Se mío y yo seré tuyo (CielxSebas) Kuroshitsuji Cap 7Rosas negras
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Ciel se sentía solo estaba en una habitación oscura y fría no había nada no podía ver lo que había más haya de sus pasos, comenzó a andar entre la oscuridad, tropezó con algo y cayó de rodillas, se hizo derrepente la luz una luz brillante y resplandeciente que hirió los ojos de Ciel que parpadeó para acostumbrarse a aquella claridad, centró la vista en aquello con lo que había tropezado y descubrió que era un cuerpo el cuerpo de Sebastian tenía una herida profunda en un costado y la sangre brotaba sin cesar robándole lentamente la vida a la persona que había conseguido que sintiera algo más que odio, suspiro tras suspiro notaba como la llama de la vida de Sebastian se apagaba:-¡SEBASTIAN! ¡SEBASTIAN NO PUEDES MORIR, NO ME DEJES SOLO! (el niño se agarraba con total desespero al cuerpo del demonio sus lágrimas brotaban sus cesar de sus ojos la angustia de no poder hacer nada por salvarlo lo estaba ahogando, se sentía totalmente impotente no sabía que hacer).Una risa fría cargada de maldad resonó a su espalda el conde se volvió como un resorte pero con consiguió ver a nadie, sólo estaban ellos dos y dentro de poco solo quedaría él.Sebastian entreabrió los ojos con mucha dificultad y articuló algo pero el conde no pudo oírle, por que no podía oír su voz, que estaba pasando, notó como Sebastian poco a poco se rendía a un sueño eterno del que no despertaría más, una sombra se acercaba a lo lejos y le tiró algo, una rosa negra con tonalidades purpúreas la respiración de Sebastian fue desapareciendo, ¿aquella rosa negra había resultado ser el símbolo del final de Sebastian Michaelis?.-¡Sebastian! ¡Sebastian!Ciel se despertó todo había sido una pesadilla demasiado real, las lágrimas recorrían aún su rostro empapado en sudor, lo buscó por la habitación pero no lo encontró, noto como aquella estancia se volvía fría y nostálgica aquella calidez experimentada durante la noche que resultaba tan agradable y le curaba por completo comenzaba a desaparecer hasta no quedar nada, en ese momento recordó lo sucedido con Sebastian y lo añoró, estaba aterrado por el sueño, se sintió solo y la angustia y la ansiedad volvían a punzarle el corazón, se levantó demasiado rápido trastabillando con sus propios pies hasta casi caer pero unas manos enfundadas de blanco lo sostuvieron suavemente, levantó la vista y vio el rostro sonriente de su mayordomo.-¡Sebastian! (lo abrazó con fuerza las lágrimas volvían a brotar de sus orbes azulados, aquel abrazo estaba cargado de desesperación y angustia).-¿Boochan? ¿qué le ocurre? (preocupado por el estado de su joven amo que no paraba de llorar desconsoladamente, lo rodeó con sus brazos, con una de sus manos acarició el cabello del niño).-Sebastian...No me dejes solo nunca, no puedes irte, no me abandones por favor...(consiguió articular entre sollozos)Sebastian lo acunó en sus brazos, le dolía ver a su amo así pero no sabía el por qué.-Boochan...Tranquilícese estoy aquí, no me he ido a ningún ladoLa calidez del cuerpo de su mayordomo comenzaba a tranquilizarlo, aquel abrazo lo rodeo de serenidad y se fue calmando, Sebastian lo fue llevando hasta la cama, recostándolo, se sentó a su lado acariciando una de sus mejillas dulcemente, hasta que el pequeño se calmó por completo.-Boochan, ¿Por qué se puso así, que le ocurre?-Yo...tuve una pesadilla, en la cual estabas herido de muerte y te ibas a un lugar al que yo no podía seguirte y tu vida se me escapó de las manos contemplé como morías y me dejabas sólo....-Sólo fue una pesadilla, nada más, estoy aquí contigo estoy bien.-Dime que nunca te vas a ir ni me vas a dejar solo.-No me voy a ir a ningún lado sin ti, lo prometo.-Bésame por favor.Sebastian aproximó sus labios a los de Ciel y le besó dulcemente, el niño lo rodeó por el cuello aproximándose lo máximo que pudo e introdujo su lengua para jugar con la del demonio, necesitaba sentirle, le necesitaba ahora lo comprendía, Sebastian se separó del menor cuando no hubo más aire, las mejillas de Ciel lucían un tono carmesí y su respiración era agitada, resultaba de lo más adorable así, deseaba tenerlo de nuevo pero un sonoro ruido los interrumpió.-Boochan creo que debo bajar, al parecer Brad a vuelto a utilizar explosivos en mi cocina.-¿¡Tienes que irte ahora precisamente?! Me estabas consolando..(Mordió juguetonamente uno de sus dedos incitando al mayor y desabrochó un par de botones del camisón).-Lo siento boochan, si no voy ahora puede empeorarse cuando Maylene intente limpiarlo, [Esa chica resulta tan torpe que podrían acabar incendiando la casa entera..] (pensó Sebastian), si me disculpa amo debo atender ese desastre.-¡No, no te disculpo!.-Vendré luego.-Por mí no vengas. (el orgullo del menor flotaba en el ambiente)-Como desee, no vendré entonces, el desayuno lo tiene el comedor, ¿necesita que el ayude con la ropa?-¡Vete de una vez! ¡Es más no pienso bajar a desayunar! (se enrolló entre las sábanas dándole la espalda) ¡Eres un idiota Sebastian! (enrabietado).Ciel había vuelto a coger una de sus pataletas, Sebastian se retiró de la habitación con una sonrisa en sus labios, al menos había conseguido que su joven amo olvidara aquel sueño que lo había trastornado tanto.Al poco tiempo de que terminara de recoger todo aquel estropicio se encaminó con el desayuno hasta la habitación de Ciel, no tocó y pasó directamente, el menor seguía en la misma postura que lo había dejado no se había movido ni un ápice, se notaba que seguía cabreado con él, en verdad se había molestado como nunca lo había hecho, se aproximó a él y lo giró.-Ciel..Aquí tienes tú desayuno.-Mmmm..Te dije que no quería desayunar.(volviendo la cabeza).-No me obligue a dárselo yo mismo...-No pienso comer nada.-No sea cabezota amo.-Me lo vas a tener que dar tú.El desayuno de aquel día constaba de una gran variedad de frutos rojos con nata montada y el típico té inglés, untó la punta de una de las fresas y la posicionó en sus labios besó a Ciel que saboreó aquel fruto con agrado y deleite.-¿Ahora le apetece más desayunar?-Mmmm...Creo que se me está abriendo el apetito (metiendo el dedo en la nata montada y lamiéndolo sugerentementeAquella manera tan juguetona que tenía el niño de incitar a Sebastian lo volvía loco.Ciel cogió un poco las riendas agarró del chaleco a Sebastian tirando de él hasta situarlo en la cama a su lado, le quitó con algo más de habilidad la parte superior del uniforme, lo besó por el cuello, hizo un camino de nata por su cuerpo y lo fue lamiendo con la punta de su lengua de manera insinuante, colocó dos frambuesas en los pezones de Sebastian atrapándolos junto con el fruto entre sus labios succionándolos lentamente, en los ojos de Sebastian se reflejaba la lujuria y el deseo tornándose más brillantes y salvajes, el niño lograba sorprenderle haciendo del desayuno un juego excitante y sensual con la forma en que rozaba su cuerpo con el de él y el como retiraba cualquier rastro de nata o pieza de fruta, el pequeño podía ser de lo más ingenioso en cuanto a este luego se trataba.-Pasemos al segundo plato para saciar más mi apetito ¿no Sebastian? (lo miró con unos ojos pícaros con un brillo de deseo en ellos)Desabrochó el pantalón y fue a bajar la ropa interior, pero Sebastian lo retuvo.-Espere boochan...No es el mejor día para llegar hasta el final, le puedo asegurar de que debes estar muy sensible y delicado por lo que pasó anoche y seguramente que te vuelva a dañar de nuevo (luciendo preocupado)-Sebastian...Deja de preocuparte tanto sé lo que quiero y cuando estoy listo o no, además confío en ti sé que no me harás daño (le sonrió dulcemente algo bastante extraño en él).Aquella sonrisa le dio la seguridad que le faltaba a Sebastian que accedió a continuar, Ciel bajó lentamente la ropa interior del mayor, dejando a la vista el miembro prominente, unto la punta del mismo con un poco de nata se relamió los labios y la lamió como si fuera el último alimento que probaría en su vida pero como siempre con cuidado de no hacer daño pero la ansiedad del niño se veía reflejados en sus actos, recorrió con su lengua todo el tronco de aquella extremidad, la tomó con decisión entre sus manos masturbándole con rapidez provocando que el mayor gimiera ante tal acción, se volvió a introducir aquel pedazo de carne en su boca acuosa succionando levemente pero con avaricia, Sebastian sentía escalofríos de placer, tiró de Ciel de los hombros para separarlo no quería correrse, no aún además aquello sabía perfectamente que al pequeño le resultaría de lo más desagradable, por el gesto que puso al notar el sabor del líquido pre-seminal, el demonio sonrió con complacencia había sido un profesor bastante bueno, tiró de él para acercar sus bocas que se unieron lentamente pero la ansiedad del niño era más evidente cuanto más tiempo pasaba y Sebastian lo sabía por lo que quiso torturarlo un poco más, paró el contacto y lo posicionó debajo.-Amo...Debe aprender a no ser tan impaciente, tiene que tomarse las cosas con más calma, esa lección no la aprendió, creo que debo castigarlo por ser mal alumno y portarse mal. (Desabrochó todos los botones del camisón y lo retiró).-Sebastian haz lo que quieras castígame todas la veces que quieras, pero hazme tuyo una vez más por favor.No pudo continuar hablando por que sus palabras se convirtieron en gemidos cuando las manso expertas de Sebastian tocaron su intimidad con total lentitud por encima de la ropa interior, la bajó con sus labios, volvió a subir hasta su cuello besándolo suavemente, subió hasta sus labios jugueteó con el labio inferior del pequeño y besó sus comisuras, en ningún momento besó sus labios haciendo impacientar al menor que lo rodeó por el cuello y se aproximó a él besándolo sólo se separo al notar la falta de aire.-No me hagas sufrir así Sebastian....-En ningún momento quiero hacerle sufrir, sólo hago más interesante el juego.Comenzó a depositar besos por su pecho y torso, continuando el avance descendente hasta la zona pélvica soplando y besando, aquel contraste de temperatura enloquecía al menor al cual se le aceleró la respiración y jadeó de placer, bajó hasta la zona interior del muslo besándola y acariciándola en sentido ascendente parando a la altura genital pasando al otro repitiendo la acción.-Se-bas-tian...¿Por qué me haces esto? (entre gemidos).Todo aquello era una tortura de lo más placentera para ambos, pero más para Sebastian que disfrutaba viendo a su joven amo retorcerse de placer manteniéndolo expectante.-¿Hacerte qué boochan?.-Esto...Hacerme esperar tanto...-Espara su mayor disfrute.-¡¿Mayor disfrute?! Es una tortura para mí.-Shh...Guarda silencio.-¡Me estás mandado callar seb...!Sus palabras fueron detenidas por un gemido sordo al notar que su miembro era introducido casi por completo dentro de la boca del mayordomo que comenzó a lamerlo enteramente desde su punta hasta los testículos mordiéndolos levemente, aquellos roces eran lentos demasiado lentos para el menor que se derretía de placer con gran desesperación agarrándose a las sábanas de pura excitación esta vez Sebastian estaba haciéndolo disfrutar al máximo.-Sebastian...y-ya..He aprendido la lección.-Entonces pasemos directamente al postre, lo haré lento y dulcemente.-¡Sebastian eres un idiota no lo hagas así!, no lo soportaría.El mayor sonrió traviesamente, le ofreció dos de sus dedos que el menor rápidamente los chupó, una vez que estuvieron lubricados los saco y los fue introduciendo lentamente en la entrada de Ciel que gimió de placer ya que no sintió el mismo dolor que la primera vez sólo era una leve molestia, una vez que lo hubo preparado lo suficiente se dispuso a entrar colocándose entre medias de las piernas del menor, Ciel lo empujó a entrar más rápidamente con un movimiento seco de su cadera, provocando un gemido ronco en ambos, peor mucho más en un asombrado Sebastian que no se esperaba aquella acción del pequeño.-En verdad, no puedo cambiar tu actitud precipitada (sin mover uno de sus músculos).-Sabes que no puedes mandarme en todo lo que se te antoje (empezó a mover sus caderas en señal de que continuara).Ciel se había cansado de aquel juego delicado y suave, había dolor pero era un dolor más placentero, Sebastian notó que la delicadeza y la suavidad no le bastaban a su amo por lo que comenzó a envestirlo con más dureza desde un principio, cambiando de posición sentándolo sobre sus piernas para que el niño pudiera agarrarse a su espalda, el pequeño lo rodeó por el cuello para mejor sujeción, debido a las estocadas que estaba recibiendo comenzó a clavarle las uñas en su espalda del puro placer que sentía.-Se...bas...tian...no aguanto m-más...me voy a correr, se siente demasiado profundo... (Con voz entrecortada debido a los continuos gemidos que de ella salían)-Aguante un poco boochan quiero llegar contigo...Aumentó un poco el ritmo mientras con la otra mano lo masturbaba para maximizar el placer el pequeño si eso era posible, al cabo de unos minutos ambos llegaron al orgasmo y se tumbaron pesadamente sobre la cama con sus respiraciones aún aceleradas por el momento y con los cinco sentidos al máximo, Sebastian lo rodeó entre sus brazos, el grado de satisfacción de ambos era más que óptimo, permaneció así hasta que notó que la respiración del joven se ralentizó y se hizo más profunda señal de que se había quedado dormido debido al agotamiento, se levantó y salió de la habitación para ocuparse de las pocas tareas que le quedaban por cumplir, mientras bajaba aquellas espléndidas escaleras de mármol blanco reluciente llamaron a la puerta, se apresuró a abrir esperándose encontrar a alguien pero sólo había una preciosa rosa negra, con un sobre en el cual sólo ponía para el Conde Ciel Phantomhive.
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