Advertencia.

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Advertencia.

Advertencia:
Lenguaje "Argentino", por así decirlo. Poco pero lo hay.

Soy un chico de secundaría; me llamo Nahuel, tengo diecisiete años, de perfil bajo, no me gusta llamar la atención. Hago deportes y me gusta aprender, por eso también voy bien en la escuela. No me gustan los problemas, soy humilde, pero solo con quien se lo merecen. De otra manera puedo ser un poco arrogante y si me sacan de quicio hasta mal hablado. Pero me gusta socializar mucho, por eso tengo amigos por todos lados.

Todos los días me levantaba a las cinco de la mañana, me daba una ducha y luego hacia elongación por quince minutos y salía a correr, trotar y caminar por una hora... ése día no era la excepción, luego de hacer esto regresé a mi casa. No desayunaba cuando me levantaba porque lo hacía a las nueve de la mañana. Luego de las rutinas de la mañana, me iba a gimnasio dos horas (todos los días) y ahí levantaba pesas por una hora, y la otra practicaba pegando a la bolsa y las diversas cosas para pelear. No soy un peleador, no tengo profesor, Youtube me ayudó mucho. Y bueno, supongo que algo había aprendido ya que había practicado por un par de años. Tenía un físico relativamente bien gracias a todo esto.

Ese día había vuelto del gimnasio y me pegué una ducha nuevamente, ya que me había duchado en lugar del entrenamiento. Pero bueno, qué más da. Estaba por salir de mi casa para ir a vaguear, ya que, bueno, era Sábado, no había escuela y tampoco trabajo, un día para pasarla tranqui. Eran las dos del medio día, y había quedado con mi novia dentro de dos horas en su casa. Por eso salí a vaguear.

Cuando salí de mi casa, bajé a la calle para empezar a caminar, había hecho seis metros.
—¡He, pedazo de gil, a vos te hablo! —escuché que gritaron por atrás mío. Yo me di vuelta para ver qué pasaba. Había tres chicos de mi misma edad más o menos, no era la gran cosa en apariencia.
—¿Yo? —pregunté confundido.
—¡Sí! ¡¿Qué sos piola vos?! —me dijo agitando el brazo, como diciendo "vas a cobrar", ¿qué problema tenía conmigo? Igual, si vino así corte bueno, ya no me agradaba.
—¿Qué te pasa, bobo? —le hablé indiferente. En ése momento salieron mis vecinos a ver qué pasaba a fuera.
—¡Así que vos sos el puto con el que me engañó mi novia! ¡Vení, parate de mano, dale! —¿me la agitaba, enserio? Ya me estaba empezando a molestar; soy poco tolerante, me olvidé de decirlo.
—¿Y qué, sos tan cagón que venís con dos más? Sos un bobo —ya empecé a provocarlo—. No sé quién seas, pero si queres pelear, pelea vas a tener. ¡Ah, perá! Ya sé quién sos vos! Vos sos el cornudo. Jajaja. —sí, lo seguía provocando.
—¡Encima te pasas de vivo, gato de mierda! ¡Te voy a matar! —a los otros dos que estaban con el bobo ese, creo que los había visto en la escuela, no me acuerdo bien.
—Ya, dejá de boquear y veni —ya estaba enojado el pibe que vino, ¿los otros dos se meterán en la pelea? Qué más da, igual van a cobrar si se meten. Se me acercó en guardia, los amigos lo alentaban, pero no se metían. Todos mi vecinos estaban mirando; agradezco a Dios que mi madre no estaba, porque se pone mal cuando peleo, y mi viejo trabaja, pero si hubiese estado me hubiese dicho que le rompa la jeta.

Estaba a dos metros de mí, y el tarado sacó una faja con su mano derecha, la tiró cómo un gancho a mi cuello -en verdad quería matarme-, pero en ese momento le casé la mano con derecha, puse mi izquierda en su codo y le bajé el brazo para abajo y llevándolo a la espalda, así doblándolo, pero no se lo quebré, no soy tan hijo de puta.

—¡Ah! —gritó de dolor, luego le saqué el arma blanca para luego darle un golpe con mi palma en la cabeza, tirándolo para atrás.

—Hay que tener buenos reflejos —dije mirando el arma—. Además, Mika, tu ex novia me dijo que tenías está clase de manía. Es linda la faja, me la voy a quedar —le dije mientras él se reponía un poco y yo me guardaba el artefacto en mi bolsillo—. ¡Pero sabes, esto es a la vieja escuela, esto es mano a mano y el mejor gana, sin rencores! —hablé levantando un poquito la voz.

—¡Nahuel! —escuché una voz que provenía de una chica, miré para mi cosatado y a tres metros estaba Mikaela; tenía una calza negra pegada al cuerpo con una Reebok votitas, una remera verde clara, que la hacían resaltar su cuerpo de modelo, con su cabello rubio. A pesar de ser humilde, ella era humilde y modesta, no era creída ni nada por su apariencia.

—Vino la puta de mierda —murmuró el ex de mi novia. Pero no le hice caso.
—Tranquilo muñeco, no te desesperés que ya estoy con vos —le dije, tratando de no pensar en eso que dijo, porque sino lo lastimaría feo.

—No pelees, dejalo, no vale la pena un violento como él —me dijo dulcemente mientras me agarraba del brazo, eso me había enamorado de ella, es muy tierna.

—¿Violento? —pregunté, o sea, si no le gustaban los tipos violento, ¿qué hacía conmigo?
—Vos no sos violento, nada más te defendés —¿cómo supo que pensaba algo como eso?
—¡Ya cierren el orto! —venía corriendo a pegar.
—¡Córrete, que si te toca lo mato! —ella se corrió, y me volvió a decir que no pelee, pero ¿qué más quería que haga si él veía a pegarme?

Me quiso pegar directamente en la cara con su derecha, yo lo agarré con mi izquierda de frente, me di vuelta para quedar de perfil a él y le di un codazo en la mejilla izquierda que lo tiró al piso, éste golpe le hizo escupir sangre. Ninguno de sus dos amigos se metía.

—No nos entendemos —hablaba mientras se levantaba y se quejaba por el dolor—, vos venís a la puerta de mi casa a hacerte el piola. ¿Pensaste que un gil como vos me va aplicar mafia porque vengas con dos bobos más? —a pesar de lo que dije ninguno dijo nada—. Tas equivocado.

—¡Eh, ñeri, rompelo todo, hacelo mierda! —me dijo un amigo que vivía a la vuelta de mi casa, aparente mente se enteró.

—¿Hermosa, por qué dijiste qué él era violento? —le pregunté a Mika—. ¿Te pegaba? —pregunté confundido.
—No, a mí no, no, no me pegaba —me dijo nerviosamente, ¿qué me ocultaba?

Él, se volvió a parar, se puso en guardia otra vez, tenía todo el chocolate en la boca chorreando.

—Nahuel, ya cortala, dejalo —me habló uno de mis vecinos.
—¿Yo? ¡¿Enserio me lo decís?! En todo caso desicelo a él —le dije sorprendido, abriendo los ojos debido a mi sorpresa. El que me habló tenía veintidós años más o menos, joven.

—¡Violado de mierda! —gritó él, mi oponente por así decirlo.
Miré al que lo defendió—. ¿Así querés que lo deje? —pregunté. Luego vi que venía hacia mí a pegar de nuevo. Yo me tiré para el costado esquivando el golpe, lo amagué que le iba a pega un mi puño derecho, posteriormente él se cubrió con ambas manos la cabeza y le pegué una patada en la pierna izquierda; entre la cintura y la rodilla, y empezó a tambalearse mientras se agarraba la pierna y se quejaba.

Miré al uno de los que estaba ahí con él—. Llevatelo antes de que te lo mande al hospital —le dije.
En ese momento me estaba por ir con Mika quien me esperaba a un costado cuando él gritó.

—¡La re concha bien de tu madre! ¡A tú mamá en tanga, la puta esa! —vi que Mika abrió los ojos como platos en ese momento, y a mi compañero también quien estaba a dos metros de ella.

—¡Qué estupido de mierda que sos, te dije que no le digas nada de la mamá, fue un consejo! —escuché como uno de sus amigos le gritó. Yo salté como leche hervida.

—¡¿Qué dijsite?! —le pregunté ya levantando el tono de voz.
—A tu mamá bien puta —me dijo irónicamente el ex de mi novia.
Me le fui al humo, estaba sacado. El corazón me palpitaba a cien. Que se metan con mi mamá me hace salirme de mis casillas, o sea, mi mamá no era nada de eso que él dijo, pero me revienta. Yo no digo nada de la mamá de nadie, ¿por qué se meten con mi mamá?
Él se quiso poner en guardia, pero lo arrebaté de una en la nariz, haciéndolo retroceder. Cuando retrocedió lo agarré de su remera y le empecé a pegar, le di tres golpes consecutivos, le solté la ropa y lo agarré del cuello para darle una piña en la mejilla izquierda. Estaba sangrando, y mucho. Escuchaba gritos como "llamen a una ambulancia", "separenlos" entre otras. Mi compañero, mi novia, y los otros dos junto con algunos vecinos me trataban de separar, ya no podía pegarle, ya que me tenían una mano, pero de la otra no me podían separar, lo tenía casado del cogote, lo iba a matar.

—¡Soltálo, lo vas a matar si seguís así! —me decía mi compañero, tratando de separarme.
—Nahuel, por favor, soltálo, no vale la pena —me decía mi novia desesperada. Y algunos de mis vecinos que me decían cosas similares. Luego de eso me calmé y lo solté estaba cambiando de color el tipo, ya que no podía respirar.

—¡La próxima que te metés con mi mamá te mato! Estás advertido.

Estuvo unos segundos más mientras tomaba aire, mientras yo abrazaba a Mika.

—Quedate con esa, y que te haga lo mismo que me hizo a mí, vamos a ver qué pasa en ese momento. Vos también vas a ser cornudos, si me lo hizo mí, ¿por qué a vos no? —me habló el ex de mi novia mientras se levantaba para irse.

—No te confundas, ella te lo hizo a vos porque yo dije, ella quería terminar con vos para salir conmigo, pero yo le dije que te engañe —revelé. Para luego caminar a mi casa con Mika. Llegamos al porton, y los demás estaban tratando de llamar a una ambulancia.

—Mika... el día que ya no me quieras estar más conmigo... me lo decís y cortamos de la mejor manera —ella me miró confundida—. El día que me engañes, obviamente vamos a terminar, yo no te voy a pegar, sabes que me repugnan los tipos que golpean mujeres, pero te voy a mandar a una para que te dé una paliza, y al gil con el que me engañes lo voy agarrar yo y lo voy a dejar lisiado de por vida, le voy a romper las piernas.

—No seas tonto, yo te quiero, y sí que te voy a decir cuando quiera terminar con vos, para terminar bien. Pero, yo te quiero a vos hoy en día —me dijo con una sonrisa mientras me abrazaba por el cuello y me besaba.

Y eso fue lo que pasó, después vino la ambulancia y mis vecinos le dijeron que le quisieron robar y lo golpearon feo.
Después vino la policía a pedir declaración (no sé quién los llamó), obviamente yo estaba al tanto de lo que mis vecinos y amigos dijeron, así que yo solo debía decir que estaba con mi novia en ese momento del robo y ésta declararía a mi favor diciendo que estábamos juntos, que no sabíamos nada. Antes de todo esto, hablé un poquito con los otros dos que había traído el ex de mi novia y le comenté, como eran bobos, los chamuyé diciendo que si no decían tal cosa iban a ir preso, debido a que yo tenía testigos que "vieron" lo ocurrido. Estos chicos declararon que a él también le quisieron robar y todo quedó arreglado, él estuvo una semana en el hospital recuperándose. Y yo seguía con mi novia.

Notas de autor: Esta historia, está basada en hechos reales, ok no. Estaba bien al pedo, y dije, ¿por qué no hacer algo absurdo en mi blog", y bom, surgió esto. Hay palabras que están mal, y son así para que tenga ese asento, bueno más o menos.
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