Bitacora de Bacares 76
Publicado por rapuma en el blog El blog de rapuma. Vistas: 207
Bacares 76 es la dirección de mi casa, por si alguien me quiere enviar algún regalo, y decidí hacer una bitácora antes de cerrar este ciclo de Madrid en mi vida. O más bien, de Europa.
Tuve momentos muy buenos en este piso que no tienen idea lo que me costó encontrarlo.
Vamos por lo básico, ¿en qué momento nació la idea de "irse a vivir solo"? y lo pongo en comillas porque no era tan así, viví con un amigo durante este año, solo los dos, y ahora desde diciembre estoy solo, ahora sí, completamente solo. Y me dio un poco de nostalgia. Nostalgia dulce porque el recuerdo de mi amigo sigue muy fresco en cada rincón de la casa. Ya sea llegar de trabajar y que me diga: "Épale, papi, que mundos, bro?".
Venezolano que se convirtió en mi mejor amigo y pasó a formar parte de mi día a día, de mi vida. Un hermano que me entregó el mundo, que me brindó Madrid y que por siempre voy a estar agradecido de haberle conocido.
Crack.
Fenómeno.
Te extraño, brother.
Pero en cuanto al comienzo, el piso era una vaga idea en aquél entonces 2020. Vivía con dos compañeros de piso, españoles los dos, un hombre y una mujer. También forjé una amistad muy buena con ellos, miles de anécdotas y risas, mis muchas salidas nocturnas fue alrededor de ellos, convirtiéndonos en una especie de gárgolas que vivían de noche y de fiesta. Peeeeeeeeeero, sí, hay un pero. Es distinto lo que siento. En ese momento, en ése piso que compartí con dos personas más era simplemente un piso. No lo sentía mío, mío personal.
Y con Bacares 76 me pasa eso, viste. Lo re siento mío. Era nuestro y ahora mío. Me quedan dos meses de vida en Europa y creo que Bacares 76, el piso que tantas alegrías me dio a lo largo de este año lleno de emociones fuertes, merece una entrada en el blog, porque después me olvido y no escribo, pero no quiero olvidarme ahora que estoy inspirado en describir lo que siento.
Un día estaba en el trabajo y Sólido (lo nombré en unas entradas más atrás) dijo que iba a venir su hijo de Venezuela a vivir a Madrid. El panita llega a Madrid y se pone a trabajar en mi bar. Bueno, lo empezamos a conocer entre todos, lo empiezo a conocer yo.
El loco es surfista, un crack, la rompía, vivía en una isla que se llama Margarita en pleno Caribe, una isla que de seguro los piratas habrán enterrado tesoros... un fenómeno, con la alegría característica de un isleño. Congeniamos muy bien desde el primer momento porque somos muy parecidos. Nos fumamos un porrito juntos y el resto es historia.
Empezamos a buscar anuncios para dos personas y un piso..........
CONTINUARÁ
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