Les hablo de mi primer amor

Publicado por Ruki V en el blog Espíritu encaminándose. Vistas: 224

Imaginen a una Ruki de unos cuatro años que cursa en segundo año del jardín de niños.

Ahora imaginen el patio de ese jardín de niños con columpios y resbaladeros y demás. Y dentro de ese "demás", incluyan un juego de madera que parece una pequeña casita con resbaladero y, aunque lo mas normal es que añadan columpios o algo, una cuerda.

Literal. Una cuerda colgando de una tipo viga que sale del "techo", de... Un metro de largo, colgando a metro y medio del suelo. O algo así.

¿Qué uso se le daba a esa cuerda?

Bueno, un niño que era un año mayor que yo la usaba para columpiarse pretendiendo ser George de la selva y bajando de algún modo a unas niñas que estaban en la "casa" de madera. Como si las salvara.

¡Qué estupidez! ¿No?

Mi mente se grabó al niño mal lo vio haciendo aquello con la inútil cuerda. No sabía su nombre, pero según yo era George (un mexicano a santo y seña, incluso a esa edad, seguramente se llamaría George).

Y un día voy y me uno a las niñas "en peligro". Si él era George, todas nosotras eramos Ursula. Okay.

Estupideces.

Me quedaría hasta aquí pero tengo que decir que la rara yo de menos de cinco años sintió que su mundo se derrumbaba cuando supo el verdadero nombre de ese niño. Era como si se hubiera perdido la magia de aquel primer amor.

Lo mas estúpido y divertido es que su nombre era Miguel Ángel.

Bueno, no, no solo eso. Sino que a ese Miguel Ángel me lo reencontré diez años mas tarde en la secundaria.

Ni siquiera les voy a contar lo imposible que me era comparar a cómo veía yo a ese tipo diez años antes de darme cuenta de en qué se había convertido ese pequeño George de la selva.
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