Los Cristales Ánima

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Se cuenta que originalmente... todo elemento, toda energía, comenzó en algún punto, en un momento en el que no había nada mas que vacío, oscuridad y frío.
La energía primigenia, la nada, tarde o temprano tenía que liberarse, que estallar. Y es como desde entonces, dió origen a todo.
La energía está en todo, está en los objetos, en el ambiente... en ti. Y esa no es la excepción con algunos objetos místicos pero a la vez poderosos, tan poderosos que podría enloquecer a los débiles de voluntad.

A estas cosas... se les llaman los Cristales Ánima.​

Su nombre no es en lo absoluto en vano, pues desde su descubrimiento, se cuenta que se puede sentir un "Álma" habitando en estos extraños y abstractos cristales. Pueden ser desde simples fragmentos de "hielo" hasta tener formas complejas y bellas, un buen ejemplo puede ser un copo de nieve.
Nadie se explica cómo, nadie sabe porqué, pero se dice que son los residuos de la gran explosión de energía que dió origen a lo que hoy en día conocemos como... "vida".

Cualquiera que llegue a portar uno de estos objetos, se dice que quedará maldecido para la eternidad, que succionará su energía vital, su alma hasta dejarlo, con suerte, en un estado de letargo... o puede y acarren consecuencias aún peores, si, peores que solo una muerte.
Por más que se le da caza a estos objetos, no dejan de aparecer por todas partes, no dejan de salir "de la nada" no paran de hacer daño, no ha habido caso de alguien que tolere la brutal energía que estos irradian. Muchos han intentado investigarlas, otros dominarlas o destruirlas... y absolutamente nadie tiene éxito en su labor.

Se dice que, al final de cuentas, sí hay una forma de dominar esta energía, de ser una con ella, de poder comprenderla, de hecho se cuenta que hubo uno... solo uno que lo consiguió... pero desapareció para no ser visto jamás.
Cualquiera tomó esto como una simple historia para contar a los niños o para hacer un poco más interesante la vida, sin embargo, más... y más cristales emergieron, la fauna, comienza a desestabilizarse, el ambiente en sí se siente distinto, todo pareciese comenzar a descender de temperatura, y cada vez emergen más y más casos de gente muerta o enloquecida al tener, extrañamente, pegados los cristales en alguna parte de su cuerpo... pocos son los rescatados al estos, ser destructibles, por lo que fue naciendo la teoría que estos cristales tenían que ser una copia o similar de las originales pero... ¿cómo saberlo?

Los hechos existían, las respuestas parecían imposible de hallarse, seguían habiendo enloquecidos o muertos, desde que se recordó que ese tal "alguien" halló la manera de controlar esa energía, se buscó al que dió origen al mito, pero así como no se sabe nada de dicho individuo, tampoco del que difundió el rumor.

Poco a poco, la sociedad tuvo que hallar la manera de confrontar este fenómeno, completamente fuera de su poder, tuvieron que buscar la manera de evitar, por así decir... que el "contagio" que representaban los Cristales Ánima, tenían que aprender a contener el desconocido fenómeno...

Y contra todo pronóstico, lo lograron.

Por alguna razón, nadie recuerda o sabe con exactitud cómo fue, pero se sabe que de alguna manera, unos pocos poblados consiguieron hallar la manera de contener la plaga, y cuando se dieron cuenta, el tema de los Cristales Ánima... pasó a ser historia.

Oh, que afortunados. ¿Pero porqué siempre el tema de los Cristales Ánima era tan abstracto, tan confuso y extraño? ¿Porque siempre que uno indaga solo emergen más y más preguntas? Tal vez nunca lo sabríamos, pero si algo era seguro, es que la amenaza acabó...

Los Cristales existen, existieron y existirán... si las historias son ciertas, no habría genuina forma de deshacerse de ellas... pues si es verdad que contienen la energía primaria del universo, entonces, técnicamente es algo innegable en la vida. Casi como un muy extraño regalo del universo, algo que solo uno, aparentemente, pudo aprovechar... solo para no volver más.

¿Qué son exactamente los Cristales Ánima?

Esa es la pregunta... desde, al parecer, el inicio de los tiempos.​