Desahogo.

Ya nada es como ayer.
De estar en un ambiente tranquilo, en un instante donde al fin la rutina de vivir iniciaba, mi dentista favorito empezó a recaer.
Esa figura paternal que siempre creaba cada berrinche para empezar a hacerme cosquillas, que fingía bailar frente al espejo... Que várias veces me trajo sustos pero también me dio los mejores gustos.
Lo que parecía solo ser un dolor de cadera, terminó con un pulso de mierda y apuntó de acabar su largo recorrer...
De ser la princesa y luz de su camino, me terminó por eliminar de su vida en un instante de desvarío e incapacidad de llanto.
Cuando la muerte quiso tomar rápidamente, mis hermanos mayores lo devolvieron a la vida cuando ya no quería más seguir. Revivió pero sólo para llevarse la fuerza de muchos y demostrarme una última cosa en esta vida.

"No importa cuán pequeña e inexperta sea en esta vida. Aprendo é improviso sobre la marcha, ayudo emocionalmente a los que más necesitan; tal vez sea una llorona tremenda por idioteces pero cuando mas necesitan estabilidad emocional, un pilar... Seré quien permanezca imperturbable, dando paz y fuerza para seguir adelante sin romperme. Se enfrentar sin remordimientos porque desde que reviví doy todo y no pierdo tiempo en lamentar como mi sangre dicta que algún día padecer. Tengo amor, pero las lágrimas se niegan en salir, esperando a despedir esa luz que por tanto tiempo guié para vivir un poco más."

Aun no es tiempo para llorar, mi mente y corazón aún creen con tanta pasión la última palabra de Dios. En cuanto se decida de una vez su palabra, será allí cuando me permita liberar los muros de aquel pozo de lágrimas. Por mis niños, por quienes no pueden mantenerse en pie sin derrumbarse, seré su luz y tranquilidad hasta que puedan seguir por sus pies para yo poder descansar. ​