[Diabolik Lovers x Lectora] #4 Ruki Mukami

Publicado por KateMukami en el blog El blog de KateMukami. Vistas: 337

(T/N) Tu nombre
(c/p) Color de pelo
(c/o) Color de ojos

***


"Qué patético." Se dijo a sí mismo, pasando el dorso de sus manos por sus mejillas. "En el fondo sigo siendo un humano."

Soltó un suspiro bastante quebrado y entrecortado, manteniendo en todo momento la cabeza baja. Frente a él, muy cerca, había un espejo, y no quería ver su reflejo en un momento en el que lucía tan lamentable.

"Aun así, no pienso olvidar esto." Susurró una vez más, en su mente.

***

El primer recuerdo que tuvo de ella, de esa chica de (largos/cortos) cabellos (c/p) y ojos (c/o) que nunca abría, pues entendía que no estaban perfectamente centrados y no valía la pena mostrarlos si no vería nada con ellos.

Él, quién tan malo, arrogante y egoísta era, tenía compasión por tal clase de persona inferior a él, e incluso lamentablemente recalcaba en su cabeza lo hermosos que eran sus ojos anque no fueran como los de los demás. Ni siquiera él entendía por qué tenía que haber fijado su mirada en una figura tan deplorable.

La pequeña ciega, que llevaba una carpeta entre sus manos y acababa de pasar la entrada de su colegio para irse, fue empujada por una niña que pasó corriendo por su lado en la dirección contraria. El impacto le hizo caer al suelo y soltar el palo que usaba como guía a la hora de caminar. Se escuchó el desperdigamiento de los papeles que había dentro de la carpeta y un quejido salir de su boca al tocar el suelo bruscamente.

La chica que había provocado aquella caída ni siquiera se molestó en disculparse y ayudarla a modo de compensación. Ni siquiera tuvo lástima. No, ni siquiera dejó de correr en ningún momento. Ni tan siquiera giró la cabeza para mirar el efecto que había causado con aquel empujón hombro a hombro.

La gente la miraba con lástima, pero ninguna se acercaba. ¿Qué clase de mundo era este? ¿Nadie tenía agallas de acercarse y ayudar a una pobre ciega? Bueno, él tampoco era la mejor persona del mundo. Él no solía ayudar a nadie. ¡A nadie!

... Pero algo en su interior le movió hacia donde la chica seguía tirada en suelo, palpando con sus manos en busca de recuperar su carpeta, el contenido de ésta, y su bastón blanco.

Lo primero que hizo él, mientras ella seguía tomando un que otro papel lentamente y sin decirle nada ya que ni notaba la presencia de alguien ayudándola a recoger, fue juntar todos los papeles, y antes de juntarlos con aquellos que estaban en las pequeñas manos de la chiquilla, tomó el bastón blanco y se lo dio todo. Aquellos papeles no tenían letras, pero sobresalían pequeños bultitos. Esa debía ser el método de lectura de los ciegos. Aquello de lo que tanto había oído hablar. Pasaban los dedos por aquellos puntitos y con ello formaban una letra en su cabeza. Luego, unían todas las letras y formaban frases. Eso es lo que él entendía.

La chica parecía sorprendida, incluso abrió los ojos. Pero en seguida los cerró y dio una pequeña sonrisa.

--"Gracias." --Dijo ella con su tierna voz. Tan adorable, y a la vez vulnerable.

Él frunció el ceño y se mordió el labio.

--"Ten más cuidado." --Le dijo fríamente, y cuando la chica, de nuevo asombrada, creyó que la dejaría de nuevo sola entre la multitud. Pero él tomó su mano izquierda con la derecha propia.

Ésta misma mano derecha, emitió un pequeño tintineo... un cascabel.

El chico siempre llevaba en su muñeca derecha un brazalete del que colgaba un cascabel, y éste mismo sonaba cada vez que movía aquella mano.

La chica escuchó con curiosidad el ruido de aquel cascabel, moviendo un poco la mano del chico entrelazada a la suya propia.

--"¿Qué es ese sonido?" --Preguntó, ladeando la cabeza.

--"Un cascabel." --Respondió él. La chica, aunque no sabía muy bien lo que era aquello y nunca lo había escuchado, sonrió.

--"¡(T/N)! ¡Lo siento por llegar tarde!" --Exclamó una mujer adulta mientras se acercaba a ella. Miró al chico que estaba con ella y le sonrió.-- "Adiós." --Se despidió también de él, imaginando que quizás sería uno de los amigos de su hija.

Él asintió. Ni siquiera iba a aquella escuela. Él iba a una escuela privada, como era esperarse de alguien de buena familia como él. Observando como la que parecía ser su madre ayudaba a la tal (T/N) subirse al coche y luego arrancó para irse, dio la espalda a aquella dirección y se fue.

Durante los próximos días, Ruki se pasaría 'por coincidencia' por la entrada de aquel colegio público a la hora de siempre. La hora a la que los alumnos de aquel centro escolar salían. Aún si ella no le veía, siempre hacía el mismo gesto. Alzaba un poco su mano derecha, y la agitaba, dejando aquel tintineo que a la (c/p) comenzaba a hacérsele familiar.

--"¡Hola!" --Exclamó ella, reconociendo al chico que le había estado visitando todos los mismos. Él respondió de igual manera.

--"Oye, nunca me dijiste tu nombre." --Añadió la pequeña (T/N), sonriendo. No lo decía con mala intención, pero sí que le daba curiosidad saberlo.

--"... Ruki." --Dijo él. Ella soltó una risita.

--"¡Es un nombre hermoso! Yo me llamo (T/A) (T/N). Puedes llamarme (T/N), Ruki-kun." --Dijo la inocente chica. Él asintió, aunque ella no lo pudiera verlo.

Una vez más y como todos los días, la madre de (T/N) venía a buscarla en su coche, pero esta vez, en vez de simplemente ayudarla a entrar, arrancar el coche e irse, la ayudó a entrar pero se paró a hablar un momento con los padres de otra alumna del colegio que parecía conocer.

Por alguna razón, (T/N) sabía que Ruki seguía ahí, así que sonriendo, apoyó la palma de las manos y la cara en la ventana derecha de los asientos traseros, donde ella estaba sentada. Y él, también pegó ligeramente su rostro a la ventana, haciéndolo ver como si casi se hubieran besado, tan solo con el fino cristal de distancia.

Incluso si ella jamás sabría que se besaron indirectamente, él deseó repetir el momento una y otra vez, egoísta como siempre.

Ella no lo recordaría, pero él no lo olvidaría.

***

Pasaron muchos años. ¡Muchos! Tantos, que casi no podían contarlos con los dedos. Después de tanto tiempo sin encontrarse, un agradable tintineo resonó en los oídos de la chica, sacándole una sonrisa llena de esperanzas.

--"... ¿Ruki-kun?" --Llamó, sin perder la sonrisa. Él nuevamente, asintió. Aquella mala costumbre que ella jamás podría notar...

No recibió respuesta, pero él entrelazó su mano con la de la chica, haciendo sonar aquel cascabel de nuevo. Ella rió.

--"¡Tanto tiempo sin hablar contigo! ¿Qué te ocurrió? Dejaste de venir aquí." --Él rió entredientes. La chica jamás se imaginaría lo que le había pasado, así que no se lo contaría.

--"Me mudé." --Puso, como excusa.

Estaban en la entrada de la que parecía ser su universidad. ¿Cómo había descubierto que ella estudiaba allí? Eso no importaba, simplemente lo hizo.

Justo al soltar su mano y retroceder un par de pasos para darle su espacio a la muchacha, una chica salió corriendo, riendo con sus amigas y chocó con ella, dejándola suspensa en el aire y a décimas de segundo para caer al suelo.

Extendió su mano derecha hacia ella en un intento de sostenerla, dejando sonar el tintineo de su cascabel, pero esta vez no estuvo en sus manos ayudarla. Esta vez, y por primera vez, otro chico la tomó de los hombros por la espalda y la sostuvo con delicadeza y extrema ternura. Ruki abrió los ojos como platos mientras miraba la escena, estupefacto.

--"¿Estás bien, (T/N)?" --Preguntó. ¿Quién era aquel chico que nunca había visto y que tanta confianza tenía con la chica que quiso proclamar como suya?

--"S-Sí... Gracias, Arata." --Arata. Ese debía ser su nombre.

Él besó su mejilla, lo cual causó una sonrisa en el rostro de la chica.

... ¿Por qué?

... Creyó... que él era el único...

¿Porqué llegó a pensar tal estupidez? Nunca tuvo evidencias de que él fuera el único en la vida de aquella chica.

... Se había ilusionado él solo.

***

No debía estar llorando apoyado en el pasillo de un restaurante, cualquiera podría verlo. Pero no lo pudo evitar. Lo primero es que ni siquiera debió aceptar la invitación de (T/N) de ir con ella y Arata a cenar, como amigos.

¿Cómo que como amigos? Ese chico no dejaba de coquetear con ella...

Puso como excusa que iría al baño, pero cuando volvió, lo escuchó...

La declaración que ambos compartieron. Y el silencio que les siguió, debió de ser un beso de unión. De que ahora ambos empezarían una relación. Y Ruki quedaría atrás.

... ¿Pero es que él qué pintaba ahí? Haciendo amistas con simples humanos, y habiéndose enamorado perdidamente de una humana. Además fingiendo felicidad, fingiendo ver el cielo de un tono que no fuera gris, oscurecido por su propia tristeza.

Sin dejar que le descubrieran y supieran que les había escuchado, retrocedió y se quedó apoyado en la pared del pasillo del restaurante. En esa situación se encontraba.

Pero en cierto momento, (T/N) se acercó. Él se llevó la mano derecha a la boca para cubrir un suspiro cortado que demostraría que estaba ahí, llorando.

Pero fue un error. Incluso si él mismo no quiso hace ruido... El cascabel sonó, y ella se giró en aquella dirección.

--"... ¿Ruki-kun?" --Le llamó. Escuchar su nombre salido de esos labios le hizo soltar un sollozo. Y luego se maldijo a sí mismo por dejar que le oyera.-- "¿Estás llorando? ¿Qué te pasa?" --Preguntó, preocupada.

Frunciendo el ceño, tomó a la chica de la muñeca con su mano derecha y tiró de ella, aferrándola a él. Una vez la tuvo pegada a su cuerpo, envolvió su cintura con el brazo libre. Sin decir nada y sin tampoco dejarle hablar a ella para preguntar qué hacía, la besó.

Ella no correspondió. Por lo que el beso quedó algo roto. Eso le dolió a Ruki.

... Incluso al cielo gris le dolió, que estaba tan triste como él. Parecía como si el cielo fuera a llorar.

Aun así, aunque deseara que el beso fuera correspondido, se conformaba con aquello. Y aunque ella no respondiera, desearía repetir aquella escena una y otra vez, y que sus labios se encontraran una, y otra vez más...

A partir de ahora, tras realizar que los tiempos de ahora jamás serían los mismos que los de aquella hermosa infancia... Decidió era mejor empezar como si todo fuera algo nuevo y superar lo que ocurrió.

--"... Nunca te dije mi nombre completo." --La chica le miró con los ojos bien abiertos. Y él sonrió forzosamente.-- "Ruki Mukami. Me llamo Ruki Mukami." --Para sellar la decisión de empezar de 0 como en su segundo nacimiento cuando Karlheinz le hizo vampiro... también empezaría a usar su nuevo apellido con ella.

Ella simplemente sonrió. Aquella sonrisa que no olvidaría y que le dio fuerzas.

Superaría aquello, superaría el efecto que sus sonrisas tenían en él.

... Pero no lo olvidaría jamás. No recordar algo... No significa haberlo olvidado. Nada se olvida. Todo queda en tu memoria, por inalcanzable y lejano que sea aquel recuerdo que no puedas recordar.

Quisieran o no...

Aquello quedará quemado en sus memorias.


***

El tiempo pasó, y ellos dos jamás volvieron a verse.

Un día, Ruki salió de noche a pasear por la ciudad. Aquella familiar ciudad. Y vio una pareja. La chica tenía el cabello (largo/corto) y (c/p). Ella sonreía al lado de un hombre que también se le hacía familiar. En la mano en la que ella solía sostener un bastón blanco para ser guiada pero ya que no usaba ya que tenía a alguien que le indicara el camino, había un anillo de plata.

... Una alianza.

Ruki sonrió y pasó por al lado de ellos, comenzando a alejarse caminando en la dirección contraria.

Así estarían bien.

Si no fuera por que el tintineo de un cascabel pasando por su lado y alejándose en dirección contraria, reabrió una cicatriz en el corazón de aquella mujer, al menos por los segundos en los que lo escuchó.

... Por un segundo, la mano derecha de aquella chica, entrelazada a la que de aquel otro chico, pareció temblar.
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