Día 4

Publicado por Marina en el blog Marinaland. Vistas: 366

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Día 4


Awwww, ¡hace años que terminé mis estudios, claro, lo que pude estudiar. Pero sí, hay un profesor que no se me olvida, porque era terrible. El profe sufrió un accidente automovilístico, así que quedo medio cojo y caminaba como balanceándose, de un lado a otro al pisar de manera dispareja y como apodo, le pusieron "el terror de las hormigas", pero en realidad no era el terror de las hormigas, sino de sus alumnos y entre esos estaba yo. Le tenía un miedo. Imagínense, mi primer año en la secundaria, escuela nueva, compañeros nuevos, todos desconocidos, maestros nuevos y entre ellos, él. Un profesor que acostumbraba a lanzarnos todo lo que estuviera a su alcance para que no nos distrajéramos en su clase, desde su libro de texto, hasta el gis y el borrador y si traía otra cosas, pues también y tenía un tino que wow, nos daba duro. Recuerdo que un día se quitó el zapato para lanzarlo a un compañero que estaba murmurando algo y después hizo que el pobre chico se lo llevara. No, pues, sí que era horrible. En fin, sólo lo soporté un par de meses, porque gracias a él me cambié de turno, estaba en la mañana y me cambié en la tarde. "Allá que lo aguante su mamacita", me dije y pues así terminó él de darme clases.

Ahora, ¿quién me inspira? Mis hijas me inspiran, pero aquí hay que ver a qué clase de inspiración se refiere. Pues puede ser inspiración para escribir, para hacer una canción, un poema, para hacer una sabrosa comida, o inspiración para hacer alguna manualidad e incluso se necesita inspiración para hablar con alguien cuando se le quiere decir algo y no sabe uno qué. Entonces, ¿qué me inspira? Mis hijas me inspiran para escribir, mi familia completa para hacerles comidas nutritivas... aunque no estén buenas, y ser buena esposa y madre, a darles lo mejor de mí. El cariño me inspira para tratar y entablar conversaciones con mi prójimo, cualquiera que este sea, y observar la creación entera me inspira a hacer otras muchas cosas. La vida me inspira a aferrarme a ella con todo mi completo ser. Mi Dios me inspira a esforzarme por ser una persona comprensiva, sumisa de hecho y desechar de mí sentimientos o emociones negativos. El sufrimiento que a veces vivo me inspiran a ver las cosas buenas que tengo, lo negativo me inspira a ver lo positivo, porque no hay cosa mejor que ver todo lo bueno que hay. El pasado me inspira a olvidar las cosas malas que ya quedaron atrás. El presente me inspira a mejorar cada día que pasa sin que me importe mi edad y el futuro me inspira a tener una esperanza en que las cosas mejorarán y en que ciertas promesas se cumplirán.

Así que, son muchas cosas las que me inspiran
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