Personajes de antaño.
Publicado por Kaisa Morinachi en el blog Crazy house. Vistas: 85
Ahhhh, al hablar de rpg me acordé de mi grupo de wawas terrible viejas ;w; No tengo idea de que año serán *RevisaLasFechasDeLasFotos* De 2016 XD kfjdkfjd, bueno, y cómo me acorde de ellos les hice un par de bocetitos.
Primero que nada ¿Por qué me acordé por los rpg? Bueno, pues supuestamente estos eran personajes de una historia con diversos finales, y para mi eso era totalmente rpg indie (?) pero sin el horror, que se me da fatal.
La historia, que no recuerdo bien cómo iba y de seguro era muy poco argumentada, iba de que habían dos localidades, o reinos, no estoy segura, y uno era cómo muy prospero y el otro no, por unos de los problemas que hubieron en el pasado que involucraban a ambas familias de los reinos, que no recuerdo si alguna vez estuvieron unidas o que onda.
Tengo un par de escritos también que dejaré al final los que más me gusten (Spoiler, los deje todos)
Este era el elenco de personajes secundarios (?) La calidad es horrible, porque la saque con mi computadora, pero sí se llega a notar cómo un fondo tiene colores normales y el otro alterados, eso es porque algo había pasado en ese reino que quedó muy mal la situación y demás ¿Que ocurrió? Ni idea, no me acuerdo y dudo que haya sido algo que hubiera definido.
Los personajes de la izquierda son de ese reino deteriorado, mientras que los de la derecha son del reino que logró prosperar, en realidad están uno al lado del otro.
Y estos eran los personajes que tiene mucho menos desarrollo que los otros, pero supuestamente son los más importantes, porque eran cómo las hijas de quienes estaban al mando, la del fondo rojo era la del reino prospero y la de pelo naranja la del que no era prospero, y bueno, no mucho más, tenían uno que otro dramon no desarrollado, y la de pelo naranja era bien mala, supuestamente (?)
Y eso, no tengo mucho más que agregar, a continuación les dejare los bocetos a la rápida que hice hoy y un par de escritos, los más pasables de los que escribí.
Creo que mi favorita es la de cabello corto
Ahora les dejo un par de escrito, son del 2017, así que ya tienen sus par de años y les pueden arder los ojos si no leen con precaución (?) No les haré mayor modificaciones para no alterar la historia que de por sí no recuerdo nada XD, aunque hasta yo noto varías cosas que podría mejorar.
Los relatos tienen orden cronologico, pero los escribí así de desperdigados y así se quedan, si mal no recuerdo los primeros que habré escrito fueron "En el bosque con Aki" y "El inicio del verano" pero no podría estar del todo segura.
Y paramos bajo la sombra de un gran pino, jadeantes por tanto correr, la cara de él estaba igual de roja que la mía, esa carrera que surgió de la nada termino alegrando ese frío invierno, que ahora no estaba tan helado, nunca pensé en establecer una amistad tan fuerte con un chico mal visto por todas las personas de su alrededor, aunque los rumores que giraban alrededor de él eran bastante tenebrosos, no me importada, para nada, después de todo las personas no eran perfectas y todas tenían un lado tenebroso que no les acomodaba mostrar a nadie, y aparte de todo eso, parecía un chico bastante normal. Después de un rato de descanso, nos devolvimos a la mansión Caredo a un paso lento y calmado, ya que después de tanto caminar nos quedaron doliendo los pies, aparte de que con la cálida brisa daban ganas de tomarse las cosas con calma, mientras caminábamos observábamos en silencio como el sol se ocultaba entre los cerros, dejando atrás el cielo rojizo.
Entramos a la gran estructura que llamábamos hogar, la puerta rechino más de lo normal, y aunque afuera solamente se escuchaba el viento, cuando entramos había un incómodo silencio, me quede helada, la mansión solía ser un lugar con bastantes personas y ruido, y que de repente, en tan solo tres horas, todo eso desapareciera, me provoco estremecerme, ¿Sería que las peleas volverían a aparecer?
—Tranquila— me dijo Kyo, mientras me abrazo por mi hombro— ¡Seguro que es una sorpresa! A Mari le gusta poner en tensión a las personas— termino diciendo dándome unas palmaditas en la espalda, aunque su comentario era para subirme el ánimo, era algo más que claro que algo malo sucedía, y eso solo me provocó sentirme que me trato como una ingenua.
—Apártate, no me gusta que te tomes las cosas con tanta calma— le respondí enfadada— será mejor buscar a Mari.
Y de esa forma empezamos la búsqueda, en el primer piso fuimos a todas partes en donde nos tenían permitido acceder, pero no encontramos ninguna pista y no nos encontramos con ninguna persona, en esos momentos hasta Kyo parecía estar incómodamente nervioso, entonces decidimos buscar por el piso de arriba, en ese lugar Kyo y yo nos tuvimos que dividir, él fue al sector masculino, y yo por mi parte fui al sector femenino, aunque él no se veía muy alegre ante la idea de separarnos cuando estábamos en una situación tan extraña como la de no encontrar a nadie. Camine lenta y cautelosamente por el lugar, revise todas y cada una de las habitaciones, y cuando ya estaba a punto de llegar al último pasillo cuando escuche un ruido muy fuerte, aunque solo fue por un momento, pude distinguir que venía del otro sector, preocupada trate de llegar lo más rápido posible, aunque estuviera faltando una leí al merodear por el sector masculino.
Agitada y atemorizada corría por todos lados, no podía encontrar a nadie, ¡Kyo no estaba por ningún lado!, entonces me pare para recuperar aire, estaba exhausta de correr y no encontrar a nadie, mientras me apoyaba en la pared observaba la otra, de alguna el color rojizo oscuro de esta me mareo, por lo que mire al piso, y cuando mire lo que me quedada de pasillo, me prepare para recorrerlo nuevamente, aunque no fue necesario, ya que al final de este me encontré con el causante de todo, una extraña criatura que nunca había visto.
Creo que el siguiente si le hice un par de modificaciones tiempo después para mejorar la narración, pero sigue teniendo muchas cosas que mejorar, el nombre "Kazuko" no era el original, pero lo cambié para no sufrir vergüenza, secretos de moritas (?)
Y cuando apenas abrí la puerta del patio, me encontré con ellos dos, desde que llegaron me habían estado acompañando en mi solitaria vida y alegrándomela cada día, Kioko fue la primera en percatarse de mi presencia cuando salí de la gran casa, y cuando ella se dio vuelta mirándome con una sonrisa en el rostro provoco que Aki también mirase hacia mi dirección, Kioko enérgicamente se abalanzó hacia mi abrazándome fuertemente, desde lejos Aki soltó una carcajada, y como habíamos planeado antes, fuimos a pasear al bosque.
Ese día el cielo estaba muy azul, hermosas y gigantescas nueves adornaban el cielo mientras el viento veraniego nos brindaba su frescura, y que decir del bosque, había vegetación por todos lados y los rayos de luz que se filtraban entremedio de la variedad de árboles, era muy agradable para la vista, ¡Y el aroma! Era exquisito, y solo con sentirlo podía captar los diferentes sabores de frutas que ahí nacían, se notaba por todos lados que el verano ya había llegado. Kioko iba caminando unos cinco pasos por delante de nosotros dejando brotar su felicidad, en cambio, Aki permanecía a mi lado mientras caminábamos a un paso más tranquilo.
— Y entonces, ¿A dónde planeamos ir hoy? — pregunté, ya que no era consiente de a dónde íbamos.
— Iremos a un lugar donde ahí variedad de árboles frutales, Kioko quería escalar un rato, pero como también es glotona, pensó en ir a ese lugar para aprovechar lo máximo de escalar árboles, después podríamos tener un festín de lo que recolectamos — me respondió Aki alegremente, lo que a mí me pareció una buena propuesta.
Cuando llegamos a uno de los claros del bosque se sintió muy refrescante, Aki y yo nos fuimos a recostar debajo de la sombra de un inmenso avellano y Kioko se arremango las mangas de su vestido para estar más cómoda al momento de escalar los árboles, y su primera presa fue un verdoso manzano. Rato después se le unió Aki a sus aventuras en los árboles, y de un momento a otro, se había vuelto una competencia de escalar árboles y recolectar fruta, en la que en escalar gano Aki, pero en la de recolección gano Kioko, como no participe en nada de eso Kioko me eligió como la jueza, y al final del todo nos servimos las frutas recolectadas. Había manzanas, almendras, peras, naranjas, avellanas, moras, ¡y muchas cosas más! Parecía imposible que fuéramos a comer tanto, por lo que Kioko se puso triste al pensar que podríamos desperdiciar comida que le pudo haber servido a otra persona o animal.
Estábamos por terminar de comer, pensando en llevar las frutas restantes a las sirvientas es casa, de seguro les gustaría fruta fresca, y cuando nos preparábamos en recolectar la comida restante, me percato de como Kioko observaba el cielo.
— Parece que va a ver tormenta, el cielo está un tanto rojizo— dijo ella un tanto atónita, y un poco preocupada por sus palabras y su expresión, dirigí mi mirada al mismo lugar a la cual se dirigió la de Kioko, y como era de esperarse, Aki nos imitó, también me quede sorprendida al ver el lugar a donde se formaban esas extrañas nubes, ya las conocía, y también la relación que tenían con Aki, el cual al parecer recordó cosas que pudieron afectar y arruinar su estado de animo de ese día.
— No pensé que estuviéramos tan cerca de ese lugar— me dije a mi misma un tanto preocupada— Kioko, escúchame bien— llamé la atención de la niña — nunca, por nada del mundo, te dirijas a ese lugar, y si por algún motivo muy importante necesitas ir, no lo hagas sola— le advertí con una expresión fría en mi rostro, a la cual Kioko noto que hablaba seriamente, y que esa cosa no era motivo ni de juegos y ni de bromas.
— De acuerdo Kazuko, pero… ¿Por qué? — me pregunto un poco extrañada, pero eso era algo que no quería y no respondería en ese momento.
— No lo necesitas saber en estos momentos, algún día te lo diré, pero ahora hay que prepararnos para volver a casa— le respondí lo más suavemente posible, aun así, mi voz sonó molesta, miré nuevamente a Aki, el cual tenía la vista perdida en el piso, su rostro era triste y nostálgico, y entendiendo sus sentimientos me asegure de que se olvidara, le toque el hombreo— ya es hora de irnos, volvamos a casa a descansar— Aki solo asintió y ayudo a llevar la fruta.
Debajo del vestido Kioko llevaba unas calzas y una polera blanca manga larga, lo que nos permitió usar su vestido como saco para la fruta y volvimos rápidamente a casa, ese día había empezado bien, pero nunca habíamos pensado junto con Aki que en algún momento Kioko les interesaran las cosas más allá del límite, solo espero que Aki no se allá sentido muy angustiado con el tema, ¿Qué cosas nos tendría esperando este verano?
No era culpa de ninguno de los niños, ellos eran aún muy pequeños como para haber tenido que carga con tal cosa, la culpa fue de los padres de no advertirles de lo que eran capaz de hacer y de decirles lo que no tenían que hacer, pero si al menos intentaron dejarles claro esas cosas, lo hicieron de mala manera. Ahora solo eran dos pequeños niños abandonados en una casa hecha cenizas, alejados de su madre y abandonados por su padre, no tenían nada que hacer más que sostenerse y apoyarse él una al otro, pero desgraciadamente tampoco dejaron que eso fuera así, obligando dejar todos los alrededores al supuesto causante de esta tragedia, lo cual no tuvo más opción que marcharse, y despidiéndose de su hermanito con lágrimas en los ojos, se fue lo más rápido posible antes de que los mismos campesinos les provocaran más dolor al él y su hermano.
El chico de ojos azulado vio cómo su único lugar en que refugiarse se alejaba rápidamente, casi instantáneamente lo sigue, pero por la presión que le provocaba la mirada de los de su alrededor solo le permitió ver como se alejaba, y se quedó en un completo silencio. Al rato después que se fueran los campesinos el chico decidió sentarse entre los escombros, recordando una y otra vez los hechos que habían ocurrido, con un tablón de madera delgada y a medio quemar, dibujaba en la tierra líneas sin dirección, creando dibujos extraños, y cansado por los últimos hechos que había pasado, se quedó dormido en el piso.
Despertándose por la voz desgastada de un anciano, el niño se levantó lentamente del suelo restregándose los ojos, al mirar al anciano simplemente se quedó en silencio, no tenía nada que decir y tampoco tenía miedo, ya que ahora que estaba lejos de su hermano, no había motivo para temerle a las personas de los alrededores.
—Oye pequeño, ¿Qué hace un niño de tú edad en este desmoronado lugar? — Le pregunto el anciano con la voz más suave y amable que pudo — ¿Tu sabes las historias que cuentan por acá?, ¿Qué te ocurrió? — el chico miro al anciano a los ojos y con ganas de llorar, aunque ya no podía, le respondió.
— ¿Qu-quien es usted? ¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¿po-porque mi hermano no está conmigo? — y el pequeño niño, con una soledad en su corazón, había olvidado todo.
Cuando ya no percibes los gritos de ese lugar, se significa que has pasado más de media década, lo averigüe al ver como la recién llegada no paraba de mirar nerviosa por todos lados, aunque en lo posible ella no tratara de mostrar su inseguridad de todas formas se notaba, mi trabajo era mostrarle todos los lugares disponibles donde ella podía ir, a excepción a los que yo no podía, aun así si eso ocurría le tendría que indicar donde estarían, un ejemplo de eso puede ser los dormitorios de chicas, yo no podía ir a ese lugar, pero como deber mío, tenía que llegar hasta el límite de las zonas e indicarle todo lo que había allí. Observe a la chica mientras ella hacia lo mismo por los alrededores del salón, miraba y observaba cada detalle, aunque se me hacía raro de que pudiera ver con todo ese revuelto pelo castaño tapándole los ojos. Después de que vio toda la sala decidimos empezar el recorrido.
Empecé llevándola por el pasillo principal, un pasillo bastante ancho por donde podrían pasar hasta siete personas en forma horizontal, le fui explicando que desde ese pasillo se encontraban las puertas que dirigían a la cocina, a los baños, al almacén, a la biblioteca, la sala de reunión y por ultimo había dos escaleras, una que para arriba se dirigía al segundo piso, y otra que se dirigía más allá del suelo, que llevaba a los calabozos. Cuando le mencione lo del calabozo no me miro con buena cara, podría decir que hasta me miro con odio. El segundo piso se dividía por sectores para chicas y sectores para chicos, y como no podríamos ir en pareja a ninguno de los dos sitios, le expliqué oralmente que cosas se ubicaban en su espacio, la explicación no se demoró mucho, y después de eso la deje sola y me dirigí al patio.
No entendía por qué Mari cogía a cualquier persona de la calle como ayudante, aunque su última elección me pareció interesante, al parecer la chica trabajaba últimamente como agricultora junto a su madre, mientras que su padre había muerto no muchos meses atrás cuando ella tomo el trabajo, también parecía tener un ser querido que no era de su familia, al cual se tuvo que separar, me acorde de mi propia historia, aunque la mía estaba media distorsionada y no sabía con seguridad si todo lo que recordaba era correcto, pero aun así, de alguna forma, me empecé a encariñar con la nueva y desconocida ayudante.
Mi mano estaba fuertemente aferrada al abrigo de lana de ese chico, esa noche hacia más frío de lo normal y no había ningún rastro de la luna, solamente pequeños puntitos blancos que parecían brillar con dificultad, mi cuerpo se sentía agotado y mi caminar era un tanto más lento del de mi compañero, con la cabeza gacha mis ojos empezaban a pestañear lentamente mientras el ya mencionado frio rozaba mis hombros. No quería mirar alrededor, el pequeño bosque que ahora parecía inmenso era muy tenebroso a esas horas, todo parecía más exagerado y mi imaginación sin límites no ayudaba mucho en esos momentos, las ramas de los arboles parecían brazos que querían atraparnos, y el viento parecía aullar tal cual como un lobo, y quien sabe, talvez abrían algunos por ahí. De repente mi compañero se detuvo, se dio media vuelta y me levanto la cabeza suavemente para que le mirara a la cara.
—¿Estas cansada? No falta mucho para que lleguemos, el lugar es agradablemente cálido, y mi amiga es muy amable, ¡Vamos, no falta mucho! — me dijo tratando de animarme, y aunque quería gritar con fuerza y alegría al mismo tiempo que apuraba el paso, mi agotamiento no lo permitía.
Cuando en realidad me sentía a punto de dormirme en el piso llegamos al final del bosque, y entre helechos y árboles se pudo divisar una gran casa, claramente de personas con recursos de sobra. El chico nuevamente se dirigió hacia mí, con una gran sonrisa.
— ¡Ya casi llegamos! — termino por tomarme la mano e irnos corriendo a grandes zancadas entre los helechos.
Entramos a la casa lentamente como si fuera ajena, y aunque para mi si lo era no lo debería ser para mi compañero, en lo primero que me fije al estar dentro de ese lugar fue una chimenea, la cual brindaba un agradable calor, el chico me dirigió a un sillón en el cual me deje caer, nunca me había recostado en algo tan blando y suave, divisaba como mi nuevo amigo se alegaba por un pasillo mientras inevitablemente se me cerraban los ojos, me quedaba dormida, al parecer había encontrado un nuevo hogar.
Ryoko era su nombre, y Mari no demoro en tomarle cariño apenas llego al recinto. Aunque ella misma la había elegido, no sabía mucho sobre la chica, por lo que los primeros días se la dedicaron a tomar el té y hablar de los gustos de cada una, cosa que Ryoko no tomaba mucho en cuenta. Su cabello era muy bonito, era tan ondulado y castaño, aparte de que le llegaba a las rodillas, nunca había conocido a alguna chica con ese tipo de cabello que no fuese una adulta que habré visto tan solo una vez en mi vida. Por fuera me atraía más que Mari, aunque lo que de verdad me llamaba la atención era su mirada, era una mirada seria, y tal vez la hacía verse enfadada, pero no parecía una expresión falsa como la constante sonrisa de Mari ni aterradora como mis antiguos vecinos.
Solamente nos habíamos juntado cuando le presente el lugar, desde ese entonces se le había pasado todo el rato con Mari, ninguna de la dos me tomo en cuenta, también me percate para que utilizaba Mari a sus “Ayudantes”, eran simples juguetes con los que pasar el rato, aunque también me di cuenta que éramos sus únicos juguetes y de su edad, todo el resto de las personas que solían estar en la residencia eran adultos mayores de 25 años, de seguro Mari se sentía muy sola de pequeña, y solo por eso me aceptaron en ese lujoso lugar. Una noche salí muy tarde de mi cuarto a buscar un vaso de agua, no recuerdo el motivo, y me encontré con ella, la cual me sorprendió al verla con el pelo corto rodeada de mechones castaño claro en el piso, nunca supe porque Kyoko se cortó la mayoría de su cabello, a excepción de un mechón que dejo amarrado con una trenza.
— ¿Qué haces aquí? — Le pregunte curioso ante sus acciones, ella pareció sorprenderse, y dejando las tijeras en la mesa de la cocina que tenía al lado, se marchó corriendo. Quede atontado, no comprendí nada, aparte de que tenía sueño, por lo que solo tire los mechones de pelo castaño a la basura, tome mi vaso de agua, y me marche, Ryoko era en verdad muy tímida.
Después de eso Mari me empezó a invitar a sus fiestas de té que llevaba a cabo junto a Ryoko, la única que hablaba ahí era Mari, que tenía más de mil temas de conversación muy insignificantes, y Ryoko parecía tener la habilidad de aparentar estar interesada, aunque yo tenía claro que no era así. Esas reuniones no parecían nada productivas, no conocí nada sobre Ryoko, y Mari se les iba acabando los temas de conversación, por lo cual dejé de asistir, aunque siempre servían cosas deliciosas en esa pequeña junta del té, extrañaría la comida.
Una tarde cuando estaba regando el jardín y jugando con los gatos de Mari, Ryoko se me acerco como si nada, aunque no habláramos nunca.
—Oye, tu sabes… ¿Dónde ver una puesta de sol? — me pregunto tratando de no demostrar ninguna emoción mientras hacia la pregunta.
—Pues, tu puedes ver puestas de sol desde todos lados— le conteste simplemente, aunque, al darme cuenta por su penetrante mirada de que ese no era el tipo de respuesta que quería, agregue—pero conozco un lugar donde se ve mejor que en todos lados—. Ahí su rostro pareció iluminarse, y de cierta manera me provoco un sentimiento agradable.
—¿Me puedes llevar? — dijo emocionada, aunque su tono de voz era el mismo, se notaba de que estaba feliz con el dato, aun, tal vez más que feliz, parecía aliviada.
Desde ese día siempre fuimos a visitar el cerro de donde se podía ver la frontera con el otra lugar del reino.
Este último relato me dio a entender que eran el mismo reino, pero estaba dividido.
Bueno, y eso es todo, espero que hayan disfrutado aunque sea un poco leerlo ¿Pueden adivinar que personaje es quien? XD Esta facilisimo.
Ah, y recién me doy cuenta que todos los nombres de los personajes tienen K, el anterior de Kazuko también tenía K, todos tienen K menos Mari, dejen de discriminar a Mari (?)
Gracias por leer.
a Kay Greenwish y AshenKnight les gusta esto.
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