El amor, hamburguesas y mostaza
Publicado por Ruki V en el blog Espíritu encaminándose. Vistas: 93
Hace tiempo, tuve un sueño donde trataba de explicar mis sentimientos románticos por alguien comparándolos con una hamburguesa.
Bien, digamos que una noche realmente quiero comprarme una hamburguesa para cenar de un nuevo local de hamburguesas. Probaré algo nuevo bajo la asunción de que casi cualquier hamburguesa será una buena hamburguesa.
Si me preguntaran qué tipo de hamburguesa quiero, diría que quiero carne, jamón, queso, lechuga, tocino, aros de cebolla, mayonesa y barbecue. Claro, es algo específico, pero estoy describiendo mi hamburguesa ideal. Todo mundo es libre de imaginar sus ingredientes y condimentos favoritos que querrían tener en su hamburguesa ideal.
Sin embargo, ya que el local de hamburguesas es nuevo, lo único que tienen disponible es una hamburguesa que contiene carne, jamón, queso, lechuga, aguacate, mayonesa y mostaza. Que la base de la hamburguesa sea carne ya cumple con el requisito básico para ser mi hamburguesa ideal; y el jamón, el queso, la lechuga y la mayonesa también están ahí, los cuales son más de la mitad de los ingredientes que estaba esperando. El aguacate es una sorpresa, ya que no es uno de mis ingredientes favoritos, pero tampoco me desagrada y puedo agarrarle el gusto. La mostaza en cambio, no me gusta.
El asunto con la mostaza es que está embarrada en el pan, haciendo básicamente imposible el tratar de quitarla de la hamburguesa. Trataría de rasparla, pero para hacerlo por completo estaría destruyendo el pan. Y ¿qué hago al respecto? Le doy una mordida a la hamburguesa tal como está y me encanta; no solamente porque tengo hambre, sino porque no tiene que ser lo que yo podría considerar “perfecta” para ser sabrosa y satisfactoria. Claro, igual no me gusta la mostaza, pero me gusta todo lo demás.
Soy inicialmente escéptica respecto al aguacate, pero no es lo mismo que la mostaza: es un ingrediente que puede que no lo haya pedido, pero no me molesta que esté ahí. Está añadiéndole al sabor total de la hamburguesa. Y ese sabor total es también lo que me ayuda a ver más allá de la mostaza: es un condimento algo amargo que está ahí y con el que tengo que lidiar, pero no voy a rechazar la deliciosa y llenadora hamburguesa que me regalaron solo por ese condimento. La hamburguesa igual hace un trabajo fantástico deleitándome y acabando con mi hambre. ¿Aún así desearía que tuviera el tocino, los aros de cebolla y el barbecue que imaginé para que sea mi hamburguesa ideal? Tal vez, pero querer cierto ingrediente o condimento no es lo mismo que necesitarlo.
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