De repente, una esperanza. (La vida es bella. Manera de Azorín.)

Publicado por Gato en el blog ArtSouls. Vistas: 265

El niño sale de su escondite, mira a un lado y seguidamente a otro. En el suelo, cuerpos de judíos asesinados y desnutridos. En las calles un silencio sepulcral. Casas vacías. Cielos sin aves. El niño se para, observa un cadáver y vuelve a andar. Repite este proceso varias veces. De repente, ruido. De repente, una voz. De repente, una esperanza. Un hombre sale corriendo hacia él, con los brazos extendidos, al grito de: "Giosué". El niño le reconoce enseguida. Es su padre. Guido le abraza y, pensando en su mujer, echa una mirada al pasado recordando su vida tranquila en Italia de camarero.

Un tanque se para enfrente suya, y de él sale un soldado estadounidense que se los lleva de ahí. Por el camino encuentran miles de prisioneros libres que se dirigen a sus casas. Entre ellos una mujer. Dora. Su mujer. Al verlos se lanza a sus brazos. Guido tenía razón; habían ganado.
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