Friend [Witch's House]

Publicado por Yugen en el blog ~NOIRLAND~. Vistas: 523

Este relato es básicamente lo que ocurre en el juego, así que puede ser un spoiler. Basado en el RPG de ''The Witch's House'' y la canción ''Friend''
Link acá:

Advertencias: Minor gore. O mi definición de ''gore''. (?
Para entender el relato es necesario saber la historia del juego.

''Friend''
"Esta enfermedad me matará. Así que... Decidí coger su cuerpo. Decidí seguir viviendo con su cuerpo. Está bien, ¿verdad? Porque nosotras dos somos "amigas".

—Será sólo por un día— le había dicho desde la cama, con la voz débil y quebradiza—. Intercambiaremos nuestros cuerpos por un sólo día, tengo un hechizo que lo hará posible. Quiero caminar de nuevo y salir de este cuarto. Sólo por un día. Te lo prometo, Viola.

Como una ilusa, Viola creyó sus palabras. La palidez enfermiza del rostro de Ellen y aquellos ojos hundidos y sin vida evocaban un final prematuro. Ya apenas podía mantenerse en pie, sus débiles huesos no la sostenían y permanecía en cama días enteros, padeciendo dolores innombrables. El cabello violeta, antaño lustroso y lleno de brillo, se veía ahora crespo y opacado por la sombra de la muerte.

Viola no podía soportarlo. Ver como cada día se deterioraba más y más, como la muerte se cernía sobre ella de forma lenta pero inexorable.

Ellen se moría. Se estaba muriendo, era la dura realidad. Su única amiga estaría muerta en unos meses y Viola no podía hacer nada por evitarlo. No la conocía de hacía mucho tiempo, pero había aprendido a quererla. Una joven como Ellen, que estaba enferma y que había sido rechazada por sus propios padres le inspiraba ternura y compasión. Si aunque fuese por un sólo día podía devolverle la alegría a Ellen, prestándole su propio cuerpo y devolviéndole la movilidad a sus piernas, no se lo pensaría dos veces antes de aceptar.

Porque ella sólo quería ver de nuevo una sonrisa en los labios desvaídos de la bruja.

—Está bien— accedió amablemente, dejando el libro que había estado leyendo sobre la mesita.— Sólo por un día, Ellen. Somos amigas después de todo, ¿cierto?

—Hum— sonrió ella a su vez. Se inclinó lo suficiente como para estrecharla en un frágil abrazo—. Gracias, Viola. Eres una verdadera amiga.

Pero para desgracia de la joven, Ellen jamás cumplió su promesa.

***

Cuando sus cuerpos fueron intercambiados, Viola descubrió con horror que no podía ver. Que, allí dónde antes se encontraban unos ojos sin vida, los de la propia Ellen, ahora había dos huecos hondos y vacíos.

Unas cuencas sin globos oculares. Parecían haber sido arrancados con brutalidad, de raíz. Con una fuerza sobrehumana o a base de puñaladas.

Un horror atroz la hizo gritar cuando en mitad de aquella pesadilla fue consciente que tampoco tenía piernas. Sus huesos acababan allí donde nacían sus muslos, destrozados y hechos jirones, como si hubieran sido cortados por una mano inexperta. Podía sentir sus manos manchadas, húmedas, y aunque no podía ver nada, el resto de sus sentidos percibió un olor pútrido... como de carne muerta.

El cuerpo de la bruja se estaba cayendo a pedazos.

—¿E-Ellen?—musitó, horrorizada. Se llevó las manos al rostro—. ¡No... No puedo ver! ¡No puedo ver nada! Me duele... ¡Me duele, Ellen! ¿Qué está pasando?

Ellen parecía demasiado ocupaba visualizando su nuevo cuerpo como para responder enseguida. El cuerpo de Viola era tan juvenil y lleno de vida. Olía a frambuesas, y era tan dulce y fresco. Ellen tomó sus trenzas entre sus dedos y acarició el cabello dorado como si fuese un tesoro único e irrepetible.

—Hmm~— murmuró, aspirando el sutil aroma—. Tu cuerpo es tan perfecto, Viola. Creo que voy a quedarme con él un poco más.

—¡No!— chilló la pobre víctima, arrastrándose a duras penas—. ¡No, Ellen! ¡Devuélveme mi cuerpo, por favor!

Con una expresión de fastidio, la bruja de inclinó frente a Viola. Allí estaba, hecha jirones, con las mejillas ensangrentadas parecía más un cadáver que otra cosa... pero su expresión era de absoluto pánico. Los ojos verdes de la ahora Ellen mostraron un brillo extraño, casi... divertido. Viola articuló un desesperado: ''Me d-duele...''

Ellen soltó una risita.

—Oh, ¿eso?— preguntó, haciendo un sobre-actuado mohín— Pobrecita... Toma esto, te ayudará a paliar el dolor.

Y le hizo entrega de un frasquito con un extraño color carmín. Olía a azufre. Viola, en mitad de su agonía y desesperada por alivio, se tomó el contenido del frasco con manos temblorosas. Pero no palió su dolor. En realidad, un ardor intenso, lacerante le quemó la garganta, destrozando sus cuerdas vocales y dejándola sin voz. Viola chilló, dolorida y desesperada, hasta que el ardor cesó y de sus labios sólo emergió un gruñido gutural, más parecido al de un animal que al de una niña de trece años.

Ya no podía hablar.

Cumplido su trabajo, Ellen se incorporó.

—No me culpes, odio escuchar mi propia voz gritando de un modo tan patético.

Y allí la dejó. A su única amiga. La única persona que había permanecido con ella después de todo, pasando sus últimos días. La chica que la había querido, que le había leído un sinfín de historias y había jugado con ella. La joven que le había dado toda su vida.

Viola, tirada sobre el cuarto, rodeada de un charco de sangre, estiró su brazo en un intento vano por alcanzarla. Sintió que de sus ojos salían lágrimas desesperadas... eso si tan sólo tuviese ojos. Pero su corazón si lo sintió. Su corazón se partió en pedazos, y el dolor emocional de la traición fue superior al dolor físico.

Ellen...

Me mentiste.

''¿Éramos amigas, cierto?''

La risa de la bruja, siniestra y triunfante, resonó a lo largo del pasillo en penumbras.

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