Capítulo 1. Una decisión eventual

Publicado por Sketchibukku en el blog Sueños... Solo eso.. Vistas: 371

Despertó en una cama su sumamente cómoda, era de noche sin duda, desde la buhardilla encima de la cama, se podían ver las estrellas, sin embargo la luz de estas era sumamente tenue, como si su muerte se aproximara.

Alguien comenzó a tocar las teclas de un piano, y al momento distinguió una melodía, extrañamente melancólica y a la vez alegre. También se podían escuchar ciertas teclas equivocas, como alguien que estaba en proceso de aprender una melodía nueva, sin embargo el no se detenía para corregir aquellas faltas que incluso se volvían cada vez más constantes. Después de unos minutos se levantó de la cama para poder saber de donde provenía el sonido, todo para ella era desconocido, bajó por las escaleras cuidadosamente, y dejó que sus oídos le guiaran.

Al final se encontró en lo que parecía ser una biblioteca, había bastantes libros pero estaban tan empolvados que no se podía distinguir su color, en las esquinas había telarañas y aquel aroma tan singular a antiguo predominaba en el aire, el sonido estaba cerca.

Algunos segundos después la melodía comenzó a remarcar desesperación, pudo ver a un chico tocando el piano, pero entre la melodía se podían oír sollozos, no se atrevió a acercarse siquiera un poco a pesar de que algo dentro de sí e insistía en que tenia que ayudar.

-¿hola?- su voz interrumpió aquella música, él la miró de reojo por algunos segundos, después se levantó y salió corriendo, ella por su parte corrió a buscarlo pero era rápido y perdió su rastro. Algunos minutos después encontró las marcas de los zapatos de alguien remarcadas en el polvo, él estaba sentado en la barandilla del mirador del piso más alto, de cuclillas, pero en cuanto la vio presionó sus rodillas contra su pecho silenciando sus sollozos. Se acercó, no se movía, ella solo le preguntó quien era, él levantó su rostro por un momento y la miro de pies a cabeza, pero unos segundos después otra vez las lágrimas se asomaron, no pudo evitar comenzar a llorar de nuevo, pero esta vez con tanta fuerza que no podía silenciar el sonido.

-¿Estas bien?- preguntó Aina, dudosa de acercarse, pero tan pronto como avanzó un paso, el chico se levantó y en algunos segundos la subió al barandal frente a él, nunca la soltó, pero aún así estaba muy asustada, la altura era enorme y el viento rozaba contra su rostro con fuerza. Él notó su desconcierto y le dijo -¿Lo vez? si...- dudó un momento en lo que iba decir, y después dijo -No deberías estar asustada mi pequeña- sin hacerle mucho caso, ella se bajó y lo miró desde abajo, no parecía ni un poco afectado por su acción y la miró sin ninguna expresión en su rostro, pero después hizo uno de sus pies hacia atrás, eso por alguna razón hizo que Aina sintiera desesperación, así que se asó a su brazo.

-¿Te quedarás a mi lado? ¿Me lo prometes?-

Susurró de manera que parecía que ocultaba un nudo en su garganta. En ese momento no sabía como sentirse, estaba confundida. Era tan realista y tan melancólico a la vez. Una ambivalencia inundaba su cabeza, quedarse en aquella ilusión o no. Cierta amargura la inundó, así que al final asintió, aquel chico excéntrico le dedicó una dichosa sonrisa y bajó del barandal.

Despertó, el agudo sonido de la alarma le era insoportable, trató de encontrar aquel botoncito que la desactivaba, pero los ojos se le cerraban por la luz de la pantalla, por fin lo logro, recargó su cabeza contra la pared y cerro los ojos por un momento, el cansancio había inundado su cuerpo por un momento.

–Solo un sueño- se dijo a si misma –Solo eso .
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