La frivolidad en su máxima expresión

Es lo que resumiría en su totalidad a:

ARP Backstage Pass

Los protagonistas de esta animación, son tan egocéntricos, vanidosos y con muy poca carisma y vergüenza. A excepción de Rage que va por su propio rumbo y no es tan vacío como el resto, pero es algo odioso y maleducado.

Pero, sin duda alguna, el tal Shinji es el peor de todos al ser un niño rico que se hace la víctima al no haber cumplido su sueño de ser violinista y a pesar del apoyo de su familia, es apático con ellos. Para colmo es de lo más superficial al presumir todo lo que tiene a sus compañeros sin tomar en cuenta que dos de los miembros simplemente se apuntaron a seguir con el jueguito ese para tener algo que comer y donde dormir en vista de que no les iba del todo bien en sus presentaciones.

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En el caso de León diría que es algo extraño al bailar por las calles como un loco, sin mencionar que cantaba y hablaba gritando, sin consideración a los demás. Menuda llamada de atención tuvo en su niñez al ser tan pesado y molesto en clases, pero ni así aprendió, de hecho tiene una actitud tan infantil y siguió el consejo de su madre de sonreír siempre.

Por cierto que el corazón que ponía en las notas el director me resultaba de lo más perturbador y más cuando en los últimos capítulos pretende que los chicos usen “poca ropa” aunque ya eso sea había visto con Daiya cuando fue presionado por Tetsu para entrenar más que el resto.

Y bueno, al final nunca entendí si en realidad eran un cuarteto o tenían que competir entre dúos, la verdad es que me saltaba muchos de los conciertos ya que el CGI era horrendo y los personajes se veían más robóticos y diferentes a lo que eran en su versión en 2D.

Posdata: Nunca se aclaró las razones por las que el tipo del flequillo que le cubría los ojos, sabía tanto de ellos, de hecho ese aspecto da a entender que Matsumoto es un acosador o algo peor.

Nota: Al final de cada episodio, los protagonistas comentaban lo que había ocurrido y lo que pasaría en el siguiente.