Roland -- Capítulo 13

Publicado por Antonionoventayseis en el blog Antonio's Cave.... Vistas: 340

Desabroché su sostén hasta tener una vista clara de sus senos, tomé ambos con mis manos mientras nos besábamos sin detenernos. No me importa cuantas horas hemos estado así, solo quiero estar con ella toda mi vida.

--Roland...-- Ronroneó.

Dancé mi lengua con la suya para callar sus gemidos, en este edificio hay muchos chismosos y no quiero que alguien más que nosotros dos sepan lo que hacemos. Estoy como flotando en el aire, no quiero que esto termine.

En eso Eli me quitó el pantalón con mucha facilidad, ni me di cuenta de lo que hacía. Frotó mi miembro por encima del boxer provocandome una erección. Allí me sonrió y lamió sus labios, espero no haga lo que pienso que hará.

--Relajate un poco, te haré sentir mejor-- Posó su mano en mi pecho y me afincó a la cama, ¿tanta fuerza tiene?

--E-Eli... No creo que sea buena idea--

--Para mí sí lo es--

--No sé tú, pero eso no me gusta--

--No si nunca te lo han hecho-- Otra vez apretó mi pecho.

Bajó su rostro lentamente hasta estar frente a mi ombligo, espero que llegue hasta ahí, que no baje más. Se rió ella al ver mi rostro apenado, liberó mi pecho para poner ambas manos en ropa interior y quitarmelo, intenté detenerla pero estaba como atado.

Admiró mi pene el cual estaba a unos cuantos centímetros de su rostro, mi corazón se acelera con fuerza. No me gustan las felaciones, no he recibido una antes pero el solo hecho de pensar en una me llena de asco.

--Oye, ya, detente--

--No, ya llegamos hasta aquí, no te acobardes--

--Lo digo en... Ah...--

Sujetó mi falo sin apartar su mirada de mis ojos, esto es tan incómodo, no quiero que lo haga. Siento como su calidad respiración golpea contra el tallo de mi miembro. Estoy tan ligero pero a la vez no puedo moverme, es como un peso que tengo arriba de mí y ella no es.

Ahí paseó su lengua desde abajo hasta arriba mojándolo con su saliva, al llegar a la punta, se lo introdujo todo en la boca y comenzó a succionar con fuerza. Sentí una leve punzada detrás de mi cabeza, la misma como cuando me dan esos... ataques.

--Roland-- Me llamó --Despierta, son las siete--

--¿Ah?-- Al abrir mis ojos me doy cuenta que todo había sido un sueño, que suerte --B-Buenos días... creo--

--Eres tan hermoso cuando duermes-- Fue a darme un beso a lo que lo esquivé girando a un lado --¿Qué pasa...?--

--Nada... Es que... soñé algo feo--

--Esa no es excusa-- Tomó mi rostro para darme el beso de todas formas --Y no creo que sea tan feo si tienes tal erección-- Bufó.

Nos levantamos y abrí la cortina del cuarto, hay un leve olor a húmedo en el aire. Suspiro mientras camino a la cocina, allí Eli me esperaba en la mesa con el desayuno hecho. Comí a su lado y cuando terminamos, ella se levantó a mirarme.

--Saldremos por un rato--

--¿A dónde?--

--A una tiendita por ahí, los precios son muy buenos--

Salimos como una pareja normal, en este momento me pongo a pensar en la incomodidad que me daba al ver a esas personas agarradas de las manos dándose besos sin estar pendiente del camino. Y por lo que veo, Eli no me suelta, ¿habrá alguien por ahí mirándome y pensando lo mismo que yo pensaba?

Esperamos en la parada hasta coger un bus que por primera vez había visto, Eli fue quien me guió. No fue un largo viaje, duró un poco, sí, pero no lo suficiente, ella avisó para que nos dejara frente a una tienda casi en la salida de Florencia que nos conecta con Malaise.

Estaba algo desolado, habían un par de vehículos en el estacionamento y otro cargando gasolina. Mi pareja me hizo señas para seguirla cosa que asentí y obedecí. Entramos a la tienda, había una estación de Jazz puesta en la radio, un ritmo hipnotizante.

--Por aquí-- Me tomó de la mano hasta uno de los pasillos frente al estante de dulces --Toma lo que quieras, yo me encargo de lo demás--

Se fue a otro lado. Veo el anaquel frente a mí y me pongo a pensar. ¿Qué puedo tomar? Hay caramelos, cereales, galletas, etc... Creo que serán cereales, ya se me acabaron en casa, y unas galletas también, hace semanas que no como unas... ¿Debería comprar más? No sé si Eleonor quiera quedarse en casa esta noche otra vez.

--Buenos días-- Se paró un oficial a mi lado a ver los productos --¿Todo bien?--


--Sí, pensando que llevar--

Allí se quedó tomando unas cuantas cosas, yo solo agarré lo mío mientras miraba a los lados esperando ver a Eli, ¿a dónde habrá ido? Caminé por la tienda de un pasillo a otro buscándola hasta que la encontré en el quinto pasillo hablando por teléfono.

--Estoy con él... Claro, no pasará nada--

--Eli--

--¿Ah?-- Se volteó y colgó --Ahí estás-- Sonrió --¿Ya tienes lo que querías?--

--Sí, eso creo... ¿quién llamaba?--

--Eso... Mi madre, es que no le avisé que dormiría en tu casa--

--Mal hecho--

--¿Verdad que sí? Como sea, ¿pagaste?--

--A eso iba--

--Sabes...-- Posó su mano en mi hombro y abrió un poco la bolsa --No es mucho... Pero podemos hacer algo con eso--

--¿Qué cosa?--

Observé como el policía de hace rato se asomaba desde el otro lado, nos miraba con sospecha, ¿acaso cree que somos algún tipo de vándalos? También me doy cuenta que el dueño de la tienda se asoma de igual forma desde su mostrador y eso me pone nervioso, seguro que es un malentendido.

En un instante Eli se posiciona frente a mí y señala la salida del local el cual está a unos 4 o 5 pasillos, espero que no esté pensando lo que yo creo que piensa. Sacó una bolsa blanca de su bolsillo y cogió una parte de la mía.

--No te me acobardes ahora-- Déjà vu...

--¿Qué?--

--¡Ahora, Roland!--

Eleonor salió corriendo hasta la salida serpenteando a las pocas personas que habían allí. Me quedé paralizado, ¡está robando la tienda! ¿qué mierda hago? ¡me llevarán preso!

--Detengase ahí-- Gritó el oficial.

--Que no se escape-- Dijo el dueño frente a la registradora.

Se me congelaron los dedos de las manos, no me dejaré atrapar, no quiero terminar detenido en ningún lado. Respiré hondo y corrí como nunca antes había hecho, incluso ignoré la punzada de dolor en mi nuca. No sé cómo lo hice, pero esquivé a todos y salí del local sin soltar la bolsa. Genial, ahora soy un fugitivo. ¿Por qué creo que tengo una estrella encima de mi cabeza?

Al salir recuerdo que estamos en una de las salidas de la ciudad y que estamos rodeados de árboles, ¿a dónde voy a correr? Al mirar a los lados veo que Eli está corriendo por la carretera a lo que me hace señas para seguirla, ¿de verdad? Ahí escuché la puerta del negocio y al oficial que exigía que me detuviera.

No vi de otra más que correr con ella. Se me dificulta tanto alcanzarla, ahora me doy cuenta que es muy rápida, espero que el policía se haya rendido cosa que no creo. Medio miré hacia atrás sin detenerme, allí está, persiguiéndome.

--No... No se ha rendido...--

Aceleré más de lo que podía, ¿a dónde voy a correr? Estamos en medio del maldito bosque, es cuestión de tiempo que saque un arma y me dispare en la pierna para arrestarme... No, no exagero, de verdad que lo creo.

Eleonor se metió en un caminito de tierra, claro, yo también lo hice. Árboles por todos lados, eso es lo único que veo aparte de la abundante vegetación y el vivo color verde que me rodea, a duras penas puedo seguir a Eli entre las plantas. Aún no suelto la bolsa.

--¡Eli!-- Me detuve al perderla de vista --¿En dónde estás?--

Por sorpresa me agarró por la espalda tapando mi boca con fuerza y así silenciarme. Eli me hizo una seña para que me callara, que me quitaría la mano, al hacerlo inhalé hondo y la miré molesto.

--¿¿¿Sabes lo que acabas de hacer???--

--Sí-- Dijo sonriente --Robamos una tienda--

--¿Crees que es un chiste? ¿Y si terminamos preso?--

--Solo espero que hagan una excepción y nos pongan en la misma celda--

Mi respiración es rápida y el corazón me va a mil --Estoy asustado ya--

--Es la adrenalina-- Aseguró --¿Has hecho algo similar antes?--

--No, nunca salí de casa a no ser para cumplir mi rutina--

--Eso es perfecto--

--¿Qué quieres decir?--

--No has hecho esto porque tenias una rutina que no cambiabas, verdad?--

--Sí, es cierto--

--Y estoy muy segura que querías hacer algo distinto para salir de ese bucle--

--Eso también... es verdad--

--Ahora...-- Suspiró cansada --¿Cambió esa rutina el día que me conociste?--

La miré a los ojos, tiene mucha razón. Estuve casi toda mi vida metido en el apartamento sin hacer nada más que ver las noticias, desayunar, jugar y salir a la calle, era una costumbre muy simple después de ver el sol, llegaba a casa de mis padres a escuchar lo que sea que tengan que decir para luego irme a RetrO's.

Y así cada día... Hasta que la conocí al instante que me propuse salir de ese molde. Desde ese entonces todo ha sido distinto e inesperado, la invité a una cita... Luego se quedó en mi casa por una noche, nos besamos y ahora estamos aquí, escapando de un oficial de la policía porque robamos algo... Ha sido emocionante. ¿Será por eso que sospeché que las cosas iban muy rápido?

--Es verdad-- Sonreí satisfecho --Todo cambió el mismo día que te conocí, Eli--

--Es lo que quería oír, Roland-- Se recostó de mi hombro, está sudada de tanto correr --Esto es emocionante--

Me besó a un lado de los labios, incluso aquí puedo escuchar su corazón palpitar con fuerza. Estoy cansado, pero aún así seguí su beso, no quiero dejarla mal. Ha pasado tanto en el poco tiempo que nos llevamos conociendo. La abracé contra mí.

--¡Las manos donde pueda verlas!-- Se apareció el policía de entre los matorrales --Quedan detenidos por robo--

--Mierda-- Maldije --Hasta aquí llegamos--

--No se muevan-- Nos apuntó con el arma mientras sacaba las esposas.

--Oficial-- Me levanté con las manos arriba --Ella no hizo nada, yo la obligué--

--Callese y mantengase en el piso con las manos sobre la nuca--

--Pero es verdad-- Me asustaba cada vez más, incluso estoy sorprendido de no haberme caído o desmayado.

--Le dije que al suelo--

Se me acercó de forma amenazante y levantó su arma con intención de golpearme, me cubrí la cara con ambas manos pero el golpe nunca se dio, solo escuché al policía reírse junto a Eli, abrí mis ojos. ¿Era una broma?

--Que valiente ese novio tuyo--

--¿Qué pasa?--

--Es mejor hombre que tú, Evan-- Se burló Eli.

El policia se quitó la gorra junto a los lentes --Como sea, mejor regresemos a la tienda, tu tío debe estar muriéndose de la risa--

--Esperen... ¿era un chiste? ¿ustedes se conocen?--

--Claro-- Eli asintió --El es mi primo Evan, y el dueño de la tienda es mi tío Rony--

--Un gusto conocerte, Roland--

Los tres caminamos por la carretera hasta llegar al local, allí estaba su tío esperándonos en la puerta con una sonrisa. Esto es tan extraño, estaba muy emocionado hace unos minutos, creí que terminaría preso.

Estuvimos dentro por un largo rato conversando sobre nuestras familias y costumbres, incluso almorzamos allí, es como si su tío viviera en la tienda. En eso entró el tema de la invitación de mis padres a una cena y les fascino la idea de que Eli fuera conmigo, que de esa forma podríamos aprovechar de conocernos mucho más.

Al terminar de comer, Evan se ofreció a llevarnos en su coche patrulla hasta mi apartamento junto a Eli, al parecer trajo más ropa para cambiarse en casa. Con lo que sucedió hoy, mis espectativas del día han subido tanto que estoy seguro que las cosas saldrán bien en la cena... Siempre y cuando mis padres no me hagan pasar pena, claro.
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