Roland -- Capítulo 12

Publicado por Antonionoventayseis en el blog Antonio's Cave.... Vistas: 379

Se me abalanzó encima haciendome ojitos, puse mi control en el piso y tragué saliva. ¿Piensa hacerlo? ¿qué hago? Su cuerpo está muy cerca del mío, su camisa roza con la mía y sostiene mis hombros contra el mueble para no dejarme ir. Pestañea lentamente mirándo mis labios a la vez que veo los de ella, me dan ganas de probarlos otra vez. Acerco un poco más mi cara hasta que la punta de nuestras narices se tocan, su dulce perfume comienza a nublar mis sentidos.

Llevé mis manos a su cadera y desde allí subí hasta un poco más abajo de los hombros sintiendo cada una de sus curvas. Si piensa hacerlo ahora no me contendré. Dentro de mi pecho siento una cantidad de adrenalina que quiere salir y hacerla mía.

Lentamente Eleonor frotó su mejilla a un lado de mi cabeza, juro que la escucho ronronear como una gata, apretó mis hombros y besó mi cuello, corriente sentí pasar por todo mi cuerpo, una sensacional experiencia. Hundo mi rostro en su cuello también y doy leves mordidas, Eli arqueó su espalda liberando un gemido.

Acaricio su espalda sin parar las mordidas, creo que esto le gusta. Al final terminó recostándose encima de mí dejándose llevar por mis caricias improvisadas. La verdad no tengo idea de lo que hago, solo repito lo que he visto en las películas. Sentí como lentamente llevaba una de sus manos hasta el final de mi franela y la metió por debajo acariciándo mi pecho a la vez que comenzaba a frotar su entrepierna con la mía.

Allí pareció darse cuenta de lo que hacía y se detuvo, se separó un poco de mí y miró mis ojos apenada.

--Solo besos esta vez, Roland-- Murmuró --Luego tendremos tiempo para esto-- Sonrió. Me desabotonó la franela poco a poco hasta dejar mi pecho descubierto.

Con ella aquí puedo ignorar el frío de la noche y la lluvia por todo el tiempo que quiera. Medio levanté mi cuerpo y la abracé afincándo mi rostro contra su pecho para así escuchar los latidos de su corazón.

Eleonor se empezó a reir y tomó mi rostro gentilmente --Eres como un niño-- Acercó sus labios a los míos plantándome así nuestro segundo beso de lengua --Te amo, Roland-- Confesó.

--Te amo, Eleonor-- Dije continuando el beso.

Allí nos separamos un poquito revelando el único hilo de saliva que nos mantenía conectados al otro. Eli se fue subiendo la camisa de una manera que solo puedo describir como sensual mostrándome su sostén verde. Si llamar mi atención era lo que quería pues ya lo obtuvo desde que empezamos esto. Compartimos otro beso entrelazando nuestras lenguas.

Acaricié su ombligo con mis dedos a lo que ahogó sus gemidos en el beso. Con mi otra mano acaricié su espalda provocando que se arqueara otra vez. Esto que siento ahora mismo no puedo explicarlo, mis pensamientos son interrumpidos con su imagen y pierdo la nocion del tiempo, puede que estuve pendiente de todo los primero 15 minutos, pero después de eso pudieron pasar horas sin darme cuenta.

Por descuidados caímos al piso, el mueble era muy pequeño. Por suerte me aseguré de caer primero para que no se lastimara, la dejé a mi lado mientras nos reíamos por lo sucedido y mirábamos el techo. Fue divertido... Muy divertido, debo de hacerlo mucho más seguido. Vi a Eli, tenía una sonrisa que no se la quitaba nada en el mundo, junté mi cabeza a la de ella y juntos nos quedamos mirándo el techo.

Con un rápido movimiento, Eleonor posó su mano sobre el cierre de mi pantalón con fuerza, no me había enterado que tenía una erección por lo que me cubrí con pena.

--Dios...-- Se cubrió la boca con sopresa --Discúlpame, no fue mi intención provocarte eso--

--N-No, no te preocupes-- me sonrojé --Puedo controlarme-- Le dije.

--¿Seguro? De verdad que no quise hacerlo--

Me reí y aproveché que había bajado sus defensas para ponerme arriba de ella, le provoqué una sonrisa. Seguimos los besos hasta que se hicieron las 9 de la noche, acaricié sus pechos, creí que me lo negaría porque fue algo que hice sin intención. Paseo mis dedos otra vez por sus costados provocándole cosquillas, ahí fui bajándo los besos desde los labios hasta su cuello, luego hasta el espacio entre sus senos y por último me detuvo cuando iba un poco más abajo de su ombligo, no recuerdo haber llegado ahí.

--Ya ya ya-- Repitió intentando ser seria --Me hacías cosquillas--

--Perdón-- Tallé mis ojos.

--Ay, ya es muy tarde y tienes sueño--

--No, puedo aguantar, no quiero dar una mala imagen--

--No la diste, estamos desde las seis de la tarde en esto--

--¿De verdad? Me pareció tan poco tiempo--

Nos levantamos del piso y limpié mi pantalón. Ambos suspiramos viendonos a los ojos, la adrenalina no se iba pero si seguíamos ibamos a terminar en la cama completamente desnudos y no quiero obligarla a eso. Le di una de mis toallas y la vi entrar al baño, movía la cintura de un lado a otro con mucho estilo.

Me quedé allí tratando de nivelar mi respiración. No puedo creer lo que hice segundos, estabamos tan metidos en lo nuestro que la hora pasó volando, pudo amanecer y no nos hubiesemos dado cuenta sino hasta que a uno de los dos nos diera hambre. Escucho que abre la llave y el agua golpea el piso. Me da tiempo de preparar algo ligero para comer... Ya sé!

Corrí hasta la nevera y vi el chocolate que mi hermana me había regalado como mensaje de disculpas aquel día. Saqué el dulce, estaba frío y duro por lo que usé un poco de fuerza con el cuchillo hasta picarlo por la mitad.

--Hmmm...--

Escuché a Eli gemir en el baño y luego silencio, dejó de moverse, ¿cómo lo sé? El agua del baño se escucha como si no golpeara nada mas que el suelo. No voy a tocar la puerta, es su momento de privacidad y no debo interrumpir.

--¿Roland...?--

--¿Si?--

--Esto... ¿me escuchaste?--

Asentí --¿Escuchar qué?--

--Nada... Nada... Me estoy bañándo--

Me reí un poquito. Guardé el chocolate en la nevera para que no se derritiera. Al minuto salió Eli del baño cubierta por la toalla, se veía feliz, aparte, en su rostro se veía que quería decirme algo pero no sabía cómo hacerlo, de pronto asintió y se dio la vuelta. No entendía hasta que lentamente fue descubriendo sus hombros, luego la espalda y un poco de sus nalgas, mostró casi todo su delgada y hermosa figura. Me miró de lado con una sexy sonrisa y los ojos entrecerrados.

--Con esto te haces una idea de lo que viene después--

Mi corazón saltó un latido y volvió con fuerza, se formó un bulto en mi pantalón y me di la vuelta cosa que la hizo reír demasiado. Fui caminándo como un cangrejo hasta la nevera y saqué la mitad del chocolate, me le acerqué para darselo en la mano.

--Toma...-- Me abrazó.

--Muchas gracias, que amable eres--

--No hay de que--

--Voy al cuarto a cambiarme, no espíes-- Bufó antes de cubrirse por completo e irse dando saltitos a mi cuarto. Entré al baño.

Me desnudé y abrí la llave. Las gotas de agua golpearon mi pecho, el sueño no se va, eso quiere decir que en verdad estoy agotado. Miré abajo para encontrarme con mi erección, no se iba a ir hasta que hiciera algo para calmarlo. Miré a los lados esperándo no encontrarme con nadie... ¿Quién iba a estar ahí? Exactamente nadie, esa es la respuesta, a excepción de Eleonor que estaba vistiéndose en mi cuarto.

Suspiré nervioso, hacía unos años que no me masturbaba, pero ahora es distinto, esta vez tenía que hacerlo para relajarlo aunque sea por hoy. Tomé mi miembro con una mano y froté de arriba a abajo, primero fui lento hasta sentir un cosquilleo, como un acto reflejo aceleré el ritmo. Imaginé el cuerpo desnudo de Eli encima del mío, eso me dio lo suficiente para no detenerme.

--Ha...-- Apreté los dientes intentando que no se escuchara mi respiración --Un poco más-- Susurré.

Solté todo en la pared, me asusté e incliné el grifo por donde salía el agua para que se llevara el semen que quedaba en la pared y se fuera por la tubería en el piso. Suspiré, segunda vez que me masturbaba en mi vida. Terminé de bañarme y cerré la llave, pero adivinen qué... Olvidé mi toalla. Abrí un poquito la puerta y al asomarme para llamar a Eleonor, esta ya estaba ahí parada a un lado de la puerta comiendo el chocolate y sosteniendo la toalla con la otra mano. Tenía puesta una camisa mía que me quedaba grande y su pantaleta rosa con una flor cocida al frente.

--Gracias...--

--De nada-- Me miró algo alegre --Te escuché, ¿Pensabas en mí?-- Se mordió el pulgar sin separar su mirada de mis ojos.

--Yo también te oí, no digas nada--

--¡Dijiste que no!-- Se ve tan hermosa cuando se enfada.

--Para que no te de pena-- Me enrollé el paño por la cintura y salí para abrazarla y darle otro beso, sus labios ahora saben a chocolate.

--Cambiando de tema-- Afincó su cintura a la mía --¿A qué hora es la cena con tus padres?--

--Bueno... Debido a que es una cena y contando que sigan con su costumbre... Creo que a las seis de la tarde, iremos un poquito temprano para ayudar con la comida--

--Muy bien... Buenas noches-- Me besó una última vez y se fue a mi habitación a dormir. Me despedí igual pero entre a mi cuarto para sacar mi ropa para dormir y salir, al vestirme me comí lo que quedaba del chocolate y me acosté en el sofá. Miré el techo pensando en lo de hoy.

No creía completamente lo que ocurrió, fue tan espectacular que me quedé con las ganas de seguir el acto. Metí las mano en mis bolsillos para evitar el frío, no paro de pensar en ella, pero lo que me asusta es pensar que pueda aprovecharme del momento y hacerle algo que no quiera. Me giré pensativo en esto. Hasta ahora lo único que tengo planeado es hacer lo que ella me pida, lo mejor es no pedirle nada y así evitar algo que sea malo, por así decirlo.

Apagué el televisor y la consola. ¿Qué podría pedirme ella mañana? Cuando despierte tendremos tiempo libre suficiente hasta que saliesemos para la cena. ¿Seguiremos con los besos? No es que no me hayan gustado, me fascinaron pero... ¿y si pide algo más... serio?

--¿Estás bien?--

--¿Eli? ¿Cuánto tiempo llevas ahí parada?--

Se recostó del sofá --Unos segundos, me paré a ver si dormías ya--

--No, todavía no--

--Obvio, estás en el mueble-- Regañó --Ven, duerme en la cama--

--Pero la estás usando...--

--¿Y?-- Arqueó la ceja --Te morirás de frío y dudo que tu familia quiera eso--

--¿Segura?--

--Claro-- Me extendió la mano y la tomé para luego caminar hasta mi cuarto, la cama tenía una almohada que la dividía en dos partes --Así puedes elegir tu lado-- Sonrió.

--Gracias--

--No me lo agradezcas, es tu casa después de todo--

--Por cierto... ¿por qué usas una de mis camisas?--

--Olvidé la mía en casa, tonta yo-- Se tiró a un lado de la cama --Duerme--

--A eso voy-- Me senté en la orilla y me recosté --Buenas noches--

--Buenas noches, Roland--

Apartó la almohada para darme otro beso de lengua. Fue perfecto para terminar el día si no fuese por la duración de este. Nos quedamos allí sin detener el beso, al rato Eli estaba completamente arriba de mí, la idea era dormir pero ahora solo quiero continuar. Acaricié con mis dedos sus muslos hasta llegar a su braga, ahí me detuve por miedo, al menos Eli no se dio cuenta.

--Te amo tanto, Roland--

--Yo también te amo--

--No quisiera que lo nuestro se terminara nunca-- Confesó a la vez que soltó unas lágrimas, allí me detuve.

--N-No llores...-- Se las sequé.

--Pero es verdad, no quiero que esto acabe-- Nos besamos otra vez.

Esa noche solamente nos besamos. Ambos teníamos ganas de avanzar pero dejamos en claro que hasta ahí llegaríamos, que no era el momento, que bueno que ambos entendimos y nos limitamos. Al igual que ella, yo tampoco quería que esto terminara y verla llorar de verdad que me dio en el corazón. Una hora habíamos pasado cuando Eli recostó su cabeza en mi pecho hasta caer dormida. Acaricié su cabello para al final dejarla así y dormir yo también.


(NOTA: Cabe remarcar que esta historia está terminada y lo subo aquí en parte para no estar mostrando los 32 capítulos de un sólo golpe. Espero les esté gustando la historia)
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario