Necesito un respiro

En momentos como este me gusta escribir en mi blog, aunque sea solo para quejarme y desahogarme. Después de todo para eso está, y ahora mismo necesito darle uso, que suficiente abandonado estaba ya.

Hey, hola. Hace tiempo que estoy en stand by por aquí, a pesar de que me conecte usualmente por costumbre. Se suponía que hoy iba a ser totalmente libre al fin, y podría disfrutar de hacer lo que en verdad me gusta por aquí. Peeero, si le echáis un pequeño vistacito al título que decora mi perfil, dice que soy la super mala suerte, y efectivamente, dicho título se ha vuelto a cumplir una vez más.

Los días 5, 6 y 7 de junio tuve finalmente mis exámenes de acceso a la universidad, o también llamados Selectividad o EBAU. Muchos estudiantes catalogan este periodo de su vida académica como el más estresante de todos, y no les culpo. Se supone que durante tu etapa en la enseñanza secundaria te están orientando hacia este momento, donde por medio de una serie de exámenes obtendrás la calificación que determinará si podrás entrar a la universidad que quieres, o no. La presión, como podréis intuir, es muy grande.

El último curso antes de dichos exámenes, segundo de bachillerato, también es una etapa muy estresante. Imagina: los profesores de cada materia deben darte todo lo que necesitas saber para hacer Selectividad, con tiempo limitado, y a final de curso nos encontramos con multitud de exámenes sucesivos que se daban sin mucho tiempo para estudiar, porque no había más días donde hacerlos. Debíamos acabar el 11 de mayo sí o sí, e incluso tuvimos que tomar un día festivo del instituto para examinarnos, o en el caso de otras clases, tomar horas extra por la tarde para hacer los exámenes, sacrificando su tiempo libre para ello. A partir del 11 de mayo nos daban dos semanas y media para prepararnos por nuestra cuenta todo lo que debíamos estudiar para los exámenes de la Selectividad, que no es poco, y por supuesto, estos días no fueron vacaciones en absoluto.

Por ello, puedo decir que hace meses que no recuerdo haberme relajado sin tener en mente cosas pendientes que hacer en los días siguientes. La presión y ansiedad por terminar de una vez y ser libre al fin se hizo insoportable durante estos tres días, donde debías examinarte de entre 5 y 6 asignaturas. El último día, ayer, se me hacía insufrible. Agotada, ya no era capaz de retener más información. Y aún así hoy dormí pocas horas, intentando por todos los medios ir con un mínimo de información en la cabeza. Esta mañana era un manojo de nervios.

Pero finalmente lo logré, y al salir del examen y llegar a casa me sentí tan rara... ¡Al fin tenía tiempo para mí, para aburrirme y hacer todo lo que había aplazado tanto tiempo! Leer, escribir, ver series, rolear, dibujar, jugar a juegos... ¡Tantas cosas que al fin podría hacer, hoy debería ser un día feliz! Pero no, cada vez que algo bueno pasa, siempre tiene que haber alguien que venga a estropearlo, y ya estoy harta de eso. ¿No me merezco acaso un respiro después de todo el esfuerzo que llevo haciendo durante todo el año? ¿Después de la presión y agobio a la que estuve expuesta, teniendo que encerrarme en casa durante semanas sin permitirme ir a donde quisiera? El mundo es cruel e injusto con las personas que no se lo merecen. O más bien, son las propias personas las que realizan estos actos.

Esta tarde la universidad de mi comunidad ha anunciado que se dio un hackeo al sistema de datos, permitiendo ver determinados exámenes antes de tiempo, y permitiendo así hacer trampas e ir preparados sabiendo de antemano lo que iba a entrar. Como medida de seguridad, para impedir favorecer injustamente a estas personas, se decidió que se repetirían los exámenes de las materias perjudicadas para la semana que viene, obligando a... ¿cuántos eran, más de 3.000 alumnos? a repetir dichos exámenes de nuevo. A pesar de que te hubiese salido muy bien y estuvieses satisfecha con tu resultado, debías repetirlo de nuevo. Lo que hiciste ya no cuenta para nada.

No podéis imaginaros el estado de los estudiantes ante la noticia de esta tarde. Justo cuando se había acabado el sufrimiento y al fin, al fin, después de meses de esfuerzo y trabajo, podías descansar merecidamente. Ahora, por culpa de unos sinvergüenzas, todos pagarán justos por pecadores. Y así el día de felicidad y tranquilidad después de la tormenta se fue al traste. El martes tendré que examinarme de nuevo de un examen que no debería corresponderme, solo porque a un puñado de personas se les pasó por la cabeza que sería buena idea hackear el sistema.

¿Por qué no? ¿Para qué hacer el esfuerzo de estudiar como el resto de alumnos, pudiendo hacer trampas sin sentir un mínimo de remordimiento?

Debería caérseles la cara de la vergüenza a todos ellos, sean quienes sean. Y de verdad, ojalá se descubra de quiénes se tratan y que reciban las amonestaciones y el hate que se merecen, porque nos han jodido a todos de lo lindo. Por parte me alegra que tengan que repetir los exámenes ellos también, se lo merecen. Pero solo ellos, no nosotros. Y menos mal que solo es repetir un examen y no toda la Selectividad, porque entonces ya no sé qué sería de mí, ni de dónde sacaría las fuerzas. Porque de verdad, estoy tan cansada ya, que con suerte repasaré los últimos dos días y ya, yo no puedo más.

Ya estoy algo más tranquila, la verdad. Le di muchas vueltas, buscando el lado positivo como siempre, y la asignatura que a mí me toca hacer era a la que menos tiempo le había dedicado. Así que dentro de lo que cabe, quizás pueda ser una oportunidad. Aún así yo había salido contenta de ese examen, y joder, que seamos los únicos de todo el país con este problema me frustra mucho. Y me da vergüenza ajena, también.

Otra vez vuelvo a tener el pensamiento en la cabeza que me recuerda cada vez que estoy pasando mi tiempo libre "recuerda que tienes que estudiar, deja eso y ponte ya", y es molesto, la verdad. Pero bueno, al menos no es historia de España, o Literatura.

Pero eso no quita que me merezca de verdad un buen descanso, de una vez por todas.