Cómo celebro las fiestas navideñas

Primero, antes de las fiestas de finales de mes, desde hace un par de años hemos comenzado una tradición que me está encantando: mis padres y muchas otras parejas amigas suyas alquilan una nave durante un día entero, de estas donde se organizan los desfiles de carnavales, y allí nos juntamos más de 20 personas, con todos los hijos de cada pareja. La gente trae de casa cada uno ciertos platos y la barbacoa, y nos juntamos con una gran barra repleta de comida y bebida, donde la ley de tonto el último se aplica con bastante intensidad (es decir, como no te preocupes en buscarte un plato a cada rato, la comida desaparece y nadie se hace consecuente (?).

Los niños y adolescentes nos dedicamos a estar fuera, en una gran explanada, y allí nos ponemos a jugar al cementerio, a fútbol (yo en realidad me quedo dibujando con una amiga mientras ellos juegan, no me gusta el fútbol (?), jugamos juegos de mesa, a policías y ladrones... Y luego el tradicional juego de la silla, donde gané el último año por primera vez, lloro (? Mientras, en la nave, los padres se dedican a cantar en el karaoke, a disfrazarse con gorros, pelucas y demás, y se quedan bailando y cantando, y a mí me encanta ver que se lo pasan todos tan bien sin excepción, porque mis padres necesitan días así para despejarse del trabajo con sus amigos.

El 24, en Nochebuena, vamos a casa de mi única abuela. Siempre ha sido tradición, pero desde que murió mi abuelo le viene bien estas fechas para distraerse un poco, porque suele pensar demasiado en las cosas y desanimarse. Allí solemos estar nosotros, mis tíos y mis primos. Hace dos años murió también mi tío, así que comenzamos a pasarla también con mi otra tía y sus dos hijas, con las que no tengo tanta relación pero bueno, me alegra que estén con nosotros y que no la pasen solas. Solíamos, cuando mis primas eran más pequeñas, esperar ansiosas a que terminase la cena (siempre acabábamos antes y no dejábamos de molestar a los mayores para que acabasen de una vez, para ir por los regalos), y en ese momento aguardábamos expectantes a que mi tía, mi madre y mi abuela se levantasen, cerrasen la puerta tras de sí y fuesen a "comprobar" las habitaciones, para asegurarse de que ya había llegado el señor gordo.

Cuando teníamos el visto bueno echábamos a correr por toda la casa, habitación tras habitación,y nos poníamos a buscar como locas debajo de las camas, hasta que encontrábamos nuestros regalos.

En su lugar, ahora hacemos el amigo invisible entre todos, y también está genial, qué decir. Viene siendo lo mismo a fin de cuentas, un regalo misterioso que alguien te ha hecho, pero con la satisfacción de que tú también le has hecho a otra persona.

En Navidad comemos con los amigos de toda la vida de mis padres, y pasamos el día los cuatro hijos realmente, mientras los padres se ponen al día con todo, pues no nos vemos muy a menudo. En Nochevieja nos volvemos a reunir en casa de mi abuela todos, cenamos todo tipo de cosas que trae cada familia, y a las doce nos comemos las tan esperadas uvas, y luego brindamos. Allí es donde la gente se vuelve loca y empieza a lanzar fuegos artificiales, pero ya he superado mi trauma así que este año los vi con toda la naturalidad, estuvo bien (? Y hacemos uso del cotillón, una bolsa con antifaz, gorrito, serpentinas y matasuegras, y ponemos toda la casa patas arriba, sí, pero luego nos toca recoger así que (? Y nos quedamos hasta las tantas jugando a juegos de mesa como el bingo, Boom, las cartas... También se pasa muy ameno todo.

El 1 nos reunimos una vez más la familia y comemos al medio día, hasta pasar toda la tarde juntos jugando más juegos o viendo las películas que echan en la tele. Y el seis nos damos los regalos y vamos a comer a un restaurante con toda la familia.

Son fiestas bastante moviditas y aunque ya esté perdiendo la ilusión el hogar, siempre será divertido pasarla jugando, contando chistes y anécdotas y teniendo una noche agradable.