Capítulo 12, Parte 1
Publicado por BndW Owl en el blog El blog de BndW Owl. Vistas: 12
Yumi y Ulrich se encontraban en otra dimensión, en un mundo paralelo donde ellos dos eran los únicos habitantes. El cuerpo de la japonesa se movía sin control al ritmo de la música, bailando cada vez más y más cerca de Ulrich, hasta pegarse tanto a él que notaba el fuerte palpitar de su corazón igual que si fuera el suyo propio. El chico, absolutamente hipnotizado, la devoraba sin disimulo con la mirada.
A Yumi se le erizó la piel cuando Ulrich comenzó a acariciarle con suavidad el lóbulo de su oreja con los dedos de una mano, bajando lentamente por su barbilla, su cuello, su clavícula, hasta delinear con ternura el contorno de uno de sus pechos. Una oleada de ardiente deseo ascendió por las entrañas de la japonesa, incitándola a pegar su cuerpo aún más al de Ulrich. Al hacerlo, pudo notar la entrepierna del chico presionando sus ingles. Era obvio que Ulrich estaba empalmado, pero a ella eso no la asustó. Todo lo contrario. Se mordió el labio con excitación, sintiéndose extrañamente complacida.
El alemán estaba tan ebrio que era incapaz de mantener la cabeza despejada. Sólo podía pensar en Yumi, en esa boca, en ese cuerpo, y en nada más… Le acercó sus labios al oído para susurrarle “Estás realmente guapa esta noche.”, y ella sintió como un dulce escalofrío le recorría todo el cuerpo. Ulrich, empujado por la fogosidad, fue un paso más lejos y descendió las manos por sus caderas hasta rozar con suavidad su trasero. A la japonesa se le escapó una risita sofocada.
— … Ulrich, ¿Qué haces? Estate quieto…
— No puedo parar, Yumi… de verdad que no puedo.
— Tío, estás loco de remate…
— … ¿De verdad? ¿Eso crees?
— Sí, como una puta cabra…
Los dos se sonrieron adorablemente, y el alemán la cautivó por completo al decir “Tienes razón… Tú me vuelves totalmente loco”. Ulrich apoyó su frente contra la de Yumi, aproximándose lentamente para besarla.
La chica sabía que, en ese preciso momento, todos sus compañeros de clase los estaban observando. Pero poco le importaba eso. Quiso dejarse llevar, comerle la boca a Ulrich delante de todo el mundo, y mandar a tomar por culo a todo aquél que la tachara como la zorrona que se ganó al chaval más cañón de todo Kadic… Pero entonces, la imagen de un sonriente William Dunbar apareció de repente en sus pensamientos. Su chico, Will. Su primera relación seria, Will, a quién estaba a punto de poner los cuernos… Yumi fue incapaz de soportar el malestar que le provocaba esa sonrisa, y logró retirar su cabeza a tiempo justo antes de que los labios de Ulrich tocaran los suyos.
— … ¿Yumi?
— Ulrich… tengo que ir al baño.
— … ¿Qué?
— Necesito… necesito ir al baño… Suéltame.
— … No, Yumi, no me jodas…
— Perdóname, Ulrich… Por favor, perdóname… Tengo que ir…
La chica intentaba desesperadamente liberarse de las manos del alemán, mientras éste se resistía entre súplicas “Yumi… No, Yumi… No, no, no… Yumi, no te vayas… Por favor, no te vayas… Por favor”. Finalmente, ella consiguió separarse de él, y se despidió tristemente con un “Lo siento muchísimo, Ulrich… De verdad que lo siento…” antes de adentrarse en la multitud y desaparecer. Yumi corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al cuarto de baño, y después de asegurarse que nadie la había seguido, cerró la puerta y echó el pestillo. Sofocada, entró en la ducha, y se sentó en la placa para intentar tranquilizarse. Sentía que le faltaba el aire, y respiraba agitadamente para recuperar el aliento. El corazón le palpitaba con fuerza, y un ardor insoportable le invadía todo el cuerpo. En su mente, la imagen de William ya se había desvanecido, y a cambio, se encontraba Ulrich. Totalmente desnudo, con el pelo de su pecho empapado en sudor, alzándola por los muslos y apoyándola contra la fría pared de azulejos mientras la penetraba con fervor… Yumi empezó a masturbarse enérgicamente mientras intentaba con todas sus fuerzas apaciguar sus apasionados gemidos.
“William, te pido perdón… Porque siempre ha sido Ulrich… Siempre ha sido él...”Ulrich Stern comenzaba a hundirse en un profundo estado de desconcierto. El alcohol le había adormecido demasiado el cerebro, hasta el punto de dejar de oír la música y las voces de la gente que le rodeaba. Ese corpulento adolescente se había convertido en un pobre y confundido cachorrito que parecía haber perdido a su amo. Fue entonces cuando, de entre las múltiples sombras que se cruzaban por delante de él, una figura femenina le cogió de la mano y lo sacó del comedor. A Ulrich no le respondían los músculos del cuerpo, y se dejó arrastrar sin oponer resistencia por esa chica misteriosa, la cual lo subió por las escaleras hasta el piso de arriba.
…
A Sissi Delmas se le iluminaron los ojos al darse cuenta de que aquella era la oportunidad de su vida, el momento que había estado esperando desde hacía tanto tiempo. Así que no se lo pensó dos veces, y aprovechó el turbio estado de Ulrich para secuestrarlo. La obsesión de Sissi por el alemán se intensificó a causa de su borrachera, haciendo que la chica ya no pudiera distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal. Entregándose por completo al calentón que llevaba encima, entró con Ulrich en la habitación de Odd, y cerró la puerta después de confirmar que estaban los dos solos.
Antes de que su vista consiguiera adaptarse a la negrura del cuarto, Ulrich sintió el calor de unos suaves labios fusionándose con los suyos. “Yumi…” El alemán cerró los ojos y devolvió ese beso, permitiendo a su lengua moverse con total libertad. Unas delicadas manos se deslizaron por debajo de su camiseta, tanteando el surco de sus abdominales y pellizcando sus pezones con suavidad. “Yumi…” Ulrich dejó escapar un pequeño gruñido de gozo. Una dulce fragancia femenina sedujo sus sentidos, e impulsivamente, susurró “Joder, que bien hueles…”. De repente, esas juguetonas manos bajaron hasta su entrepierna, donde encontraron a su endurecido miembro confinado dentro de sus tejanos.
— Parece que tu lindo amiguito se alegra mucho de verme… O ¿debería decir amigote?
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