Guerra De Palabras

Publicado por Marina en el blog Marinaland. Vistas: 210

Guerra De Palabras

Tal como lees, guerra. Imagina un área de tu casa, ahora visualiza ese lugar convertido de pronto en un campo de batalla, porque tú y alguno de tus padres se están lanzando granadas verbales. Es obvio que tuvo que haber un detonante para terminar en una terrible discusión. ¿Cuál pudo ser? Quizás algo parecido a lo siguiente.

Es una apacible tarde. Tú has terminado de hacer tus tareas, tanto las del hogar como las de la escuela y suspirando, te dices:

—¡Aaah! ¡Descanso al fin!

Sí, un momento de relax. Ya puedes estar tranquil@ frente al monitor para visitar tu sitio favorito de Internet, escuchar música y chatear un rato con tus amigos, pero... ay, no. Tu madre va y se planta frente a ti para decirte con seriedad.

—¡Niñ@, ¿por qué pierdes el tiempo frente a esa pantalla? ¿No te dije que tenías que llevar a tu hermano a su clase de música? ¿Por qué nunca haces lo que se te manda?

—Ahí va de nuevo... —susurras con sarcasmo y cierto volumen para que tu mamá te escuche.

—¿Qué dijiste? —Inquiere tu madre inclinándose hacia ti.

—No dije nada, ma-má —respondes poniendo los ojos en blanco.

—Ten cuidado de como me hablas ¿eh? —exclama muy molesta tu madre al no gustarle el gesto que le hiciste al poner los ojos en blanco.

—Y como me hablas tú, ¿qué? —replicas francamente irritad@.

Y con eso, adiós paz, la batalla ha comenzado.

Tal vez te resulte familiar la situación. En el intercambio de palabras anterior hubo tres cosas que dieron pie a la discusión, ¿lo notaste?

1.- El sarcasmo.
2.-El gesto que empeoró la situación.
3.- La réplica.

¿Existen en tu caso algunos temas que sean más conflictivos? Tal vez...

-Actitud
-Tareas del hogar
-Ropa
-Hora de llegada
-Tiempo libre
-Amistades
-Chicos/as
-Otro

La verdad es que sea el tema que sea, cada vez que discutes con tus padres la situación en casa es muy incómoda y tensa, tanto que el ambiente puede tornarse deprimente. Podrías refrenar tu impulso de responderles y aparentar que estás de acuerdo con lo que dicen, pero aunque eso estaría bien porque debes honrar a tus padres, también es bueno que aprendas a desarrollar tu capacidad de pensar y tu facultad de raciocinio. Así que es lógico que vayas formándote tus propias opiniones aunque en ocasiones no coincidas con tus padres. Entonces, el punto es que tanto tú como tus padres deben aprender a expresar sus opiniones —aunque su parecer no sea el mismo— sin llegar a la discusión.

Entonces, ¿hay algo que puedas hacer para evitar que cada conversación que tengas con tus padres se convierta en una auténtica batalla?

Claro que sí. Quizás pienses que lo más fácil es que ellos cambien, porque son los que siempre te están llamando la atención, los que no están contentos con lo que haces, pero pregúntate: “¿De verdad puedo hacer que mis padres cambien?” Si eres realista, caerás en la cuenta de que a la única persona que puedes hacer cambiar es a ti mism@, por lo tanto, si pones de tu parte para tranquilizar los ánimos, tus progenitores pueden estar dispuestos a escucharte sin discutir.

Ahora pregúntate: “¿Qué puedo hacer para dominar la espada que es la lengua?” Si lo deseas, puedes intentar poner en práctica las siguientes recomendaciones. Quizás te sorprenda ver cuánto mejora tu habilidad para tratar a las personas. Incluso es posible que hasta impresiones a tus padres. Por intentar no se pierde nada, ¿o sí?

Paso 1: Piensa antes de hablar. No digas lo primero que se te viene a la mente cuando te sientas atacad@. Supongamos que tu madre te reclama por X tarea que te pidió que hicieras y no has hecho.

—¿Por qué nunca haces lo que te digo? ¡Siempre es lo mismo contigo!

—¡Déjame en paz! —Así respondes tú, pues es lo primero que se te ocurrió.

Pero si no respondes, es porque estás usando tu capacidad de pensar. Intenta ver lo que hay detrás de sus palabras. En lugar de interpretar literalmente términos como siempre y nunca, trata de entender cuál es el sentimiento que la motiva a usarlos. ¿Es posible que ella se sienta frustrada porque tiene que hacer todas las tareas de la casa? O tal vez sólo desea que reconozcas que trabaja mucho, darle algún crédito. Por esa razón, responderle con ese “¡Déjame en paz!”, solamente hará que comience una pelea.

Por lo tanto, utilizar tu capacidad de pensar hará que nulifiques también el tono sarcástico cuando le hables y si tu respuesta es pacífica:

—Lo siento, mamá, ahora hago lo que me dijiste, no te preocupes.

Hará que tu madre se sienta mejor. Se calmará y hasta es posible que te diga qué es la cosa que la molesta porque notó en tu respuesta que quieres comprenderla.

Paso 2: Habla con respeto. El tono de voz mal empleado para hablar con tus padres es lo que puede molestarles, por ello debes aprender a hablar despacio y en un volumen adecuado, ni bajo ni alto. No ruedes los ojos o hagas otro gesto de fastidio, pues si lo haces, ellos sentirán que les estás faltando. Y si crees que vas a estallar, respira hondo, piensa en que puedes vencer el volcán que está a punto de hacer erupción y confía en ti. Tú puedes tener autodominio. No pienses en que deseas que tus padres te dejen en paz, sino en que tú puedes controlarte para no responder algo que encienda el fuego de la discusión. Si logras dominarte, ¡felicidades! Eres muy fuerte y estoy orgullosa de ti. (Si eres espiritual, hacer una oración en silencio a Dios para pedir que cierre tu boca para no responder, te será de mucha ayuda).

Paso 3: Escucha con atención. El proverbio dice que en las muchas palabras no deja de haber faltas. Por eso, en vez de querer decirlo todo o interrumpir a tus padres para justificarte, mejor permite que sean ellos quienes hablen y préstales atención. En algún momento tendrás tiempo para hacerles preguntas o darles explicaciones cuando terminen de hablar. De nada te servirá querer salirte con la tuya y contradecirlos, pues solamente puede empeorar las cosas. Y si acaso tuvieras algo más que decir, quizás este sea el tiempo de callar.

Paso 4: Pide perdón. Pedir perdón es algo que cuesta, pero lo correcto es que, cuando haces algo que provoca una discusión, debes disculparte. Si te cuesta pedir disculpas frente a frente, una nota escrita es una buena opción. Sin embargo, eso no es todo, sino que debes hacer lo posible por no repetir lo que provocó la discusión. Es seguro que tus padres te pidan que hagas cosas que no te agraden, pero, ¿no es mejor darles gusto que enfrentarte a ellos por no hacerlo? Piensa en lo mucho que saldrás ganando si te esfuerzas por no discutir con ellos.

¿Sabías que las familias felices no son las que no tienen desacuerdos, sino las que saben cómo resolverlos en paz? De corazón espero que puedas hablar con tus padres de temas complicados y, lo más importante, sin discutir.

Recuerda:

*Medita antes de responder.

*El triunfo es de aquél que desiste de disputar.

*Tu vida será más fácil si tratas de resolver o, mejor aún, prevenir los conflictos.

*Cuando tus padres te hablen, apaga la música, deja a un lado el libro o la revista que estés leyendo y míralos a la cara.

*Discutir con tus padres es como correr en una cinta: gastas muchas energías y nunca llegas a ninguna parte.


Ahora bien, hay quien se pregunta: ¿Por qué a mis padres nunca les gusta lo que hago? ¿Te has preguntado lo mismo? Bien, no te pierdas la siguiente entrada.

Nos vemos, pásenla bien ;D

Los jóvenes preguntan 1
a Borealis Spiral y Sonia Vongola les gusta esto.
  • mastermystery
  • Marina
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario