Pasado Presente

Publicado por MiguelAngel en el blog El blog de MiguelAngel. Vistas: 314

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Hubo una época a escala de la vida humana no tan lejana a la nuestro en la que existió un niño que luego se hizo hombre llamado Angel, niño que jugaba entre los campos con tal libertad que era imposible atraparlo, su curiosidad no tenía limites humanos, sus ojos eran tan grandes que eran capaz de ver enormes campos de muchos cultivos y grandes árboles a distancias exorbitantes. Corría entre la vida y los cultivos sin darse cuenta de que su único enemigo sería el tiempo…

He aquí la historia de un hombre que no tenía una relación consigo mismo, un hombre que no era capaz de abrasarse a sí mismo y que encontró el mejor escudo contra su soledad que jamás habría existido… mientras todo eso sucedía las águilas volaban tan alto que desde el campo de girasoles nadie las alcanzaba a ver.

Esta historia comienza con él primer recuerdo del niño, pues desde aquél momento comienza una vida en la conciencia de Angel. Su madre había salido a cazar para los dos, había pasado largo tiempo fuera de la cueva en la que vivían y cuando regresó Angel estaba cerca de un lago jugando con sus amigos. Al verla corrió tanto, tanto y sintió tanta alegría que casi desmayó de la emoción, la abrazó tan fuerte como nunca nadie había abrazado a otra persona.

Poco a poco entre la vida y la experiencia nuestro pequeño Angel iba construyéndose a sí mismo un montón de cicatrices de los duros golpes que se daba cuando saltaba mal, de las cortadas que le aparecían cuando corría por campos de rosas espinadas, de las veces que los arboles habían dejado caer sus ramas justo en el momento en que el pasaba.

Se sintió tan abatido que un día pensó en la muerte, ese día cuando pensó en la parca, comprendió que ya no era un niño, comprendió que había crecido, que ya había perdido la posibilidad de hacer que el mundo girara a su alrededor. Ahora pasaban los segundos y él envejecería, los minutos y el maduraría, las horas y él se degeneraría, los días y él se desgastaría, las semanas y él se marchitaría, los meses y el encanecería, los años y el enfermaría, las décadas y él se asfixiaría y finalmente los siglos para morir. Todo esto pensaba nuestro joven Angel para marcar más una esperanza de llegar allá, es decir a la vejez, que una queja por tener encendido el reloj biológico. Todo pasaría tan rápido que sería inevitable sentir cada vez más cerca la muerte…

Un día mientras estaba en estado meditabundo, veía hacia las nubes, y se percató de que aquellas flores cercanas a él tenían voces propias… hizo tanto silencio que empezó a darse cuenta que cada flor, cada parte de esos enormes campos escondía personalidades tan coloridas como el universo mismo… Era extraño pues, Angel, era el único hombrecito en el mundo capaz de ver las flores pensar, hablar y desear tal como lo hacen los humanos, descubrió sujetos de lenguaje donde nadie más lo ha descubierto.

Un día como cualquier otro, sucedió lo que debería suceder. Angel vio en un girasol todo lo que él deseaba, es decir, todo lo que le hacía falta, pues deseamos aquello que no tenemos.

Este girasol visto por los ojos de nuestro joven era perfecto, era inteligente, era amable, era hermoso y escondía una personalidad enigmática. Combinación que era exquisita para dejar a nuestro pequeño enamorado en estados de transe y ensoñación…Él era todo lo que había anhelado para su vida, pero se enfrentaba a un terrible sentimiento que no lo dejaba acercársele y conquistarlo.

Fue así como pasaron los días y crecía tanto el amor, el deseo, el anhelo y la sensación de falta que él ya no aguantó más y se le acercó… Cuando estaba a pocos metros de él, todo su cuerpo temblaba. El aroma a girasol era más cercano. No fue cuando lo escuchó hablar que quedó flechado para siempre sino justo antes cuando escuchó sus pensamientos: -El mundo se puede cambiar, hacen falta flores capaces de amar de verdad y de escuchar a los otros- Repetía el girasol en su cabeza -Somos seres libres e inútiles que vivimos en un mundo de necesidad y prisión. Míreme a mí, estoy anclado a este tierra fértil pero no puedo ir a recorrer un mundo que pareciera infinito- Nuestro bello girasol salió de sus pensamientos para dejar una voz en el aíre que era imposible no escuchar. Cada cosa que salía de los labios de aquel girasol eran poemas que dejaban las más hermosas enseñanzas que jamás alguien habría podido enseñar a alguien.

Nuestro joven se sintió atraído, como no hacerlo si el girasol tenía polen de inteligencia, de intelectualidad, de ideas nuevas, no era claro si era un erudita, o psicoanalista o un histérico. Pero todas esas cosas parecían estar en él, por momentos era un sujeto en falta que se hacía preguntas, luego se iba respondiendo hasta llegar a la cima del conocimiento. Y Angel era apenas un ser que no sabía que tenía saberes adentro, no lo sabía desde la razón sino desde el accionar.

Sentía Angel entonces un estado de equilibrio, se fue acercando cada vez más a girasol y éste a Angel, fueron construyendo una fascinante conexión que con solo hacer gestos Angel y Girasol comprendían un universo entero. No pasó mucho tiempo para que Angel se obsesionara con girasol. Léase bien Angel, no girasol.

Angel era un ser creativo, y una tarde llegó con un poema para que la flor escuchara.

-Señora flor, señora flor:

Tengo un colibrí, le arranco las alas y me queda un pepino.

Permítame señor Angel que corrija su poema, dijo el girasol.

Tienes un pepino, le pones las alas y queda un colibrí…

-El acto poético debe hacer que el mundo y los seres crezcan, nunca denigres en nombre del arte, eso ya lo hizo la religión al decirles a todas estas flores que no vivan su vida en el deseo, en el riesgo, en el juego, en el descubrimiento.-

Fue aquí cuando se volteó y le preguntó a Angel -¿Podríamos jugar a la inutilidad?...- Angel se quedó pasmado ante semejante propuesta, él estaba atrapado entre el almacenamiento inútil de cosas, coleccionaba comida, coleccionaba agua, coleccionaba animales, coleccionaba, coleccionaba y coleccionaba…

-¿cómo jugar a la inutilidad entonces? ¿Cómo entender que podemos fugarnos de una realidad que deviene caos? Fue así como poco a poco fue aprendiendo a jugar a la inutilidad, partiendo de la pregunta.

Un día se levantó y decidió hacer todo al revés. Al terminar el día, fue corriendo donde el girasol y le contó su experiencia. Otro día decidió saludar a todos aquellos seres que no conociera, y descubrió que él mundo y las personas escondían bellezas y verdades más profundas que cualquier otra cosa muerta puesta a disposición, otro día, decidió hacer todo bailando, descubrió que el movimiento era la definición de la palabra vida… La flor fue entendiendo cada día la manera que había encontrado Angel para construir la inutilidad y empezó a dar órdenes y órdenes para que Angel viviera bajo la mirada de una flor que si bien era bella, escondía un fuerte secreto. Un secreto que meses después arruinarían toda la relación que se podría haber construido, perdónenme queridos lectores si me distancio para contar los terribles sucesos que vendrán.

Otro día de esos extraños dirán las flores cotidianas Angel decidió no hablar, quedarse en silencio y pensar en su estado de soledad. Sintió que estaba vivo, sintió que siempre había estado solo, sintió que nadie le había comprendido de verdad hasta antes de conocer aquel girasol, aquel ser perseguidor de la luz del sol. Sintió que en el silencio se escondía la escucha, sintió que era el rey del mundo pero también sintió que no era nada en un universo infinito.

Había llegado a la conclusión de que quería compartir con su amada flor la soledad, fue corriendo a buscarla para decírselo, cuando llegó abrió la boca y no fue capaz de decir nada… lloró esa noche, no sabía por qué… pensaba en que era imposible compartir de verdad lo que sentimos, lo que pensamos… pero la flor le llenó la cabeza con ideas que justificaban el hablar, decía:

-Es necesario aceptar las maneras en que el mundo se comunica, no podemos oponernos al otro, podemos proponer nuestras maneras pero no oponernos- Idea que Angel acepto con amor, era imposible resistirse a tanta sabiduría. La paradoja era que aquella flor con su sabiduría se oponía a los que no pensaban cómo ella.

Así como esta llegaron mil ideas hechas poesía que Angel no refutó y poco a poco flor, se convirtió en Dios, Angel tenía un Dios y todo lo que Señora girasol decía era una verdad irrefutable.

No pasó mucho tiempo para que Angel se pusiera en su rostro un montón de pétalos que le hacías perder su esencia de humano y lo convertían cada vez más en una flor. Angel empezó a perder su verdad, su única gran verdad, esa que había encontrado a partir de sus experiencias, eso que nos hace único. Angel soñaba, anhelaba ser Flor.

Cuando Angel se entendía diferente a la señora flor, le costaba porque en su inconsciente señora girasol no era su compañera de vida sino su adversario, porque al pasar el tiempo Angel empezó a sugerir la manera de vivir para ambos, desde sus argumentos y ya quería imponer sus ideas y sus maneras, pasó así mucho tiempo.

Hasta que llegó el día, el gran día. Era de noche, había frio, Angel y flor estaban mirándose como solían hacerlo, Angel estaba cansado, flor estaba excitada con el cuerpo, los gestos y las maneras de hablar de Angel, pero Angel se quedó dormido… Tuvo pues que pasar la luna por el horizonte, quedarse mucho rato en el senil y luego marcharse para que Angel despertara y se diera cuenta que en vez de su amado girasol había un hueco, una huella mnémica que guardaría en su memoria para siempre. En aquél hueco había una carta que decía más o menos lo siguiente:

Querido, el tiempo que hemos compartido

Sin duda alguna ha sido de los mejores, pero

He comprendido que mi camino con vos ha terminado

Somos demasiado jóvenes para quedarnos atrapados el uno en el otro

He conocido a alguien que tiene todo aquello que tú no tienes

Amaría que ese ser y tu fueran uno solo, pues encontraría todo lo

Que necesito para mí…

Con el dolor en el alma, mi más sincero estado de sinceridad.

Y entonces todo cambió, Angel se sintió solo por mucho tiempo, lloró mucho, todas las otras flores que intentaban entrar en Angel eran espantadas como lo hacen los más terribles espantapájaros con sus adversarios los cuervos.

Y lloraba y lloraba y seguía llorando, era imposible por esos días, parar las tempestades que sus ojos creaban, se le apretaba el corazón, pero entre lágrimas y lágrimas comprendió que una vida humana era impensable sin estas tempestades, que parte del ser humano era llorar, ver caer las lágrimas al suelo liberando todo lo que tenemos atrapado, cada lagrima redime.

Para Angel fue imposible entender el mundo, entender que algo tan grande como lo que él sentía, solo estaba en sí mismo y no en los otros, para ser más específicos, que esa grandeza estaba solo en él y no en el girasol.

Ahora comprendía el mañana, con todas las marañas que traería… La muerte cada vez estaba más cerca.

Angel podía ver el girasol a lo lejos siendo aplaudido por el mundo, y en la distancia poco a poco se dio cuenta de que este girasol había sido uno de los más egoístas que nunca habían existido, que girasol nunca se había preocupado por Angel, este es el terrible sentimiento y acontecimiento que les había dicho señores lectores, que denigró todo, que hizo que Angel se perdiera en girasol, que no construyera un mundo de acción para él.

Pero entonces Angel se acordó de sus amigos, lean bien señores lectores, se acordó de sus amigos y no de sus dioses, ya dijo un sabio hace mucho tiempo que a un hombre que no es corriente le quedan sus amigos y no sus dioses. Los buscó, habló con ellos y se sintió en presente, les habló de su tristeza y de su soledad y de nuevo al nombrar estos terribles sentimientos poco a poco se esfumaron. Sus amigos le ofrecieron una cama dura, con sabanas delgadas, lugar en el que se quedó poco tiempo, pues se lo llevó de ahí el deseo de trabajar en sí mismo.

Dijo otro sabio otro día, los grandes dolores de la vida, son para los grandes hombres, he aquí entonces la explicación del gran dolor de Angel. Y como su búsqueda es ser un hombre grande, ha de encontrar muchos dolores nuevos.

Entró a estudiar con otras flores en otro tiempo ciencias humanas, lo hizo porque en su condición de ser humano lo podía hacer, las flores a su manera también, pero recordemos que éstas están vivas desde la razón, solo porque Angel les da vida racional. Mientras en un salón hay un jarrón con una flor escuchando la lección Angel estaba sentado haciendo esto mismo. Angel estudió de esas carreras complejas que no pueden estudiar todas las flores por faltas que tienen, pero no las culpemos a ellas, culpemos al mundo por haberles entregado veneno en vez de pinturas, por haberles entregado tierras secas en vez de tierras abonadas, por haberles entregado golpes en vez de educación. Es difícil hacer entender ya que es un poco complejo explicar lo inexplicable.

¿Será que ahora Nuestro adulto Angel es quien es o seguirá vagando hasta el fin de su vida buscando eso?
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