La escritora y la bailarina...

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Mena en estado depresivo​

Solo una pequeña luz alumbraba tenuemente a las jóvenes que permanecían calladas encima de un enorme escenario

–¡Ya está decidido, no vuelvas a insistir más en los mismo Marianella! –una joven de larga cabellera rubia y ojos azules discutía con la que a simple vista parecía ser su hermana gemela sino fuera por la pollera enorme y los zapatos de baile que esta tenia puestos

–¡Mena por favor no te podes ir… ¿Vas a dejar a Una Simple Doncella a la mitad? Que dirán tus fanáticas! –la bailarina se acercó hasta la cama donde yacía la escritora recostada como si nada

–Te tienen a ti –respondió la joven secamente para luego prender la televisión –No me necesitan a mi …

–¡Ahh pero sos necia! –Grita harta la mujer mientras se sacaba sus zapatos de baile tirándolos sin importancia por algún lugar del enorme escenario, el dolor en sus pies la estaban matando y la ojiazul no estaba ayudando en nada con su actitud caprichosa –Yo soy Marianella, la bailarina, la estudiosa pero jamás, ¡Jamás la escritora! ¿Oíste?... Levántate de una vez Mena por favor –Marianella toma del brazo a la joven pero esta se suelta abruptamente

–¡YA BASTA! Si tanto deseas escribir ve y hazlo vos misma… -la escritora toma con rudeza las frazadas y se tapa evitando ver a la bailarina -Ahora vete y por favor apaga la luz cuando te vallas

–¡En algún momento estarás escribiendo Mena! -la bailarina toma los zapatos que había tirado y se retira lentamente del escenario no sin antes decir –Volverás a escribir, no podrás evitarlo

Las luces se centran en la joven que permanecía echa un ovillo entre las frazadas hasta apagarse por completo sumiendo el lugar en una profunda oscuridad.

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–Es un nuevo día… ¡A levantarse dormilona! –Marianella abría rápidamente las cortinas de la habitación dejando que la luz de los rayos del sol dieran de lleno en la mujer que yacía dormida en su cama

–Ahh dios mi cabeza –la escritora se revolvió frustrada entre las sabanas para luego sentarse dejando salir un suspiro molesta

–Que hermoso e interesante sueño tuvimos anoche… ¿No te parece? –Marianella se lleva una taza de té a los labios

–No sé de qué me hablas –dice Mena revolviéndose su cabello mientras dejaba salir un bostezo

–Ohh vamos, nunca soñamos una vez que lo hacemos se merece que aunque sea lo escribas… ¿No te parece? –la bailarina toma el celular que yacía en la mesa de luz y se lo entrega a la escritora junto con uno auriculares blancos

Mena mira por minutos enteros el celular, lentamente como si fuera la primera vez que lo hiciera se coloca los auriculares… –Max… Maximo… yo ¡AHHHH YO NO PUEDO! –Mena grita para luego quitarse molesta los auriculares y dejarlos apoyados nuevamente en la mesa de luz –No puedo escribir –susurra desanimada para luego volver a taparse con las frazadas dándole la espalda a la bailarina

–Dios esto va a tomar tiempo –suspira la joven, Marianella toma una silla y se sienta al lado de la joven cruzándose de brazos –Abrí mis ojos, la habitación se encontraba sumida en un profundo silencio, los rayos del sol se filtraban suavemente por las cortinas azules que cubrían las ventanas… –Mena se descubre el rostro para mirar a la joven al lado suyo que narraba con vos suave –Seguila Mena, vos la pensaste ahora te toca escribirla –la bailarina junta su mano con la de Mena dejando una suave caricia en ella –Marianella dejo de escribir al momento que Una simple Doncella nació…

La escritora abre la boca pero ni una palabra sale de sus labios

–Por favor Mena… -suplica la joven, mientras toma el celular y deja que una suave melodía llene la habitación

La escritora cierra sus ojos con fuerza al reconocer la canción, voltea el rostro encontrándose con unos hermosos ojos azules idénticos a los de ella –Puedes hacerlo, nuestra imaginación no conoce los límites ni fronteras

–Me mo… me moví –susurro Mena para luego dejar salir un suspiro –Me moví en la cama, mi cuerpo se hallaba completamente relajado –Marianella sonrió al escuchar a Mena narrar –Recuerdos de la noche anterior inundaron mi cabeza… Todo había sido tan especial ¡Tan mágico y confuso al mismo tiempo! Miro la única prenda que cubría mi cuerpo, una enorme camisa blanca –Mena se saca las frazadas que la cubrían y se levanta de la cama por primera vez en días –Su aroma a colonia de hombre de la que tanto me había enamorada inundaba cada poro de mi piel, que el mismo, la noche anterior había acariciado con tanto cariño y pasión…

–Volviste – la escritora sonríe alegremente para luego mirar a la bailarina que se había parado

–No… Volvimos –Marianella sonríe mientras toma la mano de la joven con la suya… segundos después la escritora se desvanece en el aire –Volvimos –susurra Marianella mientras baja la vista a su mano y una pequeña sonrisa se forma en su rostro.

Las luces del escenario se apagan lentamente y el lugar resuena en aplausos…

Fin…

Hola querido lector espero que vallas disfrutado de leer este escrito tanto como yo de escribirlo.
Mena y Marianella nos irán asombrado con distintas situaciones, ya sean graciosas o tristes está pareja dispareja aprenderán mucho la una de la otra... ¿Las acompañas?