Escape perfecto (Nivel: mis perros)
Publicado por Fernandha en el blog #TodosConBugsBunny | • Ay-Ay •|. Vistas: 215
Resulta que en la tarde andaba hablando con Evans sobre mi asistencia a un doctor por el problema de mi garganta, la cual se encontraba inflamada y no me permitía hablar con normalidad; debido a esto acudí con mi madre a la consulta para recibir mi inyección correspondiente (donde aclaro mi temor —o ansiedad— a objetos de punta filosa)... todo normal y bien hasta ahí.
Me llegó un mensaje de mi chico, respondiendo al pseudo audio que le mandé con mi voz ronca, pero no tuve ni tiempo de leerlo cuando mi padre me marca y antes de siquiera poder saludar me dice: Los perros se fueron.
Dado que tengo una mala experiencia de un perrito que jamás volvió (hace más o menos cinco años y el único que desapareció por completo) me espanté, ya que esos animalitos del demonio tienen un lugar muy grande en mi corazón debido a una sola razón: son como mis hijos. En sentimiento al menos.
Nos despedimos del doctor y aún con mi retaguardia doliendo un poco por la inyección, tuve que andar al rededor de toda mi calle seguida de las cercanas en su búsqueda; entonces una hora y media después me encontré a mi ex cargando al Boston Terrier. Donde él me dijo: lo encontré hace veinte minutos y pensé que era tuyo pero como no tenía el collar dudé, estaba escondido entre los costales de tierra de mi vecina, lo llamé y respondió al nombre viniendo; recién ahora iba para tu casa.
Y lo juro: jamás me había sentido tan agradecida con él como hoy.
Mas aún faltaba mi Pastor Alemán.
Así que él, mis padres, mi hermana junto con su esposo y yo seguimos buscando durante unas horas más para finalmente encontrarla dormida en un parque. Agradecí a mi ex por su ayuda y volvimos a nuestra casa, donde mi padre confesó haber estado lavando el carro y haberlos soltado sin ponerle llave a la puerta del exterior... y es que, graciosamente, el pastor había logrado descifrar cómo abrirla.
El caso es que la abrió y escapó con su cómplice enano sin hacer el menor ruido. Todo bien sigiloso.
Me dio por escribirlo: porque puedo y porque tenía que (?) Recién ahora vuelvo después de pasarme buscándolos durante casi seis horas.
¿La lección? Jamás olvidarnos de ponerle llave a la maldita puerta.
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