Días de lluvia y una estatura poco favorable: Recuerdo 2

Publicado por Luix en el blog ¡Bienvenidos!. Vistas: 171

Lo mas lindo de ir a la secundaria es cuando se organizan viajes escolares. Tomar un transporte e ir incluso muy tranquilos, dibujando sonrisas con tus compañeros, haciendo chistes a tu profesora, que aceptará tan carismática.
Al llegar al dichoso destino, disfrutar del día, pero...
De repente ves lluvia por la ventana del sitio.

Yo, o más bien, muchos dieron caso omiso a esto, era una garúa, podrías caminar bajo esta sin ningún problema. Y es asi como nadie se preocupaba por este motivo.

Horas mas tarde, es momento de retirarse. Salen a la calle, ya no llovizna, y se van al cartel del transporte a esperar su llegada.

Y...
¿Ya adivinan cierto?
Lluvia.
Pero esta vez... no una simple garúa. De un momento a otro nos verías empapados, pocos habían llevado paraguas por precaución debido a que estaba nublado.

Yo en mi caso. Nunca media las consecuencias de mi maravilloso encanto de olvidar todo (?)

De hecho. Me quedé bajo la lluvia. No me molestaba ya estar mojada, y es que no odio la lluvia (además de que no hacía frío).

Mis amigos comenzaron a rodearme, imitando bellos pingüinos, para luego (el más alto de ellos) me cubría con un paraguas... quedando... 10 personas bajo un solo paraguas.

El transporte público llego, y la lluvia había cesado para ese entonces. Nos tranquilizó a todos de hecho, nuevamente, retomamos la charla de vuelta al secundario. Pero la tranquilidad no iba a durar mucho, pues a una parada de llegar, continuó la lluvia.

Con rapidez intentamos buscar un techo, pero los edificios no tenían muchas opciones. Nos detuvimos bajo una lona de un negocio, decidiendo correr hasta nuestro destino. Desafortunadamente no pude dar muchos pasos, luego de hacer unos tres metros resbalé, cayendo en un charco. Mi risa incontenible salio, mis amigos con prisa intentaron levantarme, uno por uno.... abandonando uno por uno ante el fracaso.

Cuando dos por fin tomaron mis manos, haciendo fuerza para levantarme finalmente.

Empezaron a correr conmigo, unas cuadras delante encontramos a tres más. Uno de ellos compartía mi similitud de estatura. Pues yo cuento con 1.50 m y el con 1.56 mas o menos.

Consecutivamente del encuentro, salimos sin pensar, al hacer una cuadra más, una calle nos detuvo. En las orillas había por poco un río de agua. Contaba con buena distancia. Mis amigos altos saltaron sino problema, nosotros nos detuvimos al instante.

— ¿Que hacemos? — Me gritó

— Mierda, no podemos rodear, ¡Es muy grande! — le contesté.

— ¡Nos tenemos que apurar! ¡Nos estamos mojando!— Mencionó él en manojo de nervios por quedarnos atrás.

— ¡Ya fue! ¡Estamos mojados! ¡Que diablos importa! ¡Saltemos!— respondí.

Ambos tomamos impulso... en vano diría... la corriente de agua no sólo era potente, sino que mucho más grande que nuestros saltos. Caímos instantáneamente en ella. Dando caso nulo a nuestros pies empapados de agua, intentamos llegar rápido. A tan sólo una cuadra, tuve que detenerme sola, la adrenalina comenzaba a descender indiscriminadamente rápido, causando un cansancio inmediato.

Finalmente, ya me habia rendido.
Camine hasta entrar en mi destino, siendo el centro de atención por muchos estudiantes. Yo era la única que estaba más que empapada, después de todo, había caido en un charco, y prácticamente, me había regalado a una corriente de agua.

Entré al comedor, después de saludar al portero, y tomé un sándwich de jamón y queso, sintiendo como mis amigos le comentaban al resto del curso... mi grandiosa caída.

De hecho, no puedo discutirlo, no podía dejar de reír en ese entonces.

Fin del recuerdo.​
a Ferme y Mori les gusta esto.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario