Qué será la soledad, parte 1: Ancianos.

Esta semana, entre mis preocupaciones diarias, a estado poder enseñarle a un señor ya mayor cómo llegar a mi pueblo, que es un pueblo turístico alfarero. No conocía al señor, él se enteró que era de mi pueblo, porque le hablé a un caballero que estaba vendiendo berlines. Me preguntó cuándo abrían los puestos de alfarería, yo me decidí a explicarle todo, así que compartimos nuestros números y quedamos en hablar.

Hoy nos juntamos a las cuatro aprox, le expliqué dónde y cómo tomar buses...

Siento que es una persona necesitada de afecto. Sus padres ya no están con él, trabaja mucho y su familia vive lejos, bastante lejos, así que las visita cinco días de los quince que tiene de vacaciones.

Y bueno, sé que es raro una jovencita como yo interactuando con un viejo, pero: ¿Es raro que un joven charle con un anciano, o la sociedad lo ve de manera extraña, porque hemos olvidado la importancia de escuchar a nuestros mayores?

Pienso en la cantidad, que no debe ser menor, de ancianos que se suicidan porque sienten que están solos, que nadie está ahí para ellos. Y si no se suicidan, sé que algunos viven deprimidos.

Es difícil ser anciano en una sociedad que solo quiere gente joven para trabajar o enaltecen la vida de diversión y risas que solo es disfrutable cuando tienes un mínimo de salud.

Sí, puede ser incómodo que un viejo que no conozco me cuente de repente toda su vida y quiera pasar tiempo conmigo, pero intento empatizar y creo que lo logro: Yo también quería contarle toda la vida a la gente que conocía cuando por fin rompí la timidez y el miedo.

Así que, mientras sea solo charlas lo que requiera, sé que podré acostumbrarme y llegar a disfrutarlo. No me presionaré tampoco a hacer algo que no quiera, eso está claro.

Solo diré que como la juventud se siente atacada e incomprendida, la vejez se siente desplazada, olvidada y piensan que su único destino, seguramente, es morir para dejar de ser una carga.

Y nunca le desearía a alguien pensar que su vida significa eso:

Sí, es raro que hable con viejos así como así, pero me parece más inhumano ignorar que somos personas con necesidades sociales. Me gusta conversar, ¿Para que reprimir esa necesidad de dialogar que me nace tantas veces?

Hablo con extraños, porque no hay nada más extraño para mí que no querer convivir con otro ser humano.

Sin segundas intenciones.

La única moraleja que puedo sacar de estos es lo siguiente:

Hablen con sus viejos, escuchen a sus viajes. Sé que algunos dicen cosas pasadas de moda y tienen pensamientos anticuados, es seguro que cuánto tú tengas la edad que tienen ellos también le digas cosas así a las futuras generaciones, ¡Puede que ya lo hagas! Así que eso. Tenganles una especial paciencia, porque seguro han tenido que soportar un monton de cosas y, si siguen con nosotros, son un real tesoro.

¡Comparte una sonrisa! Y recuerda que alguien te quiere, seguro lo hace: Aquí, en las estrellas o en algún recuerdo.