Mis vergüenzas
Publicado por Lucas Diamond en el blog Blog de Lucas Diamond. Vistas: 573
Buenas, amigos. Vengo a desempolvar esto con un tema zabrozo, para aquellos que se aburran y quieran leerlo y reírse de mí. Se trata de momentos vergonzosos en mi vida. Muchos (?
1.- Profesores cotilla.
Bien, aquí hay dos anécdotas a la vez.
La primera se trata de una clase de lengua, en tercero de la eso. Andrea, mi compañera de mesa, y yo estábamos hablando y para que la profesora no nos riñese cogí la calculadora para enviarle un mensaje. La puse en la mesa, lo leyó, y luego la volví a coger. La profesora al verlo me dijo algo así: "Pablo, ¿qué estás, calculando las perífrasis verbales?" No sé qué le imortaba lo que estuviera haciendo, pero bueno, puedo entender su reacción (aunque hay formas y formas de decirlo). Sin embargo...
Meses más tarde, en tercero también, en una clase de biología la profesora hizo su típico gesto para indicar una perversión sexual de las muchas que decía (?) Entonces yo, espontáneo y gracioso como soy en verdad no le hice otro chiste a mi amiga Valentina sobre el género de mi amigo Fran. Y la profesora, al verme hacer el gesto, me preguntó y me dijo que lo dijera en alto. Yo me negué, pero me dijo que con las tonterías que decía ella, no era plan ponerse ahora vergonzoso. Y claro, yo no lo pensaba decir en alto (?) Por suerte mi amiga Valentina me sacó del aprieto inventándose una tontería en verdad creo que la profesora supo que le habíamos mentido pero meh
2.- Con hambre por la calle.
Iba yo, con unos amigos hablando por la calle. Sí, tan normal. Y yo iba girado, hablando con ellos, y por tanto no miraba hacia delante. Lo gracioso llegó cuando la parada de autobús me tumbó del porrazo que me di. Hasta me hice un corte xD Fue tan absolutamente ridículo y vergonzoso que le tuve que pedir a Celia que no le contase nada a mi amiga Carmen, porque conociéndola se iba a estar descojonando de mí por los siglos. Hace un par de semanas, mientras recapitulaba cosas como estas con mis amigos, me enteré de que se lo contó. Yay.
3.- Socializando.
AVISO, ESTO OCURRIÓ DE CHICO. Como con diez años, yo no tenía vergüenza ni amigos. No me juzguéis, ahora no actuaría así (?
Estaba jugando en el parque con mi amigo Daniel. En esto, nos encontramos a la hermana de una compañera de clase, ella se llamaba Paula. Yo le dije que andaba por ahí, que la saludase, pero él dijo que no, que le daba vergüenza. Así que yo le respondí algo así como "¿Que te da vergüenza? Vaya tontería, mira: PAULA HIJA DE PUTAAAAA", grité yo con mis santos cojones en mitad del parque. Claro, al señor mayor que iba con Paula no le hizo mucha gracia, me echó un selmón bueno, y luego no me dejó tranquilo, cada vez que pisaba la tierra me echaba porque "pisaba la hierba" (era un caminito de tierra que había entre la hierba que todo el mundo cogía menos yo, porque me estaban vigilando). Imaginad la vergüenza que pasé xD
4.- Qué bonita es la amistad.
Tercero de la eso de nuevo, jugando a tirar pelotitas de papel a otros que en verdad me caían mal. Carlos se acerca a tirarme una, está enfrente de mí, y como no tengo nada para protegerme miro rápido a mi alrededor, veo una liberta de Andrea, y la cojo para parar el bolazo. Entonces Andrea llega, se enfada porque he cogido su libreta, me la quita, me dan el bolazo, y luego Andrea me da un libretazo en toda la cara delante de la clase. Estuvimos casi una semana sin hablar, y una muchacha gritó en clase "HASHTAG: NO A LOS LIBRETAZOS INESPERADOS". Destacaré que Andrea NO quería darme, al menos no en la cara y como me dio(?, pero yo me giré de golpe también.
5.- La casa del árbol.
Tenía yo unos buenos catorce años cuando me puse a jugar con mis amigos al escondite en el parque de la urbanización de Carmen. Allí hay arbustos y árboles por todos lados, y un escondite muy recurrente era subirse a un árbol y quedarse allí. Pero claro, mientras quien fuera me buscaba, llegó un malhumorado vecino de los muchos que hay al que no le gustaba que se pisase la hierba porque nos cargábamos el parque. Sacó a todos los que estaban escondiéndose detrás de un arbusto con ira, y yo seguía oculto, cagado de miedo por si me descubría. Ese hombre era capaz de llamar a mis padres y reñirles por mí. Entonces, Trevor, desconfiado, se puso a buscar si había más gente por ahí escondida, acercándose en un momento a mi árbol. Yo seguía sin moverme, mis amigos se reían, y mi abrigo resplandecía. Yo pensaba que me había visto, ya hasta había organizado mentalmente mi testamente, pero por suerte se fue sin percatarse de que me encontraba allí.
A día de hoy no sé cómo es posible que no me viera, pero no volví a esconderme ahí. Me cagué mucho, la verdad.
PD: El hombre no se llama Trevor, pero a unas amigas les pareció que le pegaba el nombre, no se sabe por qué.
6.- Mi hermano "despistado"
No es que esta sea especialmente graciosa, pero yo lo pasé muy mal. Con unos diez años, mi hermano llegó un día y me dijo que las clases de inglés empezaban, y que yo iba lunes y miércoles de seis a siete. Eso me pilló por sorpresa, porque siempre había sido de cinco a seis, así que supuse que me habían cambiado a la clase que era un año mayor que la mía. Así pues, yo me presenté allí, más avergonzado que nunca, y me senté hasta que llegó el profesor. Sus palabras fueron "¿Qué haces tú aquí?". Efectivamente, mi hermano se había equivocado, y todos en mi clase se rieron, tipo "un niño tan pequeño en esta clase, jajaja, qué gracia". Un año después, el profesor me cambió a esa clase, y yo ya me morí de la vergüenza al presentarme allí.
Ahora estoy en clase con la mayoría de ellos, aunque muchos se fueron quedando atrás. Y he de decir que aunque al principio lo pasé fatal porque me moría de la vergüenza (todos sabían muchísimo inglés y yo iba con mi "jelow mai neim is Pablo"), ahora ADORO mi clase, y me lo paso estupendo. Todos los días salgo llorando de la risa, los quiero muchoa todos (L)
7.- Rata entallada.
Esto ocurrió durante mi viaje a Londres el año pasado. Estábamos diez personas en una habitación de ocho, la más chica, de hecho, y como había muchas conversaciones a la vez, no sabía a quién le había preguntado una cosa mi amigo Fran. Bueno, pues a la quinta vez que le pregunté con quién hablaba, y él me respondía que conmigo, entendí que me lo había preguntado a mí. Imaginaos lo que me reí.
Al parecer, una amiga estaba en ese mismo momento grabando un vídeo, y grabó mi risa. Desde entonces se ríen de mi risa, porque parecía una rata entallada. Dejo aquí el audio del vídeo, no sé si se oirá bien.
http://vocaroo.com/i/s1U103lBIt0J
8.- Sigo con hambre.
Era Halloween, cuando yo iba tan felizmente con mis amigos de casa en casa pidiendo lo que fuera que nos dieran. Y como me entran estos ataques de hambre por las buenas, me apeteció una buena ración de suelo. Al salir corriendo de un edificio donde habíamos tocado mucho las narices me tropecé con un escalón que ni vi y me caí en la calle, delante de todos los espectadores.
Me hice daño.
A día de hoy, a Fran no se le ha olvidado, y me hace bullying. La amistad...
9.- Lazos familiares.
Seguíamos en Halloween. Mis amigos me habían dicho todos que se iban a disfrazar, pero como yo lo dejo todo para el último momento, me vi en apuros para encontrar qué ponerme. Como encontré una túnica negra, decidí pintarme la cara de blanco y arreglado, pensando que todos se iban a disfrazar, pero a la hora de la verdad luego solo llevaron un par de accesorios.
Así pues, iba yo dando el cante de manera monumental con mi cara inusualmente blanca, cuando aparece mi tío. Me señala y empieza a reírse en mi cara. El amor de familia, ya sabéis.
10.- Asimétrico
Piensas que todo va bien hasta que en la fila para subir a clase una chica te pregunta que por qué llevas dos zapatillas de colores distintos. Lo peor llega cuando después tienes educación física con unos canis que aprovechan cualquier ocasión para reírse de ti y tú tienes la autoestima por los suelos.
Sí, había cogido una de cada par.
11.- Me acosan.
Acababa de empezar el curso escolar y había conocido a una chica... peculiar. Me daba mal rollo, cogió confianzas rápido, era rara y me preguntó que si me había dado cuenta de que me estaba tirando los tejos. Pero me lo preguntó "de broma", claro... jaja...
Y bendito el día en que mi amada profesora de eduación física le dijo que si se iba al nocturno todo sería más fácil. Ella decidió marcharse, y yo estaba muy feliz. El último día no vino y me pidió que la acompañase a ver a los demás para decirles que se iba. Yo no quería ser desagradable si ya no la iba a volver a ver, así que accedí. Bueno, pues me llevó por todo el patio cogido de la mano, buscando a la gente xD Así por las buenas me enhebró, wtf. Y al despedirse me dijo "bueno, ya hablaremos por WA, que ya tengo tu número. A ver si nos tomamos algo en la Almosassa"
Claro que sí, guapi.
12.- Prohíbemelo.
Bieen, estando de vacaciones con mi familia, un día nos tocaba una visita a una cueva. Una guía nos llevaba y nos iba contando todo. La mujer tenía MUY mala leche e intimidaba mucho. No sé bien de qué estaba hablando en ese momento, pero dijo algo así como "y claro, a nosotros no nos gustan que nos prohíban cosas. ¿A ti te gusta que te prohíban cosas?" me preguntó. Me pilló de improvisto y me puse muy nervioso, así que respondí algo así:
"¡E-eh...! ¡S-sí!"
Y así fue como mis padres me prohibieron decir más gilipolleces (?) Imaginaos la cara de todos los presentes, la propia guía tuvo que decir que eso no era cierto, pero me había puesto nervioso. Lo cual, por otra parte, era la verdad.
13.- Should've known better...
Como ya sabéis, yo NUNCA canto delante de nadie (trauma que cogí con catorce años). Ni siquiera delante de mis padres, solo delante de mi hermano.
Un día que me encontraba solo en casa con mi hermanos, pues, empecé a cantar "Should've known better", de Soluna Samay (o algo así, no recuerdo bien el nombre, la verdad xDD). Pero cuando digo a cantar me refiero a pleno pulmón, ¿eh?
Al cabo de un rato, oí una puerta y mi madre me llamó y me dijo que saliese al pasillo. A mí me empiezó a entrar la vergüenza, porque supuse que me había escuchado, y como por aquel entonces hablaba muy bajo (más que ahora), pues iba a echarme la bronca, o qué sé yo, quizá solo a hacerme bullying. De hecho, en esa época hablaba tan bajo que mi profesora de inglés me hacía gritar, se salía al pasillo y me hacía leer en alto para que ella desde fuera de la clase me escuchase.
Cuando salí al pasillo vi a mi profesora de inglés al final, con mi madre, riéndose, y mi madre soltó un "te ha escuchado cantar". Me morí de la vergüenza, en serio. Corrí de vuelta a la habitación de mi hermano, con una risilla nerviosa, y no volví a salir. Esa profesora es mi teacher este año, #dato. No la tenía desde que eso ocurrió.
En fin, desventajas de que tu madre trabaje en tu instituto.
Y con esto concluye la primera edición de Mis vergüenzas. No creo que haya otra, porque aunque me acuerde de otro momento, no serán los suficientes para rellenar otra entrada, y me dará pereza editar, so... buenas noches/tardes, lo que corresponda :3
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