Memorias de Nanary: Recuerdos de Rue (parte 4)

Publicado por Rue Beyond en el blog El blog de Rue Beyond. Vistas: 375

"Nunca me había importado mi apariencia, pero desde que la vi, siempre que salía a conseguir mi sustento diario me arreglaba lo mejor posible, incluso fui a una tienda de ropa y me lleve prestada la que pensé que se viera mejor, no tenía mucha experiencia en ese tipo de cosas, pero por ella sería capaz de eso y más, las primeras 2 impresiones no fueron muy buenas, quería demostrarle que no era tan malo como parecía, incluso recogí un perro de la calle para practicar mi interacción social, lo sé, era patético.
Cada día pensaba en ella, yo jamás había creído en las deidades pero todas mañanas pedía que si existía alguna deidad que me escuchara, la cuidara y la hiciera feliz, aunque era sólo lanzar palabras al aire, yo sentía que algo me escuchaba y al menos el viento podría llevar mis deseos. Siempre que iba a la ciudad iba con la esperanza de encontrarme con ella, pero por más de 3 meses no tuve la suerte de ver la, bueno Nelivo no era ciudad pequeña, siendo la capital de Solem no se podía esperar menos, más yo nunca perdí la esperanza.
Un día en la ciudad, comprando comida con Doña Amira una señora ya de edad avanzada la cual siempre me había tratado bien, me miro a los ojos y sonriente me pregunto.
—¿Ha pasado algo últimamente? —Parecía conocerme bien.
Ella era una de las pocas mercantes de la ciudad a la cual siempre le pagaba por lo que me llevaba, siempre se había preocupado por mi cuando era más joven y hasta cierto punto la veía como una madre.
—No ha pasado nada Doña Amira, sólo...—De pronto y sin aviso me interrumpió.
—A mi no me engañas jovencito, te conozco desde que tienes 7 años, anda cuéntale a esta abuela lo que te pasa. —Con una gran sonrisa honesta me hizo confesar.
—Bueno es que, el otro día vi a una joven muy hermosa...—
Le describí a la joven, le conté todo lo que había sucedido y lo que había sentido yo al verla, obviamente evitando las partes donde la policía me intentaba arrestar.
—¿Y qué paso? —Pregunto doña Amira curiosa
—No pude decirle nada, no sabía como iniciar una conversación, soy malo para eso de socializar.—Le confesé algo apenado.
—Ay hijo, ya te llego el amor —Ella se empezó a reír— creo que esta abuela tiene lo que necesitas.—
Me miro por unos segundo y fue a buscar algo en la parte de atrás de su puesto, a los segundos regreso con un fruta.
—Cuando la veas le dices que se la mando yo, así podrás iniciar la conversación.—
Esa mujer era alguien grandiosa, también por ella no me dejaba atrapar, pues siempre me hacia feliz pasar un rato con ella, podía confiar en ella, siempre me daba buenos consejos y trataba de que me cuidara. Bueno ahora tenía una misión y un tiempo límite, debía encontrarla antes de que la fruta se fuese a pudrir. Tenía unos días solamente... Se había vuelto algo emocionante."
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