Noche de pareja

Publicado por angel reinoso en el blog El blog de angel reinoso. Vistas: 161

Este es mi primer lemmon, espero que les guste
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Noche de pareja
Por cada minuto que pasaba el sol se escondía más en el horizonte. El cielo se encontraba parcialmente despejado y siendo surcado por una mezcla de colores entre rojizo, amarillento y anaranjado producto de los rayos solares que poco a poco se desvanecían creando un hermoso atardecer. La tarde de tan esperado día, no tanto para algunos, estaba llegando a su fin dando paso a la impaciente noche emocionada por hacer su entrada.

La oscuridad lenta pero segura iba apoderándose de la poca luz que había dejado el sol tras su partida. Una por una fueron encendiéndose las grandes lámparas, acorde avanzaba la noche, alumbrando las calles para todas las personas que transitaban ya sea por las calles o aceras de la ciudad. Las tiendas, en su mayoría, estaban todas abiertas con los estantes llenos de peluches, chocolates, juguetes y demás cosas que solo se podían encontrar, por lo menos en las mayorías de los establecimientos, un 14 de febrero.

Una brisa fresca y juguetona se aposento sobre la ciudad, jugando con los cabellos, ropas e incluso sombrillas de las personas que caminaban por allí, aportando a su alrededor un ambiente rebosante del alegría y felicidad.

Las calles estaban abarrotadas de parejas, amigos en algunos de los casos, que se dispusieron a estar juntos ese día como ya es costumbre de las personas en San Valentín. Algunas simplemente paseaban por los alrededores disfrutando de la compañía del otro, otras se alojaban en los parques y restaurantes más cercanos pero al final, sin importar cual sea su destino, todas se cruzaban en aquel paso de cebra.

Muchas eren las parejas paradas en aquella intersección, esperando a que hombrecito verde se encendiera y que los autos se detuviesen para poder atravesarla. Entre todas esas que estaban allí había una en particular que resaltaba sobre las demás. Él, alto y robusto, cruzaba con paso filme aquel paso de cebra, luego de todos los autos se hubiesen detenido, agarrado de la mano de ella. Al terminar de cruzar soltó la mano de él, por no más de dos segundos, para entrelazar sus brazos y nuevamente sujetar su mano y, siendo ella un poco más bajita que él, coloco su cabeza en su hombro dejando caer su larga melena color castaño entre los brazos de ambos.

Caminaron por unos cuantos minutos más hasta llegar a la casa de él. Sus padres, por motivo de su trabajo, no se encontraban ahí y, al ser hijo único, tenía la casa para el solo durante todo el fin de semana. Entraron y de inmediato se dirigieron al sofá posicionado en el centro de la sala y Desenlazando sus manos se sentaron uno frente al otro. Sus miradas se encontraron dando lugar a un sin fin de pensamientos. Era una fecha especial para ellos, no tanto por el hecho de ser 14 de febrero, ni por las grandes festividades que se vivía ese día, era aun más importante que eso, su aniversario. Hacía ya un año desde que se volvieron, oficialmente, una pareja y que mejor día que ese para dar el siguiente pasó.

La distancia que los separaba se hacía cada vez más estrecha. Sus rostros se acercaban cada vez más el uno del otro, sus labios se encontraron en un desesperante y apasionado beso. Sus lenguas se infiltraban en la boca del otro. Poco a poco fue elevándose la intensidad de sus besos, uno que otro mordisco salió a relucir en la intensa batalla por tomar el control. Ella, en un intento de profundizar el beso, se sentó sobre su regazo, de inmediato su diestra se coloco en su nuca acercándolo aún más. Por su parte él introdujo sus manos por debajo de la ropa recorriendo su espalda sacándole uno que otro gemido.

Duraron varios minutos en esa posición hasta que él, sujetándola firmemente de la cintura, se levanto y con las piernas de ella cruzadas por su abdomen camino hasta su habitación, golpeo su espalda contra la puerta, luego de haberle dado vuelta al llavín, para abrirla y poder depositarle gentilmente sobre la cama.

Las ropas, que en ese momento comenzaban a estorbar, se desprendían de sus cuerpos quedando solo en sus atuendos más íntimos. Él, cortando el beso, explorar el cuerpo de ella con su lengua, pasando por su cuello, recorriendo cada uno de sus pechos y luego alojándose en su vientre, donde deposito un sin fin de besos y carisias. Mientras tanto ella se había despojado de una de sus prendas, dejando sus pechos al descubierto.

Luego de haberle arrancado unos cuantos gemidos, escalo nuevamente su cuerpo y se encontró con unos ojos color ámbar que lo habían estado observando durante todo su recorrido. Sus ojos se encontraban nuevamente en esa noche y, tras unos segundos, la beso con pasión dejándole saber todo el deseo y excitación que sentía. Una de las manos de ella bajo a la ultima prenda que le quedaba, tratando de despojarlo de ella, y la otra frotaba su miembro.

— ¡Espera!— la detuvo parándose en la esquina de la cama— Segura de que quieres hacer “esto”

Ella solo guardo silencio y acerco su rostro al de él plantando sus labios sobre los suyos regalándole un fugaz beso. El beso solo duro unos segundo, los suficientes para transmitirlos sus sentimientos llenos de aceptación sobre la barrera que estaban a punto de romper. Él capto el mensaje y sin hacer más uso de las palabras, que en ese momento serian innecesarias, se deshizo de sus últimas prendas y, sujetando su miembro ya erecto, lo dirigió hacia su entrada. Solo había conseguido introducir la punta cuando un grito de parte de ella inundo la habitación. Se detuvo por un segundo y luego continúo. Tardo un minuto en introducirla entera, debido a sus continuas pausas en un intento de causarle el menor dolor posible, espero hasta que se acostumbrara para comenzar a moverse.

Hizo leves movimientos para poder acoplarse mejor dentro de ella y comenzar con sus envestidas. Ella lo miraba atenta, no quería perderse ninguno de sus movimientos. Las envestidas fueron subiendo su intensidad. La habitación se había llenado con las voces de ellos, entre gritos y gemidos estaban llegando al éxtasis. La temperatura estaba subiendo rápidamente en sus cuerpos, gotas de sudor caían en la sabana.

Un gemido aullador Salió de la boca de ella, había tenido un orgasmo, Cruzo sus piernas por su cintura aprisionándolo mientras su cuerpo se retorcía de placer. La veía arquear su espalda acelerando sus envestidas hasta que un nuevo grito se escucho en la habitación, esta vez de parte de él, también había llegado inundando con su esencia su interior.

Una vez terminado de eyacular, se desplomo al lado de ella, estaba agotado, ambos lo estaban, y dándose un último beso dieron fin a su velada cayendo profundamente en los brazos de Morfeo.
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