Mi mundo oscuro: Capitulo I
Publicado por Suicide Girl en el blog Suicide Girl World. Vistas: 118
Capítulo I
Lo único que recuerdo por ahora es a ella, su sonrisa, su larga, brillante, hermosa, perfecta y encantadora sonrisa , antes de que el mar de oscuridad inundara mi mundo.
Ella fue la única que me sonrió en toda mi vida,los demás, solo se burlaban y me trataban como un mounstruo. Me pisoteaban, nadie me quería ni quiere. Ahora estoy solo aquí, en total oscuridad y soledad. Me duele mi pecho, sin saber porqué razón.
Mis recuerdos, la mayoría de ellos, son de personas burlandose de mi, y yo llorando sin parar. Lo peor es que he intentado quitarme la vida... algunas veces, bueno, tal vez 7. Pero no puedo, pienso que todos me odian y quieren que siga sufriendo solo de esta manera. A pesar de eso, tambien recuerdo sus hermosos ojos, azules como el oceano. Pensar en ella me hacía felíz, gracias a esa chica. Tambien recuerdo su cabello, era largo, pelirrojo y ondulado; Una hermosa chica con ojos azules, pelirroja y con una angelical sonrisa.
Soy un chico, eso creo... tambien creo que me he enamorado, sin embargo estoy sentenciado a morir de agonía, a llorar, a gritar, a estar solo...a estar sin ella, es lo que más me duele, la única persona que me ha sonreído en mi asquerosa vida, que me hizo y hace felíz, es todo lo que tengo. Fui tan estúpido como para no preguntarle su nombre siquiera.
Han pasado 3 espantosos años desde que estoy aquí, tengo 15 años de edad, no recuerdo muy bien que día cumplo, pero creo que es el 7 de Agosto.
Me odio, me odio por no estar con ella, por no hacer todo lo posible para regresar a mi verdadero mundo, un mundo con luz. Siento que cada vez que lloro, grito o pienso en ella, me desmorono poco a poco.
Espera... ¿Qué es eso? Es acaso...¡¿Luz?! A la distancia se ve una luz que va incrementando de tamaño, me acerco poco a poco, la luz que empezó por ser pequeña ahora es una puerta.
- ¡Aghh!- dije, mientras tapaba mis ojos con las palmas de mis manos; hace tiempo que no veía la luz.
Toqué la manilla, lo cual que me produjo un escalofrío que se extendió por mi espalda. Pensé que la vería a ella, pero no fue así. Al pasar la brillante puerta lo que vi fue un parque, parecía otoño, ya que las hojas de los arboles estaban color naranja.
Me senté debajo del primer árbol que vi, era grande y tenía un tronco ancho por lo tanto fuerte. Las hojas que caían pasaban al lado mío, gracias al viento que movía mi despelucado cabello.
Empecé a caminar por un camino de piedras, al mirar a los lados era hermoso, pero seguía siendo solitario, seguía habiendo mucho viento. Luego de un rato, me percaté de algo, a distancia, estaba el mismo árbol que había visto antes. Estoy mejor porque puedo ver de nuevo, sin embargo ¡No hay salida de este maldito lugar!
Me senté debajo del árbol y luego de unos minutos, me sumergí en mis sueños.
Al despertar, me encontré acostado en el medio de una calle, con mucho frío y niebla, y por supuesto, ni una alma rondando por allí, ya me había acostumbrado a estar en soledad.
Me levanté y caminé, pensé que no encontraría nada, pero a distancia, cubierta por la neblina podía ver una casa, de dos pisos. Entré, no se veía absolutamente nada, busqué algo para encender, luego de hacer un desastre en un cuarto por mi limitada visión, encontré una lampara de aceite en un estante y un encendedor en la cocina; al encender la lámpara, iluminó toda la sala. Exploré un poco la casa, por lo que podía observar, la casa había estado deshabitada desde hace años.
Escuché un ruido proveniente del piso de arriba, subí las escaleras y seguí el molesto ruido. Volvió a sonar, el ruido era algo parecido al salto de alguien, o algo. Giré a la derecha, habían tres cuartos, al dar el primer paso escuché un grito, en el segundo cuarto.
Estaba temblando, de frío, sí, debe ser por el frío... Giré la manilla lentamente y pasé. El cuarto estaba solamente iluminado por la luz de la Luna que se reflejaba en una ventana, y estaba casi vacio, solo un sofá polvoriento y un alto closet antiguo. Dí unos pasos y el closet se empezó a mover, se movía tanto que parecía que se fuera a caer.
Con mis manos temblando, abrí el closet, nada, solo algunas ropas. Me llamó la atención una chaqueta verde muy bonita, la sacudí y me la puse. Seguí revisando el cuarto, por si había algo oculto que llamara mi atención. Luego de un unos minutos volvió a sonar y tambalearse el closet. Subí la mirada y vi lo que causaba el estruendo.
Me miraba con curiosidad, un hombre encurbado, sucio, sus ojos estaban muy rojos, su boca babeaba.
-¿E- Está usted bien?- Apenas terminé de decir y el hombre se me abalanzó encima. -¡Ahh! ¡Alejate fenomeno!- dije. Lo patee en el abdomen con suficiente fuerza como para que se alejara y se retorciera en el suelo, corrí hacia la puerta y la cerré. Salí de la casa y corrí todo lo que pude, el problema es, que mi vision es muy limitada por la neblina, y el frío hace que mis piernas no corran lo suficientemente rápido. Luego de un rato, me cansé y empecé a caminar, sin saber a donde me dirigía ni qué encontraría en ese lugar.
Luego de un rato, vi una figura, esta era definitivamente una chica, a medida que me asercaba definía más a esa chica. Vestido larog de flores rosa y rojas, cabello largo y ondulado. Le toqué su hombro, se voltió y mi corazón empezó a latir tan fuerte como pudo. Era ella... La chica que me hace feliz, la chica que amo.
De inmediato la abracé, tan fuerte como pude, no dejaría que se fuera de nuevo. No la dejaría irse así de rápido, no ésta vez, no quiero.
-Oye...¿Estás bien? Estás llorando...- Dijo con su dulce y tierna voz.- S-Sí, disculpa ¿Cuál es tu nombre?- Aproveché preguntarle mientras la separaba un poco de mi, dando espacio entre nosotros.
-Sophia, Sophia Wing ¿Y tú? - me preguntó con una sonrisa.- R-Robert Brukowski- dije tartamudeando. *No te sonrojes ¡NO!*.
-¡Mucho gusto Robert! me estrechó su mano, lo cual, al tocarla, hizo que cada vello en mi se erizara.
-M-mucho gusto Wing...
-Llamame Sophia- dijo con una sonrisa- A sido un placer conversar contigo, sin embargo, tengo de decir adios.
*¡No dejes que se marche! No lo permitas... No de nuevo...*
-¡No, espera! ¿Por qué no vienes conmigo? Podremos buscar comida y demás, no cuidaremos el uno al otr- No llegue a terminar la frase, cuando dijo:
-Lo siento, pero no podré hacer eso... La razón es porque eres de la familia Brukowski ¿Cierto?
-Así es, lo soy, pero ¿Qué tiene de malo?- Wing miró a los lados y llegamos a cruzar las miradas, me miró fijamente.
-No deben saber que estuve contigo...- dijo susurrando- Adios Robert.
Poco a poco, mientras me miraba con una sonrisa se desvanecia, y llevaba sus restos, o lo que sea, en donde el viento los llevara y yo observaba con lagrimas en los ojos. Aún así no estoy muy seguro si fue real, o fue el susto del hombre deforme el cual hizo que bajara mi cordura, tanto como para alucinar, no lo sé.
De alguna manera debía saber la razón por la cual ella no podía siquiera acercarce a mi, no sabía que creer, respiré hondo y me embarqué a descubrir un oscuro secreto, el cual le daría una vuelta a mi vida y mis creencias por siempre.
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