México... Eres fuerte

Mi país está de luto. Yo estoy asustada y desesperada. Duele y es impactante advertir la fragilidad de la vida humana. El terremoto de ayer (19 de septiembre) ha destrozado vidas. Lamento la perdida de los seres queridos. Lamento no ser capaz de ayudar más...
Experimentar el temblor, con esa arrolladora fuerza fue aterrador. La tierra rugió. El edificio en el que estaba se sacudió con fuerza y lo único que podía pensar era: "Por favor que no se caiga. Por favor. No quiero morir". El pensamiento fue colectivo pero muchos no tuvieron la misma suerte que yo. Es desesperante ver las noticias y saber que aún hay personas atrapadas. Personas que están aún más asustadas que yo.
Porque cosas como éstas siempre vienen a recordar lo frágiles y desprotegidos que estamos ante un desastre natural...
Sin embargo, también ha sido reconfortante ver que la solidaridad (nacional e internacional) se ha hecho presente. Que aún, con toda la podredumbre que parece permear esta época (en la que las noticias de asesinatos son el pan de cada día) aún hay empatía y una profunda preocupación por el próximo.
Esto me ha enseñado que aún puedo tener fe en la humanidad.
Han pasado tres décadas desde que ocurrió algo similar. Se levantó antes y se que lo hará ahora.