Sí, tuve mi primera cita con una psicóloga, y cuando lo digo así, lo digo en serio, nunca había ido a un psicólogo, ¿y cómo fue? Me desbordé en llanto desde que llegué.
Lo que más me llamó la atención es que la psicóloga me dio un diagnóstico diferencial -según, según- de un trastorno el cual la verdad no recuerdo.
Estoy un poco mejor desde que tomo estabilizadores de ánimo, aunque llevo más de una semana sin tomarlos porque olvidé comprarlos debido a -oh, sorpresa- otra mudanza.
¿Que si ya no me quiero matar? No, sí quiero. De vez en cuando tengo ganas de volver a autolesionarme, pero el bienestar de mi familia me preocupa más.
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