Blogueemos el 2020 (Entrada #9)

Publicado por Ruki V en el blog Espíritu encaminándose. Vistas: 199

Escribe sobre una persona especial que apareció este 2020

Me gustaría iniciar este blog citando una publicación que me tocó leer un par de veces en Facebook,
ya no me acuerdo muy bien hace cuánto, tal vez un mes o dos atrás, no lo sé.

Aquella corta y adorable publicación decía más o menos así: “Si pudieras tener en tus manos la cura
para erradicar la pandemia, pero tuvieras que deshacerte de todos tus recuerdos que hiciste este año,
incluyendo a las personas que conociste, para conseguirla ¿lo harías?”

Estoy bastante segura que leí esa pregunta después de mediados de septiembre, tal vez en octubre;
y lo menciono porque, tal vez si me lo hubieran planteado en agosto habría dicho sí, sin dudarlo.
Sin embargo, en la primera semana de septiembre, sucedió algo inesperado.

Me llegó una solicitud de amistad en Facebook de un sujeto que conocí en cuarto semestre de
preparatoria. Al ver su nombre, amigos en común y algunas de sus fotos, finalmente me acordé
de él y pensé que no había daño en agregarlo: en parte me preguntaba si algo en específico querría.
Y pues, inmediatamente al aceptarlo me envió mensajes saludando y preguntándome si
efectivamente estuvimos juntos en la prepa, y así empezamos a hablar.

Pasamos semanas conociéndonos, preguntándonos por nuestras familias, carreras, gustos, amistades,
recuerdos, y así. Somos bastante diferentes y la misma preparatoria es casi que lo único en lo que
coincidimos. Él es claramente algo más extrovertido, aunque solitario al mismo tiempo; sabe manejar,
tiene trabajo, tiene casa propia, pero al mismo tiempo me parece muy inmaduro en otros aspectos. Le
gustan cosas como LOL, Halo, LOTR, y también la moda. Me parece una persona muy interesante, me
encanta escucharlo hablar y admiro muchas cosas de él; mientras tanto yo sé que soy algo extraña, se
me ha dado más escuchar y aunque tengo mis cualidades buenas al mismo tiempo no tengo muy buena
autoestima.

Estoy bastante segura que fue exactamente un mes después de que me mandara solicitud cuando
finalmente colmé su paciencia. Y voy a tratar de resumir bastante a qué me refiero.

Pero será mejor añadir un par de cosas como contexto antes de que me juzguen demasiado.

a) Soy consciente y no estoy nada orgullosa de que tengo un temperamento súper fuerte,
por lo que puedo ser muy terca y se me hace muy difícil dejar cosas ir en conversaciones.

b) Al menos cada dos días, por mensajes, por teléfono, en persona, básicamente le estuve
preguntando directamente a este sujeto si yo le interesaba como más que una amiga.

Entonces, se dio esta conversación.

[“¿Sabes, Ruki? Si le bajaras tantito a tus dramas, serías una buena novia”]

[“JAJAJAJAJA Vete a la ver--”]

[“Te lo digo bien”]

[“Uy, pues, creo que no se va a poder… Bueno, además, ¿para qué quiero novio?”]

[“Pues porque *inserte aquí supuestos motivos o razones para querer novio*”]

[“Para algunas de esas cosas tengo a mi mejor amiga: además, hombres, ew”]

[“¡Hey!”]

[“Bueno, quiero decir, hombres como interés romántico, ew”]

[“Sigo siendo hombre”]

[“Pero no entras como interés romántico”]

Luego de ahí, él trató de dejar el tema, pero me estaba haciendo sentir como que de verdad lo había
ofendido, y yo de verdad no entendía por qué. Y se lo dije. Porque, de verdad. Ya que soy también
una persona que deja volar su imaginación de las formas más estúpidas, más de una vez me aseguré
de hacerlo externar sus intenciones conmigo si eran más que de amistad. Digamos que para yo… no
ilusionarme. Y ni siquiera diría que fue por eso, sino más bien porque soy tonta y no tengo una buena
percepción para decir quién quiere ser mi amigo y quién me está ligando. ¡Cosa que fue también tema
de conversación con él, sépase!

El caso es que, básicamente, lo noto enojado, le pregunto por qué, y quiere seguir evitando seguir con
el tema; y como yo tenía una clase en línea que atender, dejé de contestarle un rato. Pero tenía abierto
WhatsApp Web y me di cuenta de que estuvo rato “escribiendo…”

Estaba a mitad de mi clase cuando me llegaron los párrafos básicamente haciéndome sentir que soy
una estúpida por no captar que no me habló de la nada solo porque sí; que no me llamaba por teléfono
sin ninguna razón; que no se esforzaba en sacarme plática sin motivo alguno. Etcétera. Y al final añadió
que yo no tenía que decir nada al respecto si no quería, que tenía que sacárselo del pecho, que
fingiéramos que no dijo nada y seguir siendo amigos.

Y yo rompí en llanto. Era una fortuna que no tenía mi cámara activada para la tonta clase.

Estuve, no sé, una hora o algo así, hablando con mi mejor amiga al respecto. Porque no podía yo sola.
No podía ni conmigo misma, menos podía contestarle algo a él. Nunca antes había tenido que lidiar
con algo como esto. Tuve que tomarme mi tiempo para calmarme, para pedir consejo, para transcribir
esos consejos en mis propias palabras. Y aun así creo que tomó un día completo que volviéramos a algo
parecido a la normalidad. Fue exhaustivo.

Creo que le contesté disculpándome por ofenderlo o lastimarlo, ya que obviamente no era mi intención.
Y estuvimos hablando por un rato; en parte, quería que quedara en claro que me preocupaba lo que él
estuviera sintiendo, pero en algún momento también tuve que decir cómo me sentía yo (es decir,
agobiada, de pronto dándome cuenta de muchas cosas).

Y después de eso, me estuvo contestando muy a secas, muy a huevo, a pesar de que según él podíamos
seguir como si nada. Entonces, me quedé sin ánimos de seguirle respondiendo yo. Luego, cuando
estaba trabajando en una tarea con mis amigas, me escribió; pero justo por lo que estaba haciendo,
no le contesté. Después, me envió una pregunta relacionada con si dejaba ir a las personas o algo así.
Me enojé y le contesté que nada me hubiera gustado más que contestarle de inmediato y seguir
contestando, pero que estaba ocupada.

No recuerdo exactamente como fue nuestra conversación después de eso, en realidad. Me regresaría
a leerla si no fuera porque aún me… ¿molesta? No lo sé, no sé cómo explicarlo.

El caso es que, nos seguíamos hablando, por mensaje, por teléfono, venía a mi casa incluso.

Considerando aquel largo mensaje suyo, mi instinto me llevó a pensar que ya no estaba interesado en
mí; pero, con el paso de los días, pensé que a lo mejor estaba equivocada en pensar eso. Y es que, cabe
decir que no le dije tajantemente “no me gustas” o “no te veo de ese modo” o “no tienes oportunidad”
o algo por el estilo. Porque… si me detenía a pensarlo, no estaba completamente segura de que me
interesara él o no genuinamente.

Luego hubo una ocasión en que, después de que cambió de trabajo, me dio a entender que de repente
de cinco a diez chicas de pronto empezaron a hablarle como si supieran que era de dinero (?)

Después hubo otra ocasión en que me platicó que tuvo una cita, o algo así: parecía no muy interesado
en platicármela, en parte, no lo sé, fue definitivamente una de nuestras llamadas más raras (?)

Y hace como una semana directamente me pregunto si alguna vez tuvo una oportunidad conmigo,
a lo que yo le dije que sí, y luego le dije que me di cuenta que preguntó en pasado.

Esa conversación telefónica fue de unos, 15 minutos de nuestra charla usual, 45 minutos de
“¿te gusto? ¿por qué sí o por qué no?” y 30 minutos de ninguno de los dos saber qué decir
mientras él jugaba a LOL.

Y uno o dos días después, hace poco, vino a mi casa, charlamos, vimos algo de Death Note, me hizo
saber que mi mejor amiga le mandó solicitud de Facebook (lo que me hizo tomar nota mental de
que soy estúpida porque esa es señal de que claramente está más que interesada/preocupada de
mi insistencia en ser amiga o algo más de este sujeto), por lo que le confesé a él que probablemente
a ella no le cae súper bien… y le di un regalo de Navidad…



No sé si realmente tiene… lo que quiero o necesito… en un novio en realidad…

Pero le tengo mucho cariño.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario