[Escritura] Un libro que nace de FFL

Publicado por MrJake en el blog En la cabeza de un GM. Vistas: 504

Bueno, sentía la imperiosa necesidad de escribir esto porque de algún modo tengo que comunicarlo aquí. Bien, los que me conozcan sabrán que soy escritor aficionado no solo de fics, sino también de algún que otro librillo principalmente policíaco que escribí sobre todo cuando tenía como ¿entre 14 y 16 años? Y ahora, pues esa afición a escribir, escribir novelas, se ha hecho más y más grandes, cada vez me gusta más y cada vez, creo, mejoro poco a poco. Gran parte de esa mejoría se la debo a FFL.

Hace meses acabé un libro de unas 300 páginas (247 a formato Word, que creo que equivaldrían el hojas de un libro más o menos a esa cantidad de 300), y tras hacerlo, tomé una decisión. El próximo libro que escribiría iba a ser muy distinto a los temas que yo solía escribir, sin perder esa esencia de intriga que siempre añado, claro. Iba a escribir un libro de fantasía épica, sí, al más puro estilo Game Of Thrones. Y es que la idea no era nueva. De hecho, aquí en FFL empecé y nunca acabé una saga, que fue el primer fic de peso que hice aquí, llamada "Nova". Escribí como casi 90 capítulos del fic principal y hubo un intento dos veces infructuosos de hacer una precuela. Bien, tenía la historia de esos fics, de esa saga, muy bien desarrollada, y francamente, estaba muy orgulloso de mis ideas. Y finalmente, opté por hacer lo que ahora estoy haciendo: decidí adaptar la idea, obviamente retirando todo el elemento pokémon, a una novela de fantasía épica. Y eso me encuentro haciendo.

Para ponerles en situación, diré las bases de esa novela, que ya lleva más de 150 páginas en formato word y apuesto a que me llevará muchas más páginas y mucho más tiempo. Concretamente, he empezado por el principio cronológico, luego esta "primera parte" (que ojalá llegue a escribirlas todas) de la saga (re-bautizada como Néos, que vendría a ser el equivalente griego de Nova, que es Nueva en latín) toma sus bases en la precuela de la saga Nova, en ese "Nova Special" o "Nova Begginings". Pese a que el grueso de la trama y los personajes se apoyan en el original, hay infinidad de cosas que cambian, claro. Así pues, os explico:

La historia acontece en un continente único de un mundo ficticio. Solo existe ese continente, ninguno más, pues se cuenta que años atrás sucedió un acontecimiento, "El Choque", que unificó los pedazos de tierra en uno solo. Así pues, contando los años desde ese acontecimiento (con las siglas d.Ch.) la historia comienza en el año 1183 d.Ch.. El continente único recibió el nombre de "Néos", y desde que se conoce en su historia, en este mundo pseudo-medieval, existe un Gobernador que rige, desde el centro del continente, todo el territorio. El Gobernador cuenta con un Consejo de cuatro hombres y mujeres, especialistas en asuntos militares, económicos, etc, que asesoran al Gobernador en sus labores. Asimismo, el Gobernador puede, y de hecho lo hace, delegar sus poderes en cierta medida a otros nobles, uno de cada extremo de Néos, para que gobiernen dentro de sus competencias sus secciones en su lugar. Así, surgen las figuras de los Delegados, uno en el norte, otro en el este, otro en el sur y otro en el oeste.
Pero el trono del Gobernador no es hereditario, y no cesa cuando muere. Una tradición, a la que se le llama "Vuelo del Águila", es la que determina quien gobernará sucediendo al gobernador de esa época. Y el Vuelo del Águila fuerza a los contendientes (solo hombres) a recorrer toda Néos, visitando sus cristales (sobre los que hablaré ahora), luchando a muerte entre ellos en torneos para demostrar su superioridad, superando pruebas de conocimiento y, por último, siendo ratificados por el Consejo y el Gobernador como aptos para suceder el cargo. Este periplo, evidentemente, es muy costoso y dura años, además de que se cobra muchas vidas de los caballeros más débiles.
Decía antes sobre los "Cristales". Los cristales no son más que gemas de colores que moran en determinadas zonas de Néos, y se dice que cada uno de ellos es el garante de la existencia del elemento al que representa, y, si fuese removido o destruido, dicho elemento desaparecería. Hay así un cristal garante del viento, otro de las plantas, del fuego, los rayos, el agua, el hielo y la tierra. Siete en total. No obstante, unos treinta años antes del 1183, época actual, el gobernador de entonces, en una maniobra militar de represión, destrozó el cristal gris, que era el que garantizaba la existencia de aire. Para la sorpresa de los néosianos, seguían respirando, luego, ¿quizá era todo una mentira? La cuestión es que los fragmentos rotos del cristal, una vez vieron la luz del sol, reaccionaban a ésta, y mostraban características propias al elemento que se suponía representaban: el cristal gris flotaba y emitía aire, como si fuese puro viento. Usando así estos fragmentos, se idearon unos artefactos con los que era posible volar siempre que el sol brillase, y así surgieron unos especiales mensajeros, especializados en el manejo de estos vehículos, que surcaban los cielos llevando importantes noticias a personas alejadas entre sí.

La historia empieza, como dije, en el 1183, cuando pocos años lleva el actual Gobernador, Gobder, dirigiendo el mundo. Y se centra en varios personajes, cada vez surgiendo más a lo largo de la historia, pero destacando, más que nada, el joven Aaron Bright, un chico de 17 años que, por azares de la vida, decide ir en contra de su familia y emprende, sin conocimiento ninguno en artes de batalla, el Vuelo del Águila para ser el próximo Gobernador. La historia da saltos, pasando de ver el periplo de Aaron, a ver a Kerim, un chico que quiere algún día ser mensajero aéreo; al propio Gobder y su consejo, afrontando problemas que van surgiendo; a Trisha, la Delegada del Oeste y su caprichosa hija Melly, que es un pequeño demonio incansable que atormenta a su madre hasta que algo terrible le sucede; a los lunitas, un pueblo que goza del don de la "lectura", que les permite leer la mente ajena, mover objetos con la mente, percibir la presencia de otros, entre otras cosas, motivo por el que son temidos y rechazados; y, en fin, muchas tramas argumentales.

El caso es que, si alguno ha leido algo de Nova, notará irremediablemente nombres y hechos familiares allá arriba. Pero no es solo eso. Si quería escribir esta entrada, era especialmente porque quería hacer hincapié en la importancia de este foro para hacerme mejorar como escritor y para hacer surgir esta idea en mí, y, por ello, incluyo múltiples referencias a personas de acá que me importan o me han ayudado, y planeo incorporar aún más, así que no se enfaden los que aún no mencione, simplemente, su turno de aparecer no llegó xD

-Primero, decir que la ciudad donde vive Aaron originalmente se llama "Galea", en clara referencia a la región de Galeia, de mi rol de pokémon.
-Luego, varios personajes llevan nombres (que no siempre personalidades o aspecto) basados en gente de acá. Por ejemplo, Jenna es una chica de 12 años que huye de su casa y de su abuela, que siempre la maltrata, y acaba involucrada en una serie de malentendidos que la hacen, sin darse cuenta, convertirse en una especie de "ladrona" perseguida por las autoridades.
-Ian Riley es un anciano y sabio hombre que fue capitán del ejército del Gobernador que rigió Néos tres legislaturas atrás, hace más de años hombres; ese Gobernador era terrible, y fue Ian quien dirigió su derrocamiento y logró nombrar al siguiente, sirviéndole como su Consejero desde entonces.
-Steffanie Grome es la pequeña hija del Delegado actual del Sur, y, pese a que no tendrá mucha importancia en este libro, cuando crezca (si es que llego a escribir más libros de esta saga, cosa que me gustaría), sí que será importante. Y, por cierto, será conocida cuando sea mayor con otro nombre, en realidad una especie de "abreviatura" del suyo: Effy. ¿A que ahora entienden más la referencia?
-Hubert Barruso es uno de los personajes de los que más orgulloso me siento ahora mismo xD Porque es que simplemente, es un enfermo, un loco sádico, hijo de un Juez que siempre cubre sus crímenes. Está extrañamente obsesionado con los ojos, de modo que asesina gente para extraérselos y guardarlos como tesoros en líquidos que los mantienen frescos. Es bipolar, imprevisible, a veces simpático, otras un basilisco, y carece de empatía. Que el aludido del foro no se enfade conmigo xD, simplemente necesitaba, por razones varias, un nombre para él que empezase con H; y vi el momento idóneo de hacerle una referencia a Hubert xD

Y, por ahora, esas son las referencias más notables que hice al foro. Claro que ya digo, habrá más, pero sentía la necesidad de contarles todo esto.

Dicho todo lo cual, me despido dejándoles un pequeño fragmento de mi querido Hubert, en ese momento liderado una investigación de un robo, pues es fiscal y actuaba entonces como jefe de la guardia. Vean ustedes mismos su locura xD:



—¿Usted es el Tigre Púrpura?

Ese sucio dedo que le apuntaba, esa uña carcomida por la mugre… sentía ganas de arrancárselo de un mordisco y escupírselo junto con toda la mierda que en él había acumulada en su estúpida cara de pobre mercader. En todo caso, reprimió sus instintos, y lo hizo por un solo motivo: porque le había reconocido. Natural, claro, pues no todos los días podía uno encontrar al portador de los más hermosos ojos del continente.

—Lo soy, y usted es, ¡no, no me lo diga, le conozco! Ah, sí: una víctima cuya identidad es tan irrelevante como tu mísera existencia —la sonrisa y la calma con la que pronunciaba aquellas duras palabras harían pensar a cualquiera, de no ser por su contenido, que estaba elogiando al mercader—. Y una tan estúpida como para denunciar un robo solo por un par de manzanas. ¡Manzanas! —la palabra “manzanas” parecía haber calado en la mente del fiscal, de manera que pronunciarla le irritaba, teniendo que repetirla con desprecio para lograr expresar su ira injustificada e ilógica.

—N-No, señor, verá, yo…

Agarró su estoque, que siempre llevaba encima, colgando en ese cinturón del más exquisito cuero negro que rodeaba su definida cintura, y apuntó a su barbilla, obligándole a alzar su cabeza y a interrumpir sus palabras.

—A ver, tengo cara de… uhm, espera, primero debo hacer algo —chasqueó los dedos de la otra mano, incitando a los guardas a mirarle y atender a su pretensión subsiguiente—. ¡Vamos, imbéciles! Quiero que busquéis en ese puto puesto, algo esconde este tipo —se aclaró la garganta, y, contemplando de reojo cómo sus “siervos” obedecían su orden, volvió a centrar los irises morados en la víctima—. ¿Por dónde iba? Ah, sí. ¿Tengo cara de que vaya a creer excusas inútiles, o de que me apetezca escuchar titubeos que busquen ganar tiempo? Mis chicos están buscando lo que sea que ocultas, aunque quizá no lo encontremos, ¿no? Porque te han robado algo más, no solo unas manzanas. ¡Las jodidas manzanas caen de los árboles, literalmente, ¿quién en su sano juicio querría denunciar con tanto ahínco un robo tan absurdo?!

El otro seguía sin responder, atemorizado por la mirada agresiva del Tigre. Eso le irritó, y retiró su estoque, haciendo amago de agarrar la mano del vendedor, cuyo primer acto reflejo fue el de rechazar el contacto. Ante la presencia imponente del joven fiscal, no tuvo más remedio que acabar tendiendo su mano. Con delicadeza, miró asqueado sus uñas.

—Mira, qué asco. Estos dedos son horribles —de pronto, agarró su muñeca con fuerza, impidiéndole mover su brazo—. Vamos a hacer algo, pues. Te haré una pregunta, y, si tu respuesta no me convence, limpiaré una de tus uñas para siempre, ¡quedarán impecables! Y, si no confiesas qué es lo que ocultas antes de que mis chicos lo encuentren, limpiaré tu mano al completo. ¿Hay trato? No, espera, no es como si me importase tu opinión —rio de una forma ciertamente siniestra, sin dejar de mirarle en todo momento—. ¡Primera pregunta, la repetiré otra vez! ¿Qué es lo que de verdad te preocupa, lo que robaron además de esas manzanas, absurdas manzanas sin relevancia ni valor?

—Y-yo… solo me robaron las manzanas, lo juro.

—No, no. Respuesta errónea —el estoque se clavó con delicadeza, mostrando en su manejo una habilidad excepcional, bajo la uña de su dedo índice, y, con un suave movimiento de muñeca, el arma blanca realizó un ascendente movimiento brusco, arrancando la mugrosa uña de su base. Un grito de dolor acompañado de lágrimas de impotencia retumbó en el lugar—. Quizá no me has entendido bien. Lo siento, ha sido culpa mía. Reformularé la pregunta: ¿guardabas en tu puesto algo de valor mucho mayor que esas simples manzanas, estúpidas manzanas?

(...)

—Había un doble fondo en la caja de las manzanas, señor, y hay algunas joyas. Parece que faltan varias, señor. El ladrón debió robarlas.

—Ya veo, ya veo. Un traficante, y un ladrón que roba joyas robadas. Curiosas paradojas. Bien, señor…

—Ark… —no pudo terminar de pronunciar su apellido, pues le interrumpió, pese a que cualquiera en su sano juicio hubiese interpretado por sus palabras que pretendía conocerlo.

—Sí, lo que sea, no me importa demasiado, su nombre es indiferente —incluso los guardias al servicio del Tigre le veían incrédulo cuando se comportaba de esa forma tan incoherente, pero al tiempo intimidatoria y espeluznante—. Sepa que va a ser juzgado por robo y tráfico ilegal de joyas, y que me encargaré de que se la aplique la más severa sentencia por ello; independientemente de esto, ¿podría, si es tan amable, darme los detalles del ladrón?

Un escalofrío recorrió su cuerpo ante la amenaza de una inminente condena, pero al menos le consolaba el hecho de que su mano seguiría adherida a su cuerpo.

—¡Era un maldito mago, estoy seguro! Se perdió rápidamente entre la gente, y cuando le pillé en la comisión del delito, me empujó como por arte de magia y no pude fijarme bien en su aspecto, pues salí despedido por los aires sin que llegase si quiera a tocarme. Cuando le pude ver corriendo a lo lejos, al abandonar la multitud entre la que se camuflaba en su huida, vi que llevaba una capa blanca muy larga en su espalda, ¡alguna especie de traje especial de ladrón, estoy seguro! Y mire, ¡antes de que desapareciese, dejó caer esto: plumas de paloma! Estoy seguro de que son una especie de símbolo que el ladrón deja en las escenas de sus crímenes, ¿no cree usted?

Lo meditó seriamente. Plumas de paloma, una capa blanca, un robo de joyas que estaban ocultas a la vista de la gente, un empujón mágico… estaba claro que el ladrón era profesional, y probablemente ese inútil mercader habría acertado al apuntar que tenía afán en dejar algún símbolo de que había sido él el perpetrador del crimen. Porque, ¿cuán mínima era la posibilidad de que todos esos hechos se hubiesen producido por meras casualidades? Parecía casi inviable.

—Bien, gracias por su colaboración. Deténganlo, chicos, debe ser juzgado por su crimen —y, mientras los guardias lo apresaban, comenzó a andar, abandonando la zona; pero, al momento, retrocedió en sus pasos, sin siquiera girarse, caminando así de espaldas—. ¡Oh, casi lo olvido! —giró bruscamente sobre uno de sus pies, aún agarrando el estoque—. Creo que dije “antes de que mis chicos lo encuentren”, si la memoria no me falla. Debías confesar qué era lo que ocultabas antes, y no al mismo tiempo en que los guardias aquí presentes encontraban las joyas. Así que, ¡muéstrame tu mano!

—¡No, no, por favor!

Forzándole a extender sus manos, los guardias lo inmovilizaban mientras pataleaba, y el estoque del Tigre bailaba sobre las muñecas del mercader, bastando así un simple tajo del arma delgada pero contundente para arrancarla de cuajo.

—Bueno, tranquilo. Te perdonaré —dijo sonriendo cálidamente, en un gesto humano y solidario. El mercader iluminó su rostro y cesó en seguida en su incesante agitación.

—¿En serio?

Rio durante algunos segundos, y, aún entre risas, dijo:

—Por supuesto que no va en serio —y el tajo voló, cayendo al suelo la mano, impregnando la sangre el filo del estoque y el grito de dolor llenando los oídos de todos los presentes.



¿Es o no es encantador? (?)
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