Qué esperaba de 2022 y qué obtuve

Inicié el 2022 con muchas ganas de hacer ejercicio y ponerme más o menos en forma, con ganas de mejorar mi inglés y en los dos primeros meses estuve bastante en serio con el tema, pero estas dos cosas se fueron rápidamente al traste.

Por el contrario, aprendí que la vida son dos días, que no puedes asumir que tienes algo para siempre, porque mañana puedes no tenerlo.

Me enseñó que cuando crees que las cosas están muy mal y que no hay luz al final del túnel, una pequeña luz puede empezar a brillar aunque sea en tu interior.

Quiso enseñarme que hay personas que fácilmente te engañan y te toman por idiota si dejas que te manipulen emocionalmente. Pero por la contra, también me enseñó que infinitas personas que no me lo esperaba estaban ahí para mí cuando más lo necesité.

El 2022 me causó un dolor inmenso, pero también me trajo mucho aprendizaje, una esperanza enorme por la que seguir adelante y a gente que sé que debo tener en mi vida y otra tanta, que sé que debo quitarlas de mi espacio vital.

Ahora estoy preparada para afrontar este 2023 con ganas, sin propósitos, pero con grandes esperanzas.

¡Feliz año a todos!