Ciaphas Caín, héroe muy a su pesar
Publicado por Lucius Belmonte en el blog La Biblioteca de don Lucius. Vistas: 3
Lucius aparece sentado en un sofá. A su lado hay una pequeña mesita con varios libros puestos uno sobre otro, además de un termo con una taza. Con total calma, vierte el contenido del termo sobre el recipiente y luego lo toma, haciendo que el líquido se remueva.
—Recientemente me he aficionado al universo de Warhammer 40k, ese en el que solo existe la guerra a lo largo de toda una galaxia, con los humanos bajo un gobierno fascista cuya maquinaria de guerra les mastica y traga sin piedad en la búsqueda de la supuesta superioridad del Imperio sobre el resto de las especies de la galaxia, que no es que sean unos pacifistas inocentes precisamente. Conocí la saga hace tiempo, porque tengo un amigo que es fan perdido y me animó a probar algunos videojuegos inspirados en este universo, más concretamente la saga Dawn of War; pero como lo que más le gustan son los marines espaciales y como la información que me llegaba me los pintaba como estos supersoldados de alineamiento Ultra Legal que se la pasan gritando “¡Por el emperador!” que yo encuentro tan insoportables, pues no me leí nada y me giré hacia las versiones de fantasía de este universo, Warhammer Fantasy y Blood Bowl, que es además de fantástica la variante humorística y deportiva. Después el hecho de que el tuviese como imagen de Whatsapp a un tipo de soldado de WH40k que no había visto nunca me provocó curiosidad y empecé a buscar obras centradas en otras facciones. Quise encontrar algo de los Tau, que son los que mejor me caen, pero no hubo suerte. Lo que si encontré fue un montón de novelas protagonizadas por el verdadero ejercito del Imperio: El Astra Militarum, mejor conocida como La Guardia Imperial.
Lucius pone una mano sobre la pila de libros mientras bebe de la taza.
—Estos son los libros que leí antes de la saga de la que quiero hablar: “Quince horas”, de Mitchel Scanlon; “Gunheads”, de Steve Parker; y las novelas de Steve Lyons “Guardia de Hielo” y “Los Muertos Andantes”, además del cuento “Abajo, entre los hombres muertos”. Todos centrados en los peores aspectos de la guerra desde el punto de vista de miembros de la Guardia: Comisarios, oficiales y soldados, todos humanos normales y corrientes salvo aquellos con partes cibernéticas en sus organismos, enfrentados a auténticas pesadillas vivientes y dirigidos por unos altos mandos a los cuales no podrían importarles menos. Leerse estas historias lo deja a uno con la sensación de que no existe nadie feliz en este universo maldito… Hasta que te topas con el comisario Ciaphas Caín, creado por Sandy Mitchell.
Lucius levanta una novela mientras sonríe. En la portada se ve a un hombre de uniforme militar oscuro sosteniendo un estandarte con una mano enguantada mientras que con la otra empuña una pistola. En el titulo se lee “Por el Emperador”.
—Primero que nada: La portada siempre miente. Puede que nuestro querido protagonista aparezca en ellas como un oficial aguerrido dispuesto a enfrentar lo que le pongan delante y que es un comisario estándar, de esos que les disparará por la espalda a sus hombres al primer titubeo que les note para que su muerte sirva de ejemplo a los demás… Y eso contrasta con la realidad: Ciaphas Caín es un aprovechado, un tramposo y un cobarde sin parangón, la antítesis de lo que un comisario debería ser; o eso asegura el, ya que la historia está narrada en primera persona desde su punto de vista, al menos la mayor parte del tiempo. La saga, que mezcla cuentos y novelas, recorre los principales acontecimientos de su vida militar, desde su asignación por iniciativa propia al 12mo de Artillería de hasta su último combate, ya viejo y con más de dos siglos de experiencia militar colgándole de las costillas. Cada historia es totalmente independiente de las demás y su orden de publicación no corresponde con el cronológico, aunque se suelen hacer menciones puntuales a hechos ocurridos en obras anteriores. Si bien la ambientación es ese nebuloso futuro donde solo existe la guerra, el acercamiento del autor a este es todo lo desenfadado que se puede ser en circunstancias así, con el protagonista haciendo constantes comentarios internos sobre lo que opina de cada situación y persona con la que se cruza y sobre cómo lo único que ansía es una taza de un té especial llamado tanna y que por una vez le asignen una misión tranquila.
“Cabe mencionar también que el comisario está bastante centrado en lo que le ocurre a él en cada historia, así que para mayor contexto la inquisidora Amberley Veil, recopiladora de las memorias de Caín dentro del universo de WH 40k, suele recurrir a fuentes secundarias que, según ella, son de mucha menor calidad narrativa; como las memorias de la general Sulla, la cual aparece en las novelas como una teniente perteneciente al regimiento en el que Caín sirve durante la mayor parte de su vida, el 597 de Valhalla, a la que él considera una militar capaz y al mismo tiempo una fuente de irritación, ya que su comportamiento es el de alguien que se ha tragado sin masticar toda la propaganda del Imperio sobre ellos mismos y sobre sus oponentes y cuyo método de exterminar a todos los enemigos del Emperador de la Humanidad de forma fanática contrasta muy bien con el enfoque pragmático de Caín, creando una suerte de reflejo distorsionado donde Sulla es todo lo que su comisario debería ser. Además, para añadir insulto a la injuria, Caín sabe que la teniente le considera una especie de ejemplo a seguir, lo cual le causa aún más molestia”. Y, por cierto, no es la única fuente a la que acude Amberley (gracias al Emperador), sino que en cada novela podemos tener puntos de vista complementarios distintos, casi todos igual de exageradamente patrióticos y que contrastan muy bien con el punto de vista principal. Personalmente, yo los compararía con ver un capítulo de “La Ciencia de lo Absurdo”: Sabes que esos pobres desgraciados van a hacer una trastada y te quieres quedar a ver”.
“Llendo con otros personajes recurrentes en el elenco de la saga, tenemos al artillero Jurgen, el ayudante del comisario, que aparece por primera vez en “Fight or Flight”, el primer cuento de la saga y que hasta ahora solo he podido encontrar en inglés. Casi siempre estará un paso detrás de su jefe con el arma lista y a ser posible con un poco de tanna para cuando se lo pida. Es con Jurgen con quien se ven las facetas más sentimentales del protagonista; pues se nota el cariño que le tiene a su ayudante, forjado tras muchas ocasiones en las que habrían perdido la vida de no estar juntos (1). Otros personajes del regimiento que son recurrentes son la cabo Magot, la coronel Kasteen y el mayor Broklaw, junto con otros militares bastante variopintos que dotan al 597 de vida, mostrando como, si bien los altos cargos militares y administrativos del Imperio los ven solo como números en tablas y fichas en un mapa, son personas que intentan seguir adelante en esas circunstancias que les han tocado vivir (2) (3)”.
“Pero la mejor parte de toda la saga es la mente del protagonista, o mejor dicho la opinión que él tiene de sí mismo. A lo largo de sus aventuras Caín deja en claro varias veces, como si quisiera que quien leyese sus historias no lo olvidase, que el actúa siempre buscando su propio beneficio. Todas las veces en las que aparenta preocuparse por sus hombres son pura fachada destinada sobre todo a evitar que estos le odien y le disparen por la espalda a la primera oportunidad que encuentren y siempre busca estar en la parte menos peligrosa del combate. Sin embargo, la suerte ha querido que siempre encuentre el peligro haya donde va, teniendo que actuar como el héroe que, según él, no es. Peor aún, con cada hazaña involuntaria su fama de héroe imbatible crece sin parar, para su disfrute y terror; porque si bien le encanta el masaje en el ego que supone que la gente lo reconozca, lo alabe y trate con respeto, a la hora de la verdad todos esperan que se arroje de cabeza a la batalla, obligándolo a hacer precisamente eso para evitar que la verdad salga a la luz, resultando siempre en que las cosas salen bien y él se cubre de gloria involuntaria (4) … O eso parece a primera vista. El personaje esta tan bien escrito que ha suscitado varios debates sobre su psicología que se salen del objetivo de esta reseña y que serán objetivo de un artículo posterior”.
Lucius acaba el contenido de la taza con un último sorbo.
—Me considero afortunado por haberme cruzado con estos libros y me sentiría satisfecho si con esto al menos una persona más los disfrutase. Si les gusta Warhammer 40k, están pensando en entrar en la franquicia o les gusta la ciencia ficción militar, esta es una apuesta segura. A diferencia del tono medio deprimente de ruina totalmente asegurada que hay que encarar con valor de la mayoría de las novelas, esta saga es mucho más relajada y por momentos graciosa, lo cual no quita los peligros que enfrentarán Cain y sus camaradas de armas en cada ocasión. En lo personal, creo que vale la pena.
Luego llega el silencio; parece que Lucius ha perdido el hilo. Se queda pensativo unos segundos, hasta que sonríe y chasquea los dedos.
—¡Claro, los nombres! ¡Los nombres hacen falta y solo he mostrado uno! Jeje, perdón. Como dije antes, el autor es Sandy Mitchell. Hasta ahora en español he encontrado los tres primeros libros: “Por el Emperador” (For the Emperor), “Cavernas de Hielo” (Caves of Ice) y “La Mano del Traidor” (The Traitor’s Hand). Las siguientes son “Death or Glory”, “Duty Calls”, “Cain’s Last Stand”,”The Emperor’s Finest”, “The Last Ditch”, “The Greater Good”, “Old Soldiers Never Die”,”Choose Your Enemies” y “Vainglorious”. También hay tres recopilaciones (lo que en inglés llaman ómnibus) que agrupan los primeros diez libros, más algunas historias cortas protagonizadas por el comisario y una por su ayudante, titulada “A Mug of Recaff”.
Tras una pausa, Lucius deja la taza en la mesa y se acomoda en el sofá, formando un tejado con los dedos.
—Por cierto, si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí: He estado bebiendo tanna todo este tiempo. Y digamos que entiendo la afición del comisario a esta bebida.
1-Se podría considerar que las memorias de Caín son en parte su propia forma de dejar constancia de la existencia de Jurgen, pues se deja entrever a lo largo de la saga que, a la hora de contar las hazañas del comisario, su compañero siempre se omite y eso es algo que le duele.
2-Mención especial para Jinxie la Gafe, apodo bien merecido de una soldado apellidada Penlan, la cual es parte de la línea de dialogo más graciosa de la novela “La Mano del Traidor”.
3-En la novela “Cavernas de Hielo”, por ejemplo, Caín menciona que ha tenido que mandar a parar varias peleas de bolas de nieve entre los soldados del regimiento para que se centren en la defensa de la zona que les han encomendado proteger.
4-Para muestra, dos botones: En la novela “Death or Glory”, las acciones de Caín que tenían como objetivo recorrer todo el camino hacia donde están sus aliados después de haber caído tras las líneas enemigas terminan con el siendo llamado Caín el Libertador, pues estas actúan como una especie de efecto dominó que afecta a los invasores y devuelve la moral a los defensores. Y en la novela “La mano del traidor”, el hecho de que acabase (con ayuda de sus hombres en un caso y de sus enemigos en el otro) con dos berserkers de Khorne, entre otras cosas, derivan en la creación de una secta religiosa que le considera una encarnación de la voluntad del Emperador.
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