DESTINOS (La Revelación)

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DESTINOS (LA REVELACIÓN)

Quería llorar, sentía mis lágrimas casi al borde, no lo quería asimilar pero Dylan, ya no estaba más conmigo. Me encuentraba en un campo de batalla. Di unos pasos, pasos que fueron como bocados de aire que se iban desvaneciendo. Voltee hacia mi derecha para ver bien lo que estaba pasando, y ahí estaba ella.

-¡Mamá! –le grité lo más fuerte que pude- corre, no mires atrás.

Ahora mis pasos se dirigen hacia ella, mi cuerpo me duele como si me enterraran agujas con cada movimiento que daba.

Pero aun así no lo puedia creer, la pequeña aldea donde vivo está siendo atacada. Una explosión no muy lejos de mí, pero con gran potencia, me manda contra unos escombros donde antes era la casa de Dylan. Una varilla que estaba suelta me penetró en la pierna izquierda, comencé a sentir un calor, bajé la mirada para ver mejor la herida, me llené de horror al ver esa varilla dentro de mi pierna. Comenzó a salir sangre, mi respiración comenzó agitarse.

-Nala!, hija ¿estás bien? – esa voz era mi madre. Alzo la mirada y volteo hacia mi izquierda y ahí estaba ella de pie, con heridas en su cuerpo, mirándome, el polvo que salía de las explosiones cercanas iban bloqueando mi vista. Me percato que ella se va acercando con dificultad entre los escombros hasta a mí, pero lo veo imposible ya que los restos de las algunas casas le impiden el paso.

-no vengas, vete lo más lejos que puedas…!- ya no podía más, el dolor de la pierna se iba haciendo cada vez más fuerte.

Un ruido delante de mí llamó mi atención, regresé la mirada hacia enfrente y veía una criatura con forma humana pero no en su totalidad; tenía un par de alas, de color gris oscuro, su pelo tenía un tinte entre rojo y rosa, que estaba sujetado en dos colas. Era largo le llegaba hasta la rodilla, unos ojos de color verde y a la vez iban cambiando a un color azul claro, pero la mayoría era de color verde como los míos. No sabía porque cambiaban, pero había algo en ella que se me hacía familiar como si la hubiera visto en otro lugar.Su piel palida era cubierta por unos trapos viejos. Podía notar que tenía rasgos de una mujer adulta. Ella me mira con esos ojos que cambian de color, en los cuales se podía reflejar tristeza o eso es lo que creo.

-todo se acabó, ella me matará- murmuro.

Se va acercando lentamente, comencé a ver borroso, iba perdiendo el conocimiento poco a poco, ya no podía más...

Salto de página

un mes antes


Me despierto en medio de la oscuridad de mi habitación, otra vez es mi madre gritando: no se la lleven. Jamas podré entederpor que se levanta gritando, llorando, su voz refleja una desesperanza como si nada tuviera solución. Hubo un tiempo en que dejó de hacerlo y eso era un alivió para mí, por que no la veía llorar desconsolada. Pero cuándo emenzó otra vez hace dos semanas, ese alivió que tenía se me ve había desvanecido. Me levanto quitando las cobijas de mi cuerpo y quedando sentada en la orilla de la cama. La primera vez que le pregunté solo me contesto; largate de mi cuarto, desde ahí ya no volví a preguntarle.Me pongo los zapatos, me levanto y me dirijo hacia la puerta. Altocarla busco la manija,le doy vuelta y salgo de la habitación. Me encuentro con el pasillo que está más oscuro. Mi casa es chica así que no hay mucha dificultad para llegar hasta habitación de mi madre. Doblo hacia la derecha y camino unos cuantos pasos hasta quedar frente a su puerta. La abro y busco el interruptor, la habitación queda iluminada,miró a mi madre que está sentada en la cama, veíahacía la ventana con los ojos llorosos y apretando con fuerza las sábanas de color beige que mi padre le había regalado el día de su boda.

-¿estás bien?- le pregunto con una voz débil

-no!, no lo estoy solo quiero estar sola- responde sin mirarme

- bien, como quieras. Iré con Dylan a las afueras de la aldea, regresaré pronto.

Noresponde,sólo está ahí inmóvil viendo hacia la ventana, en la cual se veían los primeros indicios del amanecer. Sin pensarlo salgo de la habitación, apagando la luz. Regreso al pasillo y veo que está un poco más iluminado, eso significa que son entre las seis o siete de la mañana. Camino de regreso a mi habitación, entró, pero solo para cambiarme y ponerme unas mayas negras, con una blusa verde militar con gorro, de manga larga que me llega a la mitad de la pierna y unos zapatos no muy viejos de color negro.

Salgo de la habitación y ahora camino hacia la izquierda donde hay un pasillo el cual me conduce a la sala. Cuando llegó, respiro un aroma de nostalgia pues sólo un vacío la adorna. Esta sala se quedó sola cuando mi padre murió; recuerdo que estábamos en una habitación que tenía la paredes blancas, el techo y el piso eran de color gris claro. En una de las paredes había una gran pantalla donde estaba la foto de una niña de unos 12 años. El color de su cabello era muy extraño, como una combinación entre rojo y rosa, sus ojos eran de color azul claro. Abajo de la foto habia una letras que decían: experimentó fallido. Luego vi a un hombre con una bata blancaque apuntaba con una pistola directamente a la cabeza de mi padre. Cerré los ojos para ya no ver más a ese hombre, solo oía la voz de mi padre suplicándole algo aquél hombre que tenía muy poco pelo de color castaño, vestía un traje negro y enzima traía puesta la bata blanca, como de un medico o un cientifico. Un fuerte ruido a pago la voz de mi padre. Todo se quedó en silencio, cuando abrí mis ojos vi el cuerpo sin vida en el suelo, la sangre iba formando un charco que iba extendiéndose . Eso es todo lo que recuerdo, esto pasó hace diez años.

Agito un poco la cabeza para sacar el recuerdo de mi mente. Tomo del sofá que esta junto a mí, una pequeña bolsita tejida a mano de color marrón que tiene como adorno una cruz de color plata, me la cuelgo. Me dirijo hacia la puerta que se en encuentra a un lado de una ventana rota, camino unos pasos hacia ella, me detengo, antes de salir me veo en el pequeño espejo que está pegado a la puerta, aun no podía asimilar lo que le había pasado a mi cabello.
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