillosa, claro que sí.

5. El consumismo: ... que si los Reyes Magos, que si Papá Noel, la cuestión es gastar en hacerle regalos a todo el mundo. Que yo no estoy en contra de los regalos, que soy el primero al que le encanta que le regalen cosas, no soy gilipollas. Pero me mata que se tengan que dar regalos solo porque es así y punto. ¿Quién me argumenta de manera racional por qué se regalan cosas en Navidades? ¿Por qué desde pequeño te han contado la milonga de que vienen seres con poderes de teletransportación que te dan regalos si te portas y bien, y ahora que ya sabes que no existen, igualmente mantenemos la tradición? Es que tú sabes, yo y las tradiciones no somos muy amigos. Si se hacen regalos me parece excelente, pero no porque sea Navidad y punto, que sea por algo, coño. Porque lo mereces, porque me quieres, yo qué sé. Porque soy genial, ¿no? (?) Pero es que enciendes la tele y DOS DE CADA TRES MALDITOS ANUNCIOS son anuncios de Navidad. Y cuando digo "anuncios de Navidad" hablo de: anuncios de dulces para navidad, de turrones, y de otras mierdas que están to buenas pero que por algún motivo extraño solo se comen en Navidades, como para que engordes y empieces el año preparándote otra vez para la operación Bikini (y fomentar más consumismo aún :D estamos manipulados, asumidlo), anuncios de catálogos del Corte Inglés, Francés, Alemán y Portugués, anuncios de juguetes, de lo buenos que son los niños y, ¡oye, cómo se merecen que te gastes 40 euros en la granja de Pin y Pon o en la pista nueva de Hot Wheels sin las pilas incluidas! Todo está orientado no a fomentar el cariño de las familias ni nada de eso. ¿Creéis que a las multinacionales les importa una mierda vuestra felicidad? Les importa el dinero, joder. Y nosotros, como tontos, gastamos a raudales "porque es Navidad". Y ya está. Olé los argumentos buenos. Olé olé olé, arsa, toma que toma.

6. Las reuniones familiares: no me malinterpretéis. El argumento que me hacen muchos cuando me discuten lo bellíiiiiisima que es la navidad y lo completamente equivocado que estoy por odiarla es: "pero en Navidad se reúne la familia y eso es bonito". Pffff, "in nividid si riini li fimilii". Precioso, sí, pero, ¿¡por qué coño tiene que ser en Navidad!? ¿Es que hace falta una excusa para que la familia se reúna? ¿Y esos familiares que no has visto en tu vida, o que has visto tres o cuatro veces, y los ves sólo en Navidad? Que igual es un hermano que sólo puede venir en esas fechas, en cuyo caso vale, pero yo hablo de ese tío del primo del hermano del sobrino del cuñado del hijo de la abuela del padrino de tu hijo, ese al que casi no le importas y que a ti no te importa realmente. Pues en Navidades lo amas y jojojo, qué gracioso eres, pero luego ninguno se acuerda del otro en todo el año. Claro que sí campeones. Espíritu navideño, ¿no? Porque total, la familia es importante sólo en diciembre. Bueno, y un poco a principios de Enero. En fin...


Y yo qué sé, eso es lo principal y lo que se me ocurre. No me gusta la Navidad, simplemente. Lamento si alguien se ha sentido ofendido en su alma navideña y el espíritu que le ha poseído en estas mágicas y fermosas fiestas completamente laicas se siente irascible conmigo. No pretendo enfadar a nadie, sólo expresar mi opinión.
Y eso. Feliz Navidad.