Día de nieve
Publicado por Borealis Spiral en el blog El blog de Borealis Spiral. Vistas: 503
No sé qué me ha dado por querer publicar esta experiencia, pero me ha parecido súper linda, así que lo haré.
Hoy ha estado nevando un montón acá en la zona donde vivo. Desde la una de la mañana empezó y aún hasta ahora no ha dejado de hacerlo y bueno, se ha acumulado un montón de nieve, por lo que es necesario limpiarla de la banqueta y los caminos para ambas cocheras. Después de todo, hay que dejarle su caminito al cartero para que pase y haga su trabajo, ¿no?
Mi padre es quien normalmente se encarga de hacer este trabajo, pero ahora no está por lo que nos toca limpiar a mis hermanos y a mí... Esperen, ¿dije hermanos? Lo siento, mi error. Me toca limpiar a mí. Ellos nunca me ayudan (y sí, me quejo). En fin, el asunto es que pensé que no sería tan complicado porque anteriormente mi padre había adquirido una máquina limpiadora de nieve, cosa que agradecí en su momento porque usar simplemente una pala para quitar toda la bestial acumulación de copos caídos es un infierno, ¡infierno!
¿El problema? Bueno, resulta que a pesar de que mi papá me dio instrucciones claras de cómo usar la máquina, tuve ciertas complicaciones. Una de ellas fue que se me apagó la cosa esa en medio del trabajo y no supe cómo prenderla de nuevo T_T Estuve un rato pensando cómo hacerlo y hasta entré a la casa a decírselos a mis hermanos a ver si se condolían de mí y salían a echarme una mano. Nuevamente me disculpo, error mío.
El caso es que iba a darme por vencida y guardarla en su sitio para comenzar a palear cuando el vecino de la esquina, quien también limpiaba su nieve, se me acercó a ayudarme dado que también tiene una máquina parecida. Me sentí tan avergonzada en el momento, así como aliviada y sin duda muy agradecida; fue curioso. El hombre logró encender la máquina y dándole las gracias con una sincera sonrisa, retomé mi labor.
No obstante, eso no fue todo. Resulta que aunque la cosa estaba en marcha, ya no aventaba la nieve por el tubo u.u La porquería se había atascado porque la nieve era muy, muy pesada. Mi vecino descubrió el problema y me dijo que aguardara en lo que él iba por un palo de madera para limpiar el tubo, pues me recomendó nunca meter la mano por allí porque conectaba con las navajas de la máquina que succionaba la nieve. Me dio el palo en caso de que volviera a necesitarlo y me dijo que cada que se atascara quitara el residuo con eso y que aumentara un poco la marcha de la máquina.
Una vez más, me sentí muy agradecida con el señor; me conmovió mucho su acción especialmente teniendo en cuanta que acá nadie conoce a sus vecinos. Digo, tú los ves y tal de vez en cuando, pero en realidad no es como si se tuviera ningún tipo de relación de nada; todos somos meros extraños ocupados cada uno en su quehacer. Pero lo que más me enterneció fue que el hombre no sólo se quedó allí, prácticamente velando por mí en caso de que necesitara más asistencia, si no que hasta me ayudó a limpiar los residuos que se quedaban en los bordes de la calle y que es donde más se acumula nieve por las camionetas que limpian las calles. ¡Aún a pesar de que él ya había terminado de limpiar su zona! Fue muy bonito.
Al terminar, él se presentó amablemente, me dio su nombre: Richard, y me dijo que cualquier cosa que necesitara estaba allí para atenderme con gusto. En serio, fue algo muy dulce de su parte y a pesar de que puede no parecer la gran cosa, para mí significó un montón. Por eso quise hacer algo más que simplemente darle las gracias y escribí esto. Él no lo leerá nunca y ni siquiera le entendería si llegara a hacerlo ya que no sabe español, pero da igual. Es mi muestra de agradecer lo que hizo por mí; su bondadosa acción quedará de alguna forma indeleble no sólo en mi memoria, sino que también aquí y eso me hace feliz :)
a Marina, Sara Vongola y niña Elric les gusta esto.
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